A la vera del 'padre' Cohen
Javier Mas ha transformado con su bandurria la m¨²sica del poeta canadiense, protagonista de una de las giras m¨¢s exitosas de 2009
Javier Mas cogi¨® el tel¨¦fono y supo en seguida que aquello no era una broma. Y no porque este polifac¨¦tico m¨²sico lleve escuchando sus discos toda la vida. Ni siquiera porque ya hubiera hablado una vez con el veterano cantautor. Mas descolg¨® y supo que era Leonard Cohen porque no hay otro con esa voz. Esa noche, a finales de 2007, Cohen le dijo que al final s¨ª, que se iban de gira. Era casi la una de la madrugada. A Javier (Zaragoza, 57 a?os), el hombre ante el que la leyenda viva -y en buena forma- se arrodilla en cada concierto, se le qued¨® grabado un momento de la conversaci¨®n: "Me dijo que necesitaba que le ayudara a volver a tocar la guitarra, cuando en realidad no le hac¨ªa ninguna falta". Modestia, como la de Javier, que tambi¨¦n pidi¨® un favor: "Si no funciona, si no hay qu¨ªmica, no te preocupes. Me volver¨¦ contento por haber participado". Despu¨¦s de 17 meses de gira y de cientos de actuaciones (nueve de ellas en Espa?a el ¨²ltimo verano), el feeling con el trovador de la voz grave y seductora parece evidente.
Es un hombre espont¨¢neo: recibe en la puerta de su apartamento en Barcelona en zapatillas y con boina. Alterna cigarros con palillos, y lleva a veces las gafas inclinadas sobre una nariz "bastante jud¨ªa", que le emparenta f¨ªsicamente con Leonard Cohen. Su cercan¨ªa no desentona con ese aire dandi que le dan el bigote y las patillas perfectamente cuidadas. Tampoco est¨¢ fuera de lugar su aportaci¨®n a la m¨²sica del poeta canadiense: aires mediterr¨¢neos de bandurria y archila¨²d para arropar unas canciones que forman parte de la vida de Javier. "Me sab¨ªa todas: So long Marianne, Sisters of mercy... Aprend¨ª ingl¨¦s con sus discos".
Actuar con su ¨ªdolo supone una vuelta a sus or¨ªgenes, cuando versionaba en bares sus temas y los de Dylan con ac¨²stica y arm¨®nica. "Soy autodidacta. Con los a?os, cada vez fui tocando m¨¢s a mi estilo". La meta siempre estuvo clara. "Me ha costado decir que no a ciertos proyectos, nunca sabes si te va a faltar el dinero... pero lo he hecho. El objetivo era vivir de la m¨²sica", zanja. Empez¨® a tocar la bandurria a los nueve a?os. A los pocos meses, ya estaba dando conciertos. Entre el sue?o impensable de llamar a Cohen por su nombre de pila y el regalo de su abuelo ("una bandurria, la guitarra era demasiado grande") ha pasado por el blues, el rock y el folclor espa?ol. Ha recorrido Espa?a con la cantautora Mar¨ªa del Mar Bonet. Ha punteado con Raimundo Amador hasta que les dolieron los dedos. Todo lo ha ido incorporando naturalmente a su m¨²sica, y una sonrisa delata que a¨²n sigue disfrutando con el juego, con la mezcla, con la improvisaci¨®n. La misma sonrisa de complicidad que ahora le devuelve a Cohen cada vez que el canadiense se arrodilla ante ¨¦l.
"Lo hizo por primera vez en Canad¨¢, en el primer concierto. Yo me quer¨ªa morir. Me lanz¨® esa mirada p¨ªcara... le dije que no lo volviera a hacer. Pero a ¨¦l le gust¨® y lo hace. No es una pose, sino su manera de darme energ¨ªa, yo le ayudo y ¨¦l me lo agradece". Una deferencia que no tiene con el resto de m¨²sicos, a pesar de que algunos lleven con ¨¦l m¨¢s de 15 a?os. S¨®lo con ¨¦l. Porque Cohen ha tenido que luchar por tener a este zaragozano en primera l¨ªnea del escenario. El sindicato de m¨²sicos estadounidenses exigi¨® que se demostrara que no hab¨ªa ning¨²n americano capaz de asumir el puesto de Mas, como pasa con cualquier extranjero. Ni siquiera conoc¨ªan el archila¨²d.
El pastor de la voz de oro
Hasta que Cohen y Mas han podido tocar juntos, han tenido que recorrer un largo camino. Todo empez¨® cuando el cantante escuch¨® Acordes con Leonard Cohen, el tributo que le rindi¨® en 2007 un grupo de devotos espa?oles (Santiago Auser¨®n, Christina Rosenvinge, Luz Casal y, por supuesto, Mas). En ¨¦l participaban tambi¨¦n el hijo de Cohen y su entonces pareja, Anjani Thomas. "Me dec¨ªan que a ¨¦l le iba a encantar. Yo no hac¨ªa mucho caso. Se le han hecho tantos homenajes...", se encoge de hombros, sin dejar de fumar. Pero no hablaban por hablar. "Nadie hab¨ªa metido bandurria en la m¨²sica de Cohen". Sus arreglos, el estilo Mas, impregnaban las composiciones de una nueva atm¨®sfera. El zaragozano, pese al aplauso del p¨²blico y la cr¨ªtica internacional, quita importancia a su aportaci¨®n: "Solo hago adornos. Me inspiro en el trabajo del virtuoso John Bilezikjian, que lo acompa?¨® con el la¨²d ¨¢rabe en los ochenta; fue m¨¢s innovador lo que ¨¦l hizo".
