Arte latinoamericano: un viaje de ida y vuelta
'Ac¨¢ nom¨¢s. Muestra de arte latinoamericano' (del 7 al 10 de octubre) en Real Jard¨ªn Bot¨¢nico. Quince artistas residentes en Madrid que tienen la ciudad como inspiraci¨®n.
Todos son migrantes procedentes de pa¨ªses latinoamericanos que por las m¨¢s diversas razones han acabado recalando en Espa?a y tomando la ciudad de Madrid como fuente de inspiraci¨®n. Emergentes, que no principiantes, sus edades est¨¢n en la treintena y la presencia de hombres y mujeres est¨¢ equilibrada. Los quince artistas que participan en la exposici¨®n colectiva Ac¨¢ Nom¨¢s utilizan todos los soportes posibles para hablar de su historia com¨²n, de las realidades sociales que arrastran y en las que ahora se desenvuelven, lo cual desemboca en la forma en que desarrollan su identidad desde lo m¨¢s adentro del mundo art¨ªstico. El Pabell¨®n Villanueva del Jard¨ªn Bot¨¢nico ha sido trasformado en un punto de encuentro de lo m¨¢s puntero del arte contempor¨¢neo con ra¨ªces Latinoamericanas.
En la pieza de Carolina Mart¨ªnez, una escultura circular titulada Memoria del paisaje, se resume la esencia del concepto sobre el que la comisaria Diana Manrique ha armado esta exposici¨®n. Mart¨ªnez naci¨® en Buenos Aires hace 34 a?os. Nieta de emigrantes italianos y espa?oles, vino a Madrid en 2001, con 25 a?os, nada m¨¢s terminar la carrera de Bellas Artes en la escuela Manuel Belgrano. A los seis meses retorn¨® a la capital argentina, pero la realidad social y pol¨ªtica que se encontr¨® hizo que retornara a Madrid con ¨¢nimo de construir su casa en esta ciudad. Casada con un colombiano, Carolina trabaja en la Casa Encendida en temas de medio ambiente y solidaridad.
Todas estas circunstancias est¨¢n en la pieza que expone y que ocupa la parte central de la galer¨ªa. En los trozos de piedras f¨®siles que conforman el c¨ªrculo ha impreso fotograf¨ªas con im¨¢genes muy vivas del mapa de su memoria: su escuela de Belgrano, la abuela Otilia que dej¨® Vigo en los a?os cincuenta y se qued¨® para siempre en Argentina, el faro de Tierra de Fuegos, la Colombia de la que procede su compa?ero....
Ana Blanco naci¨® en Venezuela hace 36 a?os. Casada con un espa?ol y madre de un beb¨¦ de tres meses, presenta tres ¨®leos informalistas en los que habla de su pasado y de su presente. Periodista y artista a partes iguales, lleg¨® a Madrid hace diez a?os. Los colores perdidos entre rotundos trazos geom¨¦tricos hablan de los a?os que vivi¨® en Nueva york, de la muerte de su padre, de su nueva vida en Espa?a. Entre gruesas capas de pintura, se adivinan rostros de personas que han pasado de puntillas sobre su pasado. "No los dibujo de forma consciente. Aparecen sin m¨¢s", asegura. Lo cierto es que entre los manotazos de color, se esconden personajes que seguramente han sido determinantes en su mundo.
El retrato art¨ªstico de las complejas realidades de las que proceden y en las que ahora habitan sigue con el colombiano Fernando Rubio Ahumada, artista multidisciplinar que presenta una instalaci¨®n en la que se invita a la participaci¨®n del visitante. Residente en Espa?a desde 1998, la di¨¢spora, los desplazamientos y el desarraigo son los temas que nutren una obra ya conocida dentro y fuera de Espa?a. Con Marcas de viaje, Rubio recurre a la fotograf¨ªa de gran formato para reproducir una cartograf¨ªa muy personal. Su c¨¢mara enfoca las l¨ªneas de las manos y en la parte central de los nombres de lugares sobre los que ha estado (Buenos Aires, Patagonia, Madrid....), coloca una flor hecha con cera cuyos p¨¦talos contienen las huellas dactilares de quienes quieran participar.
El uruguayo-espa?ol (seg¨²n su propia definici¨®n), Alejandro Stock Silberman, vive en Madrid desde hace 17 a?os. Su pieza, Hay sitio para todos, un ensamblaje de diferentes graf¨ªas sobre colores c¨¢lidos, es una invitaci¨®n a compartir el mundo y a perder los miedos a las fronteras. "Al final ", dice "todos seremos el mismo f¨®sil, m¨¢s claro o m¨¢s oscuro, m¨¢s rico o m¨¢s pobre, en un idioma o en otro, Indistinguibles, formaremos el mismo Palimpsesto, el mismo f¨®sil".
La pintora hiperrealista Flavia T¨®toro presenta una galer¨ªa de rostros titulados El grito. Los primeros planos son para ella el retrato de un indiv¨ªduo, pero tambi¨¦n constituyen un paisaje urbano de primer orden. Residente en Espa?a desde 2002, ha vivido en Canad¨¢, Venezuela y M¨¦xico y se form¨® en la Academia de San Marcos, en Florencia (Italia). " Los rostros ", explica "descontextualizados y dramatizados en primeros planos enfatizan el gesto y se convierten, ya no s¨®lo en el retrato de un individuo espec¨ªfico, sino tambi¨¦n en un paisaje an¨®nimo donde se reflejan las posibilidades psicol¨®gicas de nuestros tiempos."
La exposici¨®n se completa con Los retratos de multitudes del ecuatoriano Tom¨¢s Ochoa, las esculturas de cuerpos inquietantes de la colombiana Natalia Granada, las visiones on¨ªricas de las convivencias del guatemalteco Juan Francisco Yoc, los ancianos retratados por el mexicano C¨¦sar Sald¨ªvar, y las visiones l¨²dicas del cosmos del peruano Luis Arias.
El talento hist¨®rico de los vi?etistas est¨¢ presente con trabajos de la colombiana Adriana Mosquera y su implacable personaje Magola, azote permanente contra los malos tratos a mujeres; el tambi¨¦n colombiano Oscar Figueroa, el cubano Jorge Mart¨ªnez Lloyy, el argentino Carlos Matera (Matt) y el mexicano Ulises Culebro. Es todo un recorrido en el que lo que realmente se expone es c¨®mo la originalidad y el mestizaje solo pueden servir para enriquecer la forma m¨¢s elevada de comunicaci¨®n: el puro arte
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