Los tapices de Pastrana llegan a Portugal por primera vez
El Museo Nacional de Arte Antiguo de Lisboa expone cuatro telas monumentales del siglo XV, piezas excepcionales encargadas por el rey Alfonso V de Portugal
El Museo Nacional de Arte Antiguo de Lisboa expone desde esta semana cuatro tapices monumentales (10 por 6 metros) del siglo XV, piezas excepcionales encargadas por el rey Alfonso V de Portugal, que hasta su restauraci¨®n, en el 2009, sobrevivieron arrinconadas en la Iglesia-Colegiata de Nuestra Se?ora de la Asunci¨®n de Pastrana, de la di¨®cesis de Sig¨¹enza-Guadalajara. Seg¨²n los especialistas, se trata de una de las mejores muestras de tapices flamencos de estilo g¨®tico. Es la primera vez que se re¨²nen en Portugal las cuatro telas tejidas en Tournai (B¨¦lgica), que reflejan el proceso de expansi¨®n de las naciones ib¨¦ricas en el norte de ?frica. La exposici¨®n "La invenci¨®n de la gloria. Don Alfonso V y los Tapices de Pastrana" se enmarca en las actividades culturales de la Presidencia espa?ola de la Uni¨®n Europea.
Los tapices contienen una trilog¨ªa ¨¦pica de la captura de Arzila (desembarco, asedio y asalto) y la ocupaci¨®n de T¨¢nger por las tropas portuguesas de Alfonso V, cuyas conquistas le valieron el sobrenombre de "el Africano". El periodista Miguel ?ngel Aguilar, presidente de la Fundaci¨®n Carlos de Amberes, que ha patrocinado la restauraci¨®n de las obras, describe los tapices como "reportajes de actualidad" y "magn¨ªficas cr¨®nicas de guerra en tela".
Fue preciso negociar con el Obispado de Sig¨¹enza-Guadalajara, propietario de los tapices desde el siglo XVII, por donaci¨®n del duque del Infantado, para trasladar las telas a la Real Manufactura De Wit, en la ciudad belga de Malinas, referente internacional en la recuperaci¨®n de obras textiles. Los tapices estaban muy deteriorados por la acci¨®n de las polillas y el paso inexorable del tiempo. La restauraci¨®n fue laboriosa y cont¨® con la colaboraci¨®n financiera de la Fundaci¨®n InBev-Baillet Latour, que promueve la conservaci¨®n del patrimonio hist¨®rico belga. Seg¨²n Aguilar, restaurar y exponer los tapices ha costado 330.000 euros.
La existencia de los tapices fue conocida en Portugal en 1915 a trav¨¦s de los historiadores Jos¨¦ de Figueiredo y Reinaldo dos Santos. Las telas han vivido diversas odiseas a lo largo de su historia. Formaron parte del inventario de obras de arte que el Gobierno republicano orden¨® proteger de los bombardeos de la Guerra Civil. Salieron de Madrid junto a los cuadros del Museo del Prado rumbo a Valencia, y de all¨ª fueron transportados hasta Ginebra, en virtud de un acuerdo internacional que obtuvo el jefe de Gobierno, Juan Negr¨ªn. Aquel tesoro art¨ªstico regres¨® a Espa?a terminada la contienda.
Previamente, en 1932, Manuel Aza?a, presidente de la Rep¨²blica, hab¨ªa encargado a la F¨¢brica Nacional de Tapices una reproducci¨®n de las telas de Pastrana. Los trabajos se prolongaron hasta 1957, a?o en que las copias fueron adquiridas por el Estado portugu¨¦s, por orden del dictador Ant¨®nio de Oliveira Salazar, y est¨¢n expuestas en el Palacio de los Duques de Bragan?a, en Guimar?es.
Los tapices verdaderos han estado este a?o en sendas exposiciones en el Museo Real de Arte e Historia de Bruselas y en el Palacio del Infantado de Guadalajara. Hasta el 12 de septiembre estar¨¢n en Lisboa. Posteriormente, ir¨¢n a Estados Unidos, al Metropolitan de Nueva York, y a Washington DC, y regresar¨¢n a Pastrana. Antes, el obispado de Sig¨¹enza tendr¨¢ que buscar un lugar en condiciones para albergar tan valiosas obras, que cumpla con las normas del Instituto del Patrimonio Cultural de Espa?a, lugar que en estos momentos no existe.
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