Cohen no debe de estar de acuerdo. En el primer ensayo, en Los ?ngeles, empezaron con Dance me to the end of love y Javier interpret¨® los mismos arreglos -mediterr¨¢neos, casi de sirtaki- que hab¨ªa compuesto para Luz Casal en el disco. "Al final me acerqu¨¦ a ¨¦l. Le pregunt¨¦ si yo molestaba". Cohen le respondi¨® con una frase de maestro zen: "Toca lo que te salga del coraz¨®n". Mas se volvi¨® a su hotel con la confirmaci¨®n de que aquel hombre aplicaba a su vida la misma filosof¨ªa con la que espolvorea sus letras y su m¨²sica. La misma que le llev¨® a recluirse en un monasterio durante a?os y volver ahora triunfalmente. Y con otra certeza: el Cohen que hab¨ªa visto en los escenarios era el mismo que el hombre que ahora tiene a su lado, a su vera. "Hay gente que no canta en serio cuando ensaya. Pero ¨¦l s¨ª, le ten¨ªa ah¨ª mismo. Y cantaba de verdad", resalta, emocionado.
"Leonard es un hombre de frases rotundas", explica. "Las conversaciones con ¨¦l son siempre interesantes". ?l nunca se ha atrevido a corregirle. Ni siquiera cuando dice "From Barselouna, Havier Mas". Ya intent¨®, sin demasiado ¨¦xito, que aprendiera a pronunciar "bandurria" y "archila¨²d" con sus erres, sus ches y sus acentos. Tampoco ha comentado con ¨¦l por qu¨¦ le presenta en muchas ocasiones como "The sweet shepherd of the strings" (El dulce pastor de las cuerdas). Las palabras, para el poeta: "No quiero condicionarle. Si le digo 'ah, eso que dijiste esta noche me ha llegado' es como forzarle a repetirlo". El canadiense le deja la misma libertad. Le explic¨® en pocas palabras cu¨¢l era su papel: "T¨² tienes que hacer arte mientras yo canto". Mas respondi¨® batiendo con rapidez las cuerdas de sus instrumentos, que respaldan con su vibrante tr¨¦molo la voz del cantante. El resultado es un Lover, lover, lover que suena m¨¢s flamenco que nunca o una introducci¨®n de casi dos minutos para Gypsy's wife, en la que todo el protagonismo es para ese espa?ol con el sombrero calado. "Improviso siempre esa introducci¨®n, incluso en las pruebas de sonido. Habr¨¦ tocado mil diferentes". Una de sus favoritas en directo es Bird on the wire, en la que su participaci¨®n es m¨ªnima: "Toco menos, m¨¢s preciso. Y preparo cosas, las escribo en el hotel".
En habitaciones siempre de primera clase. "Esto es como fichar por el Madrid o el Bar?a: avi¨®n privado, hotelazos", explica. Le hace m¨¢s ilusi¨®n hablar de sus proyectos. Ha grabado con The Swell Season, ganadores del Oscar a la mejor canci¨®n original por la pel¨ªcula Once. No sabe disimular la ilusi¨®n cuando comenta lo que le espera en 2010 con Cohen. Tiene la esperanza de que el trovador se arriesgue a tocar m¨¢s canciones solo, con su guitarra. "Sinceramente, creo que algunos temas suenan mejor en solitario". Y dice, como de pasada: "Estamos preparando canciones nuevas". No puede dar m¨¢s detalles. Como si no acabara de cre¨¦rselo, como cuando el hombre "con el don de la voz de oro" (seg¨²n presume en Tower of song) le pidi¨® que tocara con ¨¦l, que le ayudara con la guitarra. Ya hay conciertos programados. La gira de este a?o arranca en Francia. Javier Mas volver¨¢ a pastorear sus cuerdas mediterr¨¢neas entre los viejos temas de Cohen. Tambi¨¦n entre los nuevos. Siempre lo que le salga del coraz¨®n y no porque tenga todos sus discos, sino porque es imposible negarle un favor a esa voz.
Un hombre, mil estilos
Raimundo Amador hizo que Javier Mas viera la guitarra con otros ojos. "?l ten¨ªa 16 a?os, yo 21. Me impresi¨®n¨® ese ritmo... es el Jimi Hendrix espa?ol". Vivieron a?os juntos. "Es un hermano: siempre que pasa por Barcelona le invito a subir al escenario". Raimundo cree que Cohen se fij¨® en Javier por su versatilidad: "?Hasta toca blues con la bandurria! Est¨¢ en la m¨²sica m¨¢s por el arte que por la t¨¦cnica". Joaqu¨ªn Carbonell, que tambi¨¦n toc¨® con Javier, va m¨¢s all¨¢. "Yo le veo m¨¢s c¨®modo en el blues, el rock and roll... es su patria musical". Que se lo digan al sindicato de m¨²sicos. O al gran Albert Collins, que hizo subir a un joven Javier cuando le vio tocar con su banda Big Chief. El folk tambi¨¦n tuvo su importancia para Mas. "Bob Dylan me cambi¨® la vida". Los arreglos que preparaba para las canciones de Carbonell, con el que compart¨ªa gustos, iban en esa l¨ªnea. El cantautor aragon¨¦s avisa: "Le he pronosticado que tocar¨¢ con Dylan. Y es curioso, porque al final es ese toque mediterr¨¢neo, que aprendi¨® junto a Mar¨ªa del Mar Bonet, el que le va a hacer mundialmente conocido, eso es porque Javier no tiene prejuicios. No hace de menos a ning¨²n estilo".
Babelia
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