Par¨ªs abre las puertas de la masoner¨ªa
La logia Gran Oriente de Francia dedica el primer museo a esta corriente de pensamiento en sus 300 a?os de historia
El secreto mundo de las logias mas¨®nicas, vinculado a la Ilustraci¨®n y perseguido durante la II Guerra Mundial, abre a partir de hoy sus puertas a los profanos en la sede parisina del Gran Oriente de Francia. Casi 300 a?os despu¨¦s de que el pastor James Anderson redactase el Libro de las Constituciones -en lo que se considera el inicio de la masoner¨ªa moderna-, el Museo de la Francmasoner¨ªa ambiciona ocupar "una posici¨®n preponderante en el centro del la cultura mas¨®nica en los a?os futuros".
As¨ª lo afirma Pierre Lambicchi, Gran Maestro del Gran Oriente de Francia, instituci¨®n creada en 1773 y cuyo m¨¢ximo grado lo ocup¨®, entre otros c¨¦lebres personajes de la Historia, Jos¨¦ Bonaparte (rey de Espa?a entre 1808 y 1813), como muestra la l¨ªnea del tiempo mas¨®nica que puede contemplarse en el reci¨¦n inaugurado museo. La profesi¨®n mas¨®nica no ha dejado nunca de ocupar un notable lugar en la historia de Francia, desde los d¨ªas en los que se gestaba la Revoluci¨®n Francesa (1789) hasta la actualidad, donde Xavier Bertrand, el secretario general del partido pol¨ªtico del presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, forma parte de esta comunidad que debe su nombre a la palabra francesa "alba?il".
Abonados a las teor¨ªas conspirativas
Recuerda Lambicchi que los valores masones est¨¢n estrechamente vinculados a los que inspiraron a los revolucionarios del siglo XVII como el pensador Voltaire -ilustre miembro de la sociedad mas¨®nica- y al lema nacional franc¨¦s, que aspira a la libertad, igualdad y fraternidad de todos los ciudadanos republicanos. Desde entonces hasta nuestros d¨ªas, los masones no han dejado de influir en el devenir de la sociedad francesa. Tanto es as¨ª que Francia ha visto recientemente c¨®mo algunos de sus maestros participaban en la redacci¨®n de la ley que permite las uniones civiles del mismo sexo o el estudio de la legislaci¨®n sobre bio¨¦tica, se?alan las explicaciones del museo.
Las masoner¨ªa francesa, prohibida durante el Gobierno colaboracionista de Vichy de la II Guerra Mundial pero tolerada en la Francia liberada, atrajo tambi¨¦n a pensadores de otros pa¨ªses, como al pintor cubista espa?ol Juan Gris, que fue iniciado por la logia de Par¨ªs en 1923. Pero es el car¨¢cter secreto de las logias mas¨®nicas, terreno f¨¦rtil para teor¨ªas conspirativas, y los rituales en los que participan sus miembros, lo que m¨¢s llama la atenci¨®n de los no iniciados. Por ello, el visitante comienza su recorrido por el museo descubriendo una serie de dibujos y obras de arte que hacen referencia a dichos rituales, para adentrarse despu¨¦s en un universo de simbolog¨ªa mas¨®nica, que abarca pinturas, esculturas, vajillas de porcelana, sables delantales, libros y una infinidad de artes decorativas que alcanzan los 10.000 objetos.
Destacan entre ellos los delantales -uno de los s¨ªmbolos mas¨®nicos m¨¢s extendidos- de Voltaire o de J¨ºrome Bonaparte, Rey de Westfalia y hermano de Napole¨®n I, la espada de "venerable" que perteneci¨® a Lafayette, o una edici¨®n original de las Constituciones de Anderson. Ninguna referencia, no obstante, al libro "El s¨ªmbolo perdido" del exitoso Dan Brown, quien ha conseguido vender millones de ejemplares de su novela basada en una conspiraci¨®n francomas¨®nica. Pero el museo no pretende exclusivamente convertirse en un espacio que atestig¨¹e la influencia de la masoner¨ªa en la sociedad gala, sino participar adem¨¢s en el futuro de dicha comunidad, que se dice liberal y anti-dogm¨¢tica. Por ello, la mitad de su espacio se dedicar¨¢ a exposiciones temporales, as¨ª como a celebrar coloquios y reuniones en las que quiz¨¢ puedan participar aquellos que sienten cierta fascinaci¨®n por el misterioso universo de la masoner¨ªa.
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