La huella de los maestros
Fornells reivindica el magisterio decimon¨®nico de tres pintores.- La catedr¨¢tica ingresa como Amigo de la Real Sociedad Bascongada
La catedr¨¢tica de Historia del Arte Montserrat Fornells quiso reivindicar la importancia de los maestros en su lecci¨®n de ingreso como Amigo de N¨²mero de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del Pa¨ªs, celebrada en el Palacio de Insausti de Azkoitia. Como investigadora, Fornells ha buceado esta vez en tres artistas guipuzcoanos de la primera mitad del XIX: Antonio Mar¨ªa de Lekuona (Tolosa, 1851-1907); Jos¨¦ Echenagusia (Fuenterrab¨ªa,1844-1912) y Pedro Alejandrino Irureta (Tolosa 1851-1912), tres precursores que se dedicaron a la pintura cuando nadie lo hac¨ªa y que adem¨¢s ten¨ªan que dar clases para subsistir.
"?Alguien cree que esa generaci¨®n espl¨¦ndida de pintores como los Zuloaga, los Arr¨²e, Arteta o los Zubiaurre, entre otros, surge de la nada?", se pregunta Fornells. "Pues no. Es producto de esta generaci¨®n que, con su inter¨¦s por representar tipos y paisajes de la zona, van a crear el caldo de cultivo para que m¨¢s tarde aparezca ese esplendor que todo el mundo conoce". Sus cuadros permanecen hoy en los fondos ocultos de los museos, apagados por el brillo de los de sus disc¨ªpulos.
La especialista ha analizado la vida y obra de Lekuona, Irureta y Echenagusia
"Fueron el caldo de cultivo para el esplendor de los Zuloaga, Arteta o Zubiaurre"
La historiadora asegura que, junto a ser buenos pintores, todos ellos tuvieron unas "vidas apasionantes". Vivieron los principios del Romanticismo y m¨¢s tarde de la corriente realista. Y su formaci¨®n es propia de la ¨¦poca. "Pasan por la Academia de San Fernando, donde ense?an Madrazo, Esquivel o los grandes del Romanticismo espa?ol, y despu¨¦s viajan a Italia para regresar a ganarse la vida ense?ando o a hacer algunas exposiciones o encargos".
Lekuona obtuvo la plaza de dibujante del Museo de Ciencias Naturales y vivi¨® diez a?os en Madrid. Tras casarse, se instal¨® en Bilbao, donde fue profesor de todos los j¨®venes, incluido Unamuno, quien lo menciona en sus memorias de juventud. "Era carlista y, al estallar la ¨²ltima guerra abandon¨® Bilbao para ir a Vergara, donde se convirti¨® en pintor de c¨¢mara de Carlos VII", relata Fornells. En esa ¨¦poca realiz¨® dos retratos de grupo: uno fue quemado por los liberales tras la contienda; el segundo representa a Carlos VII con los junteros de la merindad de Durango.
Echenagusia era empleado de los Ferrocarriles Vascongados, pero tras heredar la fortuna de un familiar muerto en la guerra march¨® a Roma para cultivar su afici¨®n art¨ªstica. All¨ª vivi¨® treinta a?os, cre¨® una especie de lobby de artistas espa?oles que se hizo con todo el mercado italiano del momento. "Fue el catalizador de los artistas vascos".
Irureta viaj¨® a Roma con una beca de la Diputaci¨®n de Guip¨²zcoa y fue ¨ªntimo de Echenagusia. Regres¨® en 1879 al sacar plaza en la Real Academia de Artes y Oficios de San Sebasti¨¢n, donde ense?¨® a todos los j¨®venes guipuzcoanos.
![Fornells recibe el saludo del presidente de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del Pa¨ªs, Jos¨¦ Mar¨ªa Urqu¨ªa.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/EP7SWBYRRG3ZZSLE5QJDHDQBAY.jpg?auth=5041c9861b1c78737e6b8f8a7d688d349510a0b5afc03ee286843ce6db197403&width=414)
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