El surrealismo, a trav¨¦s de la fotograf¨ªa y el cine
La Fundaci¨®n Mapfre abre 'La subversi¨®n de las im¨¢genes', un detallado recorrido por la cara menos conocida del surrealismo, a trav¨¦s de 400 obras
Pablo Picasso est¨¢ en plena juerga. R¨ªe sin parar mientras, vaso en mano, se toca la cabeza con una mantilla espa?ola. Dedica sus bromas a una guapa mujer morena que tiene al lado mientras que, sobre la pantalla, se van viendo primeros planos de los acompa?antes. Son im¨¢genes de La garoupe, una prueba cinematogr¨¢fica de ocho minutos filmada por Man Ray en 1937. El documento visual es una de las 400 obras que forman parte de la exposici¨®n La subversi¨®n de las im¨¢genes (Surrealismo, fotograf¨ªa y cine) que hasta el 12 de septiembre se puede ver en la sede madrile?a de la Fundaci¨®n Mapfre. Desde la p¨¢gina de la Fundaci¨®n Mapfre se pueden visitar las piezas m¨¢s importantes de la muestra, dar un vistazo a los textos del cat¨¢logo, acceder a la informaci¨®n sobre los talleres y visitas guiadas y comprobar las horas de las proyecciones de las pel¨ªculas que se proyectan en la planta baja del edificio.
La exposici¨®n consiste en contar la parte puramente visual de uno de los movimientos m¨¢s populares del siglo pasado: el surrealismo. Los comisarios Quentin Bajac, Cl¨¦ment Cheroux, Guillaume Le Gall, Michel Poivert y Philippe-Alain Michaud han explicado esta ma?ana que han tratado de rescatar todas las im¨¢genes fundamentales para entender esta corriente art¨ªstica. Para ello han conseguido 300 fotograf¨ªas, un centenar de documentos y 10 pel¨ªculas prestadas por colecciones p¨²blicas y privadas de todo el mundo.
Organizada en 10 secciones, arranca con las acciones colectivas que tan fundamentales fueron entre los surrealistas. Escritos conjuntos, cad¨¢veres exquisitos y collages. El teatro de la sinraz¨®n muestra lo importante que era la puesta en escena para todas las actividades del grupo. El cuerpo y el erotismo protagonizan la mayor parte de las fotograf¨ªas de este apartado y lo que importan los rincones perdidos de las ciudades. En El modelo interior predominan los retratos de hombres y mujeres con los ojos cerrados que evocan la m¨¢xima actitud surrealista: ver con los ojos cerrados. Viene despu¨¦s La tabla de montaje, los escenarios creados para encuentros inesperados. La Pulsi¨®n esc¨®pica recoge su necesidad irrefrenable de contemplar el objeto del deseo. La escritura autom¨¢tica y Los principios sobre el buen uso del surrealismo cierran lo que ser¨¢ otra de las exposiciones imprescindibles para el verano.
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