Venecia honra a John Woo

John Woo era uno de los exponentes m¨¢s brillantes de la escuela de acci¨®n made in Hong-Kong, un director con pulso de hierro y un ojo especial para los traqueteos del g¨¦nero. El realizador tuvo su momento de gloria (que dur¨® bastante m¨¢s de quince minutos) cuando Hollywood empez¨® a dorarle la p¨ªldora y acab¨® seduci¨¦ndole para que cruzara el charco.

All¨ª, al otro lado del Atl¨¢ntico Woo puso pie y medio en las puertas del imperio gracias a sus colaboraciones con Jean-Claude Van Damme en Blanco humano y -sobre todo- Nicolas Cage en Cara a cara, pel¨ªcula que en 1997 arras¨® en taquilla y le consigui¨® el benepl¨¢cito de los grande estudios, ansiosos por explotar el fil¨®n asi¨¢tico. El regalo envenado no asust¨® al director que consigui¨® poner el list¨®n a¨²n m¨¢s alto con Misi¨®n imposible II.

Lamentablemente despu¨¦s del arrollador fracaso de Windtalkers, su proyecto m¨¢s ambicioso, el edificio se vino abajo y Woo nunca se recuper¨® del golpe. Sin embargo, su nombre a¨²n era el de un grande en su tierra natal y el realizador fue capaz de enderezar su carrera con t¨ªtulos como Acantilado rojo y su secuela.

Ahora presenta en Venecia Reign of asassins, una de esas pel¨ªculas indefinibles desde un punto de vista occidental donde se cruzan (y se pelean) infinidad de g¨¦neros y referentes, que van desde el western al cine de artes marciales pasando por una comedia francamente desternillante. La circunstancia ha servido a Marco M¨¹ller, director del festival para dar rienda suelta a su amor por Asia y entregar el Le¨®n de Oro a la carrera a Woo, que esta noche recoger¨¢ el premio.