El Holocausto con voz eslovena
Babelia avanza en primicia el pr¨®logo que Claudio Magris ha hecho para el libro imprescindible de Boris Pahor, 'Necr¨®polis' (Anagrama), sobreviviente del nazismo
"Es una de las obras maestras de la literatura del Holocausto" Con esta contundencia define Claudio Magris Necr¨®polis, de Boris Pahor, uno de los sobrevivientes eslovenos del horror del nazismo en la Segunda Guerra Mundial. El escritor italiano se refiere en esos elogiosos t¨¦rminos en el pr¨®logo que acompa?ar¨¢ la edici¨®n espa?ola del libro que Anagrama pondr¨¢ a la venta el pr¨®ximo 13 de mayo. Ante la trascendencia del valor testimonial y literario de Necr¨®polis, Babelia adelanta hoy este texto de Magris en ELPAIS.com, donde tras estas p¨¢ginas el lector se encontrar¨¢ con un Boris Pahor cuyo nombre y obra queda ya unido al de otros autores que han narrado desde su experiencia el infierno del Holocausto, tales como Primo Levi, Elie Wiesel, Imre Kert¨¦sz, Robert Antelme y Jorge Sempr¨²n.
"La mirada microl¨®gica del autor atrapa lo esencial -el horror dif¨ªcilmente expresable- desde part¨ªculas aparentemente insignificantes y coloca cada cosa, aunque sea m¨ªnima, dentro de una perspectiva global, dentro de la totalidad de la vida y de los procesos naturales e hist¨®ricos". Es la mirada del italiano Magris sobre el texto que ha creado Pahor, un hombre de 97 a?os nacido en Trieste y que estuvo en varios campos de concentraci¨®n como Dachau y Natzweiler-Struthof en la Alsacia francesa, y el primero de los campos de la muerte que fue descubierto por los Aliados en 1944.
Una historia que parte, se reconstruye y vivifica a partir de una visita que Boris Pahor realiza a ese antiguo campo de la muerte de la Alsacia en medio de los turistas que hoy lo recorren. A partir de ah¨ª, el autor logra imbricar de manera natural ese presente bullicioso de gente que pasea y quiere homenajear y no olvidar, con el infernal pasado evocado y revivido en una prosa po¨¦tica. El escritor entabla un di¨¢logo consigo mismo y con el resto del mundo. Todo ello esparcido de reflexiones sobre sentimientos, emociones, ideas y sensaciones conocidas y desconocidas que crean una cartograf¨ªa de lo mejor del ser humano pero tambi¨¦n de los precipicios empe?ados en crear ¨¦l mismo.
"Con este gran libro Pahor afronta la tortuosa pesadilla de la culpabilidad del superviviente, de quien ha regresado", analiza Claudio Magris, autor de t¨ªtulos como El Danubio. "?l no se deshace de la culpa, la asume como asume la presencia a cada instante de su existencia vivida en la necr¨®polis, que no s¨®lo es la necr¨®polis de ese lugar y de los campos de concentraci¨®n, sino la existencia en general".
La narraci¨®n de Pahor describe un mundo aterrador creado por Hitler y el nazismo que aunque ya contado por otros autores aqu¨ª parece y se aparece diferente. Su voz, con sus frases, met¨¢foras y recuerdos son como una cerilla que se enciende en la oscuridad del mal.
Una de las im¨¢genes que podr¨ªa acercarse a lo que este libro contiene en forma y fondo y su trascendencia es la coincidencia y fusi¨®n de un hecho fortuito de la naturaleza con la maquinaci¨®n del ser humano: "As¨ª, la luz sorprendi¨® en su nido a un gorri¨®n que hab¨ªa muerto de hambre antes de que le saliesen las plumas y que ahora se mueve inerte de acuerdo con los movimientos de la mano que ejecuta las ¨®rdenes del examinador".
Es la vida de un Boris Pahor que de joven tuvo la suerte de tener el dedo me?ique malo, cubrirlo con una venda y gracias a eso poder contarlo. Un hecho "bendito" que le permiti¨® "jugar al escondite con el destino". Las p¨¢ginas de Necr¨®polis tambi¨¦n repasan la historia del pueblo esloveno, su cultura, el destino que por momentos se ensa?a con ellos mientras ellos se rebelan contra la asimilaci¨®n. Una obra imprescindible como escribe Magris en el pr¨®logo que se puede leer hoy en la edici¨®n digital de este diario.
Ya en las p¨¢ginas del propio libro se escuchan voces, pisadas, lluvias; escapan susurros; se ven los uniformes a rayas blancas y viol¨¢ceas, la oscuridad; se percibe la esperanza que habita detr¨¢s de los montes Vosgos que no llegar¨¢ hasta 1944; se siente el fr¨ªo de la nieve, el anhelo y los remordimientos por comerse el pan del que ya no volver¨¢; los temores agazapados que no dejan dormir. "La puerta sigue cerrada. En el bosque empieza a ulular un b¨²ho, surgido de repente de la imaginaci¨®n amedrentada de un ni?o que se ha dejado llevar por el cuento de su abuela. El suelo est¨¢ sembrado de bultos de los que crecen blancos cuerpos desnudos".
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