Gonz¨¢lez-Sinde no tiene suerte con Mozart
A la ministra de Cultura le llueven las cr¨ªticas por poner como ejemplo al m¨²sico austriaco en defensa de los derechos de autor
En mala hora se le ocurri¨® a la ministra de Cultura, ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde, citar a Mozart como s¨ªmbolo de lo que debe ser la protecci¨®n de los autores. A la ministra le preguntaban el jueves en los desayunos de RTVE por los derechos de propiedad intelectual el papel de las sociedades de gesti¨®n de derechos, considerado por algunos abusivo.
"Mozart viv¨ªa en la miseria por no tener derechos de autor. Si los hubiera tenido ¨¦l y su familia hubieran vivido mejor", arguy¨® la ministra en defensa del papel de entidades como la Sociedad de Gesti¨®n de Autores y Editores (SGAE). Debi¨® escoger otro ejemplo a juzgar por las cr¨ªticas que le han llovido desde muchos ¨¢mbitos y, en particular, se han cebado con ella, en los foros de Internet.
En primer lugar, los cr¨ªticos recuerdan a la ministra que Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791) no fue pobre precisamente. Al contrario, era considerado una celebridad del momento, algo muy parecido a una estrella del pop actual, y ganaba fortunas, aunque bien es cierto, que ten¨ªa la misma facilidad para dilapidarlas por su tren de vida, su generosidad con su c¨ªrculo de amistades y algunas circunstancias de su vida como la grave enfermedad de su esposa Konstanze o la guerra entre Austria y Turqu¨ªa que sumi¨® a la corte vienesa en un periodo de estrecheces entre 1788 y 1790. Contrariamente a lo que se piensa, el genial m¨²sico austriaco tampoco muri¨® pobre. El ¨²ltimo a?o de su vida ten¨ªa muchos encargos y patrocinadores ricos, y no fue enterrado en una fosa com¨²n sino en una tumba comunitaria.
Desde distintos blog se?alan que a la ministra, siendo como es guionista y directora de cine, le hubiera bastado ver la pel¨ªcula Amadeus, el ¨¦xito de taquilla de Milos Forman, que cuenta la biograf¨ªa del m¨²sico desde el punto de vista de su enemigo Salieri, que asiste a la ascensi¨®n de Mozart, amparado por el emperador Jose II, su gran mecenas.
Tambi¨¦n ha patinado Gonz¨¢lez-Sinde a la hora de elegir al autor de La flauta m¨¢gica como ejemplo de defensa de los derechos de autor. Como recuerda Enric Gonz¨¢lez en su columna de EL PA?S , Mozart aprovech¨® una visita a la Capilla Sixtina para escuchar el Miserere mei, Deus, de Gregorio Allegri, cuya partitura guardaba celosamente el Vaticano. El joven m¨²sico, que la hab¨ªa aprendido de memoria, escribi¨® posteriormente la partitura que se public¨® en 1771 en Londres.
Otro de los reproches que se le hacen a la guionista de Mentiras y gordas es su idea de cu¨¢ndo debe pasar una obra literaria o art¨ªstica a ser de dominio p¨²blico, y dejar de pagar derechos de autor a los descendientes del artista.
"Si hubiera tenido derechos de autor por esas obras que se han divulgado y se han repetido en orquestas, orquestinas, en solistas y miles y millones de ejecuciones a lo largo de la historia, pues Mozart y sus descendientes no hubieran vivido tan mal", dijo la ministra en TVE, de lo que se deduce que ser¨ªa partidaria de que una obra siga generando derechos mucho m¨¢s all¨¢ de los setenta a?os desde la muerte del autor, el plazo acordado internacionalmente.
Tras este aluvi¨®n de cr¨ªticas seguro que la ministra busca otro ejemplo para defender los derechos de propiedad intelectual. Pero le convendr¨ªa recordar que Michael Jackson sigue generando derechos multimillonarios.
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