Sofia Coppola saca la cabeza en un Lido inundado
Una tromba de agua causa desperfectos en las instalaciones del festival de cine durante la presentaci¨®n del filme 'Somewhere'
Era lo ¨²nico que le que le faltaba a la Mostra hu¨¦rfana de sorpresas y con programaci¨®n bajo m¨ªnimos: una tonelada de agua. La secci¨®n del tiempo de los peri¨®dicos italianos ya anunciaba para hoy la posibilidad de lluvia, pero a la hora de verdad ni los m¨¢s viejos del lugar recordaban tal intensidad en tan poco tiempo; la tormenta perfecta de tama?o port¨¢til: un monstruo de media hora de duraci¨®n que ha dejado el Lido como un arroz caldoso.
Ser¨ªan las doce menos cuarto cuando el cielo negro se ha convertido en una lluvia fina, para dejar despu¨¦s paso al chaparr¨®n, y de ah¨ª al diluvio pasando por diversas fases de granizo para que no faltase de nada. La cosa ha llegado a tales extremos que varios actores y directores (entre ellos Julian Schnabel) han buscado refugio en esquinas y sof¨¢s, alej¨¢ndose de las mesas, y aterrados ante la posibilidad de que los tenderetes que se usan en este a?o para acoger los compromisos period¨ªsticos de la prensa internacional -y cuyos cimientos son estructuras prefabricadas- pudieran irse a tomar viento en cuesti¨®n de minutos.
La tromba, todo sea dicho, hubiera sido menos flagrante en una gran ciudad como Berl¨ªn o en Cannes, pero en el Lido donde todo est¨¢ manga por hombro la cosa ha puesto en la mesa las verg¨¹enzas de la Mostra: el cuerpo de seguridad del certamen se ha negado a abrir los accesos para permitir el paso de los periodistas por zonas no inundadas, como si ello fuera constituir alg¨²n prejuicio para su trabajo; la escenograf¨ªa de Dante Ferretti, reciclada una y otra vez por los responsables del evento, ha quedado maltrecha y a punto ha estado alg¨²n le¨®n de caer en la cabeza de alguien.
Por ¨²ltimo, una parte del techo de la sala de prensa se ha venido abajo y una catarata de agua ha empezado a dejar la sala impracticable, los ordenadores se han apagado y los que estaban all¨ª trabajando en ese momento han sido desalojados a toda prisa. De la reapertura no se sabe nada a la hora de escribir estas l¨ªneas y la ¨²nica informaci¨®n que consta en la propia sala es una cartel escrito a mano en un DIN A-4, en italiano e ingl¨¦s, que reza: "La sala de prensa restar¨¢ cerrada hasta nuevo aviso". Eso s¨ª, lo que han hecho los operarios es asegurarse de cerrar bien las cortinas para que los que quer¨ªan tomar fotos del desastre se quedaran con las ganas. Naturalmente, el que haya venido a la Mostra sin su propio ordenador tendr¨¢ que hacer malabarismos para enviar sus cr¨®nicas. Al menos, y como dice la mencionada nota "hasta nuevo aviso".
Con respuestas breves y tono bajo ha liquidado Sofia Coppola su rueda de prensa en Venecia, como si de alg¨²n modo intentar¨¢ transmitir a la concurrencia que todo lo que ten¨ªa que decir lo hab¨ªa dicho unos momentos antes en Somewhere. Su pel¨ªcula ha levantado el ¨¢nimo de la Mostra con una delicad¨ªsima introspecci¨®n de la vida de un actor que est¨¢ a punto de pasar de estrella a estrellado. Interpretado con sumo lujo de detalles e infinito talento por Stephen Dorff, el personaje pasar¨ªa por ser una versi¨®n juvenil del personaje de Bill Murray en Lost in translation, un hombre perdido que por no tener ni tiene ni casa y que ejerce de cuerpo extra?o en las tripas del m¨ªtico hotel Chateau Marmont donde en la vida real pasan tardes y -sobretodo- noches los famosotes de Hollywood. En esta meca de lujo y despiporre instala su c¨¢mara Sofia Coppola, que de alguna forma encuentra la manera de contar una historia sin importancia, mil veces vista, de un modo distinto: distante y cercano a un tiempo.
El clic que sufre el personaje de Dorf, Johnny Marco, viene activado por la presencia en su vida de su hija de 11 a?os a la que viste y calza Elle Fanning, otra de esas ni?as que hacen de su naturalidad su mejor arma: en la inocencia de la criatura encuentra la estrella el camino para recuperar la suya propia.
La exquisita madurez de Coppola se revela en los preciosos planos largos de Somewhere, en su ritmo deliberadamente dilatado. Su -merecido- premio ha sido una larga ronda de aplausos y las primeras habladur¨ªas sobre los premios que deber¨ªa recoger la pel¨ªcula. No sabemos que pensar¨¢ su ex-novio, Quentin Tarantino, presidente del jurado de la secci¨®n oficial en la presente edici¨®n, del asunto en cuesti¨®n.
Ayer mismo un veterano periodista dec¨ªa que si hay alg¨²n favorito en este certamen a d¨ªa de hoy ese es ?lex De La Iglesia, por el que Tarantino siente aut¨¦ntica veneraci¨®n. Hasta el d¨ªa 6, d¨ªa en que De La Iglesia y los suyos desembarcar¨¢n en el Lido con Balada triste de trompeta, habr¨¢ que seguir especulando... si el agua lo permite.
Babelia
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