Calixto Bieito convence en Stuttgart con su versi¨®n de 'Parsifal'
La sangrienta y apocal¨ªptica propuesta del director espa?ol obtiene 14 minutos de aplausos salpicados por algunos abucheos
Ayer la ?pera de Stuttgart se visti¨® de gala. 34 a?os despu¨¦s de la presentaci¨®n de la ¨²ltima producci¨®n de Parsifal, la ¨²ltima ¨®pera de Wagner volvi¨® al coliseo l¨ªrico alem¨¢n con un nuevo montaje esc¨¦nico sangriento y apocal¨ªptico firmado por Calixto Bieito, que convenci¨® y obtuvo la aprobaci¨®n mayoritaria del p¨²blico que le dedic¨® 14 minutos de entusiastas aplausos salpicados por algunos abucheos cada vez que el director de escena aparec¨ªa con su equipo para saludar.
La larga duraci¨®n de la obra, cinco horas y cuarto, no fue obst¨¢culo para que los espectadores, que llenaron el coliseo l¨ªrico alem¨¢n -las entradas hace semanas que est¨¢n agotadas para todas la funciones previstas hasta el 25 de abril-, permanecieran un cuarto de hora m¨¢s en sus butacas para premiar con sus aplausos el intenso trabajo vocal y actoral. El equipo de cantantes est¨¢encabezado por el tenor estadounidense Andrew Richards, quien debutaba en el papel protagonista; la soprano alemana Christiane Ivern, tambi¨¦n interpretando por primera vez el personaje de Kundry; y el bar¨ªtono dan¨¦s Stephen Milling, en el papel de Gurnemanz. Tambi¨¦n tuvieron grandes ovacionesel coro y la orquesta a cuyo frente estuvo el directoraustriaco Manfred Honeck, responsable musical de la ?pera de Stuttgart.
La versi¨®n de Bieito de Parsifal, de aires cinematogr¨¢ficos, est¨¢ ambientada en un futuro en el que un cataclismo ha destruido el planeta dejando la tierra contaminada y llena de cenizas y a los supervivientes convertidos en seres deshumanizados de instintos primarios y destructores que no dudan en practicar el canibalismo para sobrevivir. El decorado reproduce una autopista hundida bajo la que viven seres con deformidades f¨ªsicas y an¨ªmicas en busca de un dios que les redima.
El joven e inocente Parsifal del libreto de Wagner, el inconciente puro que salvar¨¢ a los custodios del Grial, deviene en la versi¨®n del director de escena espa?ol en un salvaje, que como el resto de los humanos que quedan, sobrevive depredando. Su encuentro con Gurnemanz, el caballero del Grial convertido aqu¨ª en un capell¨¢n que no duda de matar a un ni?o para dar de comer a los suyos, le introducir¨¢ en la defensa de la fe suministr¨¢ndole droga. El alucinado viaje que emprende Parsifal le llevar¨¢ en el ¨²ltimo acto convertirse el redentor de todos los creyentes, sea cual sea su fe o religi¨®n, desde el cristianismo, al budismo, pasando por el juda¨ªsmo o los wagnerianos.
La innovadora contundente propuesta de Bieito provoc¨® no pocos comentarios ingeniosos entre el p¨²blico durante el primer entreacto. Entre ellos el de si Wolfgang Wagner, nieto del compositor que ayer hizo una semana que falleci¨®, har¨ªa una propuesta similar si ahora volviera dirigir esc¨¦nicamente el testamento musical de su abuelo. Comentarios s¨®lo en los entreactos, porque durante la representaci¨®n no se escuch¨® ning¨²n reproche al director de escena espa?ol, quien en enero de 2008 hizo su debut, tambi¨¦n en la ?pera de Stuttgart, en el mundo de Wagner dirigiendo El holand¨¦s errante.
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