?Gol de Vargas Llosa!
El escritor peruano advierte contra la vuelta del caudillismo a Latinoam¨¦rica
Mario Vargas Llosa lleg¨® puntual¨ªsimo al teatro Adolfo Mej¨ªa de Cartagena de Indias. A las 12,27, hora colombiana. Seis m¨¢s en Espa?a. Su intervenci¨®n, sin embargo se retras¨® 20 minutos. ?La raz¨®n? La multitud que esperaba a la puerta del teatro bajo un sol de esos que, injustamente, el t¨®pico llama "de justicia". Parec¨ªa m¨¢s la entrada a un concierto de rock o a un partido de f¨²tbol que a un coloquio literario, y ser¨¢ el rigor brit¨¢nico que se le supone al Festival Hay o ser¨¢ simplemente el progreso, pero hasta alguna dama ilustre con guardaespaldas hab¨ªa en una cola doble en torno a la que revoloteaba una nube de vendedores de refrescos, sombreros y abanicos.
Ya en el interior y apagadas las luces, aparecieron en el escenario el autor de La ciudad y los perros y su compa?ero de charla, el escritor colombiano H¨¦ctor Abad Faciolince, que estos d¨ªas publica Traiciones de la memoria (Alfaguara), una suerte de coda de El olvido que seremos, el estremecedor libro en el que narr¨® el asesinato de su padre. Abad no dej¨® que la admiraci¨®n inutilizara su papel de m¨ªnimo inquisidor y el resultado fue una vibrante visita guiada al universo de Mario Vargas Llosa. ?stas son algunas de las estaciones del recorrido.
Un escritor sin inspiraci¨®n. "Mi disciplina a la hora de escribir naci¨® de la comprobaci¨®n deprimente de que no ten¨ªa inspiraci¨®n. Por eso me sirvi¨® tanto descubrir, cuando llegu¨¦ a Par¨ªs en 1959, a Flaubert y, sobre todo, su correspondencia. Flaubert empez¨® siendo un mal escritor, un mero imitador, y para llegar a ser el genio que fue se impuso una disciplina de galeote. Yo llegu¨¦ a la conclusi¨®n de que si uno no ten¨ªa talento pod¨ªa provoc¨¢rselo a base de trabajo".
Crisis social, salud art¨ªstica. "Las sociedades inestables en las que se percibe una cierta inseguridad tienden a generar literaturas m¨¢s ambiciosas que aquellas sociedades m¨¢s estables en las que se percibe como algo pueril el deseo de llevar a cabo un gran proyecto novelesco. Por eso la literatura latinoamericana dio grandes frutos en los a?os 60, en un momento convulso en el que nadie apostaba por Am¨¦rica Latina. Pero todo esto no es m¨¢s que una tendencia y no una ley hist¨®rica, yo no creo en las leyes hist¨®ricas. Adem¨¢s, en el arte siempre prima el elemento individual".
Pol¨ªticos y rufianes. "?Por qu¨¦ me present¨¦ a la presidencia de Per¨² si le hab¨ªa hecho decir a uno de mis personajes que la pol¨ªtica es un mundo de rufianes? Tal vez por la atracci¨®n del abismo, pero sobre todo porque no debemos sacar conclusiones de desd¨¦n aristocr¨¢tico de esa frase. Eso ser¨ªa hacer el avestruz. Cuanta m¨¢s gente decente haya en la pol¨ªtica m¨¢s se adecentar¨¢ ¨¦sta".
Elogio de la imperfecci¨®n. "Si fui mi cr¨ªtico como opositor a Alan Garc¨ªa en Per¨² y ahora no lo soy tanto es porque ¨¦l piensa ahora cosas que yo pensaba entonces. En materia est¨¦tica podemos ser intransigentes porque la imperfecci¨®n es intolerable, pero en pol¨ªtica eso es imposible. Hay que optar por el consenso y hacer concesiones, eso es la democracia, el menos malo de los sistemas. Los ¨²nicos que creen que la perfecci¨®n es posible en pol¨ªtica son los fan¨¢ticos".
Diez a?os hu¨¦rfano. "A m¨ª me vacun¨® contra el fanatismo la mala relaci¨®n que tuve con mi padre, un hombre muy autoritario al que conoc¨ª cuando ten¨ªa 10 a?os. Hasta entonces me hab¨ªan ocultado que mi padre estaba vivo por la verg¨¹enza familiar de decir que mi madre se hab¨ªa divorciado. Yo me hab¨ªa criado como un ni?o muy mimado y seguro que era engre¨ªdo e insoportable, pero la aparici¨®n de mi padre fue brutal. Eso s¨ª, reconozco que en mi propio trabajo hay una dosis de fanatismo, el de sacrificarlo casi todo en busca de la gran obra".
Caudillo a la vista. Uno de los momentos cumbre de la charla fue la pregunta de H¨¦ctor Abad por las posibilidades de progreso en Am¨¦rica Latina cuando proliferan tantos "caudillos que se hacen reelegir ,empiece su nombre por Ch, M o U", dijo el escritor colombiano en alusi¨®n a Hugo Ch¨¢vez, Evo Morales y ?lvaro Uribe. La respuesta de Vargas Llosa fue igual de contundente: "Hay que acabar con los caudillos, que no son m¨¢s que m¨¢quinas destructoras, y hay que aceptar esa cosa que a veces parece mediocre que es la democracia. Un escritor sabe lo importante que es la forma. Si se rompen las formas de la democracia lo que sufre es su contenido".
Los riesgos del compromiso. "Ya s¨¦ que con mis opiniones pol¨ªticas corro el riesgo de que me caricaturicen como imperialista y capitalista manchesteriano, pero asumo el riesgo. Por eso escribo en los peri¨®dicos, para matizar, y para que se entienda por qu¨¦ hago lo que hago. Por ejemplo, apoyar a Pi?era en Chile, el candidato conservador, porque me parece que la alternancia es importante. Lo conozco personalmente y s¨¦ que es un dem¨®crata convencido que nunca apoy¨® a Pinochet. Por lo dem¨¢s, ¨¦l es cat¨®lico y yo no, yo estoy a favor de los matrimonios homosexuales, el aborto y la eutanasia y ¨¦l, no. Pero no puedo apoyar a alguien id¨¦ntico a m¨ª porque no lo encontrar¨ªa. La ¨²nica manera de que no te caricaturicen es callarse y convertirse en un mirlo blanco. Prefiero que me ataquen y aportar mi grano de arena. Optar por una posici¨®n es optar por el riesgo. Por eso no entiendo a los intelectuales que prefieren los esl¨®ganes a las ideas".
Nueva novela. "En una biograf¨ªa de Joseph Conrad me top¨¦ con un amigo suyo diplom¨¢tico que le hizo ver la brutalidad que los colonizadores aplicaban en pa¨ªses productores de caucho como el Congo, un pa¨ªs del tama?o casi de Europa occidental que las potencias mundiales decidieron regalar a Leopoldo de B¨¦lgica. Sin ¨¦l El coraz¨®n de las tinieblas no ser¨ªa como es porque hasta entonces la idea que Conrad ten¨ªa del Congo estaba manipulada por la propaganda del rey de los belgas. Me fascin¨® el personaje y ya tengo una primera versi¨®n del manuscrito de una novela en torno a ¨¦l. Siempre me vienen as¨ª las ideas: la curiosidad dispara la ficci¨®n. ?De d¨®nde saco la energ¨ªa para viajar, estudiar y entrevistar gente preparando los libros? De que en el fondo quiero ser un buen escritor. Pero no juguemos al ni?o digno: es un esfuerzo, pero, sobre todo, un enorme placer".
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