El Payo, un torero de honor
Los aficionados acudieron para presenciar la confirmaci¨®n de Cayetano Rivera Ord¨®?ez y descubrir a un Payo que regresaba con ¨¦xito de su gira por Espa?a. Y desde luego para atestiguar c¨®mo Miguel Espinosa Armillita, a sus 51 a?os, con casi cinco de ayuno taurino y miembro de una de las grandes dinast¨ªas mexicanas, le confirmaba la alternativa a otro torero de enorme linaje andaluz. El cartel cumpli¨® con las expectativas e incluso fue m¨¢s all¨¢ con el triunfo de El Payo.
Hay tardes en las que aunque no haya toros, hay toreros. Y ¨¦se fue el caso de esta corrida. El Payo se enfrent¨® a los dos astados m¨¢s mansos y peligrosos del encierro, logrando arrancarles a ambos merecidamente ap¨¦ndices. El diestro mexicano comprendi¨® desde la capa que el tercero era toro de dif¨ªcil estilo. A¨²n as¨ª, no se limit¨® a cumplir. Con pies firmes y bien plantados inici¨® ver¨®nicas templadas largas y con recorrido, buscando acomodarlo. Sin estropearlo, lo llev¨® por chicuelinas a la puya. Con la muleta, desde los medios lo convoc¨® con un p¨¦ndulo apretado que continu¨® con una tanda de derechazos de gran calidad y valor. Por la izquierda, el toro no iba, pero a pesar de los calamocheos, El Payo insisti¨® con terquedad hasta que el toro rompiera y as¨ª, acab¨® por embrujarlo y se adue?o de ¨¦l. Su estocada fue honda y mortal, por lo que hubo petici¨®n implacable de dos orejas, que se concedieron.
Ficha
Toros de San Isidro (5) y Los ?banos (1), desiguales de presentaci¨®n y sin fuerzas, deslucidos y sin casta; el 2? y 5? manejables, el 3? y 6? mansos peligrosos, y el resto flojos y descastados.
Miguel Espinosa Armillita: estocada media ca¨ªda tendida (silencio); y media al centro (silencio). Cayetano Rivera Ord¨®?ez: estocada medida trasera y tendida (palmas); y media tendida y trasera (salida al tercio). Octavio Garc¨ªa El Payo: estocada honda y fulminante (dos orejas); y honda y trasera (oreja).
Monumental Plaza M¨¦xico, 6 de diciembre. 5? Corrida de la Temporada. Media entrada.
Del sexto se puede decir poco del toro pero mucho de El Payo. Con ¨¦ste, mostr¨® ser un torero de honor, a carta cabal. A veces los toros dif¨ªciles y peligrosos descubren el gran empaque de los toreros. Su valor no resulta de la espeluznante voltereta y zarandeo que soport¨®, sino porque se le plant¨® un toro in¨²til e imposible para citarlo con un p¨¦ndulo remat¨¢ndolo con pase de regreso por la espalda, para despu¨¦s ligar naturales que se suced¨ªan unos tras otros hasta armar la faena. El acero lo hundi¨® hasta la empu?adura de manera trasera, tardando en doblar el toro. Nuevamente hubo petici¨®n mayoritaria, otorg¨¢ndose una oreja. Al finalizar, la gente aplaudi¨® con gusto su salida a hombros por la puerta grande.
Cayetano soport¨® a un primero verdaderamente infumable. Result¨® un manso que nunca humill¨® y se pas¨® dando ga?afones por doquier. El torero se aplic¨® para torear con alegr¨ªa, usando el capote para trazar medias ver¨®nicas rematadas con lances a una mano y revoleras; siguiendo con gaoneras y tafalleras alternadas suaves y con gran ritmo para llevarlo al caballo. Con la muleta, el toro insisti¨® en no cooperar. A pesar de que el diestro espa?ol le bajaba el pa?o, el toro nunca agach¨® la testa para entonar faena. Logr¨® una media tendida y trasera con lo que cay¨® el astado.
El quinto result¨® un escurridizo al que hab¨ªa que taparle las salidas para torearlo. Cayetano le achic¨® la distancia y lo meti¨® a la muleta y s¨®lo as¨ª pudo adminicularle una buena tanda de derechazos con cambio de mano para torearlo en redondo. Concluy¨® con una media tendida y trasera.
Armillita en realidad reapareci¨® para una ceremonia, apadrinar en su confirmaci¨®n a Cayetano. Se present¨® con gran ¨¢nimo y seriedad para encabezar el cartel, demostrando el gran aprecio que siente por la familia Rivera Ord¨®nez. En d¨ªas previos, en una entrevista, anticip¨® que torear¨ªa con las habilidades de un torero retirado. Y as¨ª lo hizo. Con la muleta supo aplicar un par de tandas de naturales a media altura a un toro que calamocheaba, haci¨¦ndolo embestir a pesar de su mansedumbre. Con el estoque no ha perdido tino, sigue tanto o m¨¢s efectivo que muchos otros. El p¨²blico le reconoci¨® el m¨¦rito de volver para la confirmaci¨®n del diestro espa?ol.
Babelia
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