"La m¨ªstica es la filosof¨ªa de la libertad"
El fil¨®sofo Alois Haas (Zurich, 1934), germanista y especialista en la espiritualidad y la m¨ªstica, tard¨® casi medio siglo y gast¨® todos sus ahorros en reunir un fondo de 40.000 vol¨²menes sobre espiritualidad que finalmente don¨® a la Universidad Pompeu Fabra (UPF) y que ahora ocupa 2.902 metros de estanter¨ªas en el singular Edificio de las Aguas, frente al Parque de la Ciudadela. El martes, la UPF le nombr¨® doctor honoris causa, una distinci¨®n que no prodiga en exceso.
Haas, profesor em¨¦rito de la Universidad de Zurich, autor de decenas de libros, es uno de los principales referentes de los estudios sobre m¨ªstica cristiana y budismo zen. Es tambi¨¦n el especialista de referencia sobre el Maestro Eckhart, personaje clave de la Historia de Occidente, el Maestro Eckhart, un dominico alem¨¢n a caballo entre los siglos XIII y XIV que fue condenado por la Inquisici¨®n como heterodoxo.
Ahora acaba de publicar en Espa?a Viento de lo absoluto ?Existe una sabidur¨ªa m¨ªstica de la posmodernidad? (Siruela) en el que recorre la historia espiritual de lo indecible y busca los rastros de la m¨ªstica en los pensadores del presente, de Wittgenstein a Agamben.
El t¨¦rmino m¨ªstica procede del griego mystikos, que literalmente significa cerrado, y define a la filosof¨ªa que trata de los fen¨®menos que no se pueden explicar racionalmente.
Pregunta. ?Qu¨¦ puede aportar la m¨ªstica para explicar el presente, para entender el mundo?
Respuesta. La m¨ªstica tiene una posici¨®n en el nervio de las cosas, en el n¨²cleo, es decir, en la vida interior del hombre. Y el hombre interior es el ¨²nico que puede seguir creyendo en la posibilidad de hacer utop¨ªas, es lo que Robert Musil llamaba el sentido de la posibilidad. Los m¨ªsticos pueden poner de lado todo aquello que molesta, que distorsiona y as¨ª disponer de la libertad de hacer posible lo que no es posible, de abrir la puerta a la utop¨ªa. La m¨ªstica es la filosof¨ªa de la libertad. Hoy en d¨ªa hay una gran discusi¨®n sobre la configuraci¨®n del cerebro. La medicina insiste en se?alarnos en que parte del cerebro se crea tal o tal pensamiento. Se trata de una naturalizaci¨®n completa de la visi¨®n del hombre que olvida completamente quien dice qu¨¦ y quien decide. Todo es siempre es algo m¨¢s que simplemente natural.
P. En su libro busca los rastros de la m¨ªstica en el pensamiento contempor¨¢neo. ?D¨®nde los encuentra?
R. En este libro hago una peque?a investigaci¨®n sobre el debacle de las religiones que se produce en Europa durante los ¨²ltimos 20 a?os y me pregunto a d¨®nde han ido a parar las tendencias m¨ªsticas. Se las puede encontrar por todas partes, naturalmente. Tal vez la m¨ªstica no est¨¢ en los grandes estudios eclesi¨¢sticos o en las universidades, pero est¨¢ muy presente en el trabajo de muchos fil¨®sofos. Witgenstein es el m¨¢s importante, Edmund Husserl y los fenomen¨®logos, y tambi¨¦n Heidegger, que quiso escribir un libro sobre este tema pero al final no lo hizo. Y m¨¢s recientemente Michel Henri, en Francia, que escribi¨® sobre el Maestro Eckhart y una nube de posmodernos que se mueven en torno a la m¨ªstica como Giorgio Agamben.
P. ?Qu¨¦ es la m¨ªstica?
R. Hay un viejo combate entre m¨ªstica y filosof¨ªa que ya comienza con los neoplat¨®nicos que utilizaron este t¨¦rmino sac¨¢ndolo del griego porque que jugaba con la posibilidad de encontrar un trasfondo de pensamiento que no est¨¢ abierto a todos los hombres. La palabra clave de la m¨ªstica alemana es Gelassenheit, que podr¨ªa traducirse por serenidad, pero que hay que entenderlo en el sentido de abandono. Hay un libro de Heidegger que se titula as¨ª. El discurso m¨ªstico es un tipo de poes¨ªa, un tipo de autobiograf¨ªa, un tipo de entusiasmo. El discurso m¨ªstico es existencial.
P. ?C¨®mo explica el extraordinario auge de la m¨ªstica en la espa?a del XVI y XVII cuando se publicaron m¨¢s de 3.000 libros sobre esta materia?
R. Los m¨ªsticos espa?oles tuvieron acceso a los textos renanos, a los m¨ªsticos jud¨ªos y probablemente tambi¨¦n a los m¨ªsticos del Islam. La situaci¨®n antes de 1492 era muy abierta, se conoc¨ªan muchas cosas, muchas m¨¢s que en el norte de Europa. Lo que es realmente nuevo en Espa?a es que hizo de la m¨ªstica no solo un tipo de poes¨ªa religiosa sino una especie de ciencia. En Espa?a se desarroll¨® un sistema de Teolog¨ªa m¨ªstica, una ciencia del alma, con una especulaci¨®n sobre la psicolog¨ªa del alma.
P. ?Qu¨¦ papel juega actualmente la m¨ªstica en la Iglesia cat¨®lica? ?Es m¨ªstica la Iglesia?
R. Es dif¨ªcil decirlo. Creo que hay un gran inter¨¦s por la m¨ªstica en diversos grupos de creyentes, pero tambi¨¦n se puede decir que no hay mucho inter¨¦s por parte de la jerarqu¨ªa. El Papa Ratzinguer, por ejemplo, no est¨¢ muy interesado, la conoce pero tiene algunas reservas. Juan Pablo II era m¨¢s m¨ªstico, porque amaba m¨¢s la poes¨ªa. De hecho hizo su tesis doctoral sobre San Juan de la Cruz.
P. En las tradiciones orientales la m¨ªstica se asocia a t¨¦cnicas como el yoga e incluso con las drogas, como si fueran un atajo hacia la revelaci¨®n. ?Cu¨¢l es la relaci¨®n entre la m¨ªstica y el ¨¦xtasis? ?Van necesariamente juntos?
R. No, no es necesario, pero hay en toda m¨ªstica una tendencia a amplificarse, a ir m¨¢s all¨¢ en el esp¨ªritu, de abarcar... Es una dilataci¨®n del esp¨ªritu y en este contexto todo es posible. Est¨¢ ¨¦xtasis, el raptus y tambi¨¦n el jubilus. Pero no es necesariamente una experiencia que deba ser descifrada psicol¨®gicamente.
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