Las otras historias latinoamericanas
No se puede luchar contra la exclusi¨®n social sin reconocer las diferencias culturales y ¨¦ticas y valorar los mestizajes. Luc¨ªa Gonz¨¢lez, directora del Museo de Antioquia, defender¨¢ esta tesis ma?ana en el ?gora, Am¨¦rica Latina, un foro organizado por la FIIAPP en el que un centenar de expertos debate sobre los medios para combatir la desigualdad. Gonz¨¢lez, arquitecta de formaci¨®n, ha convertido la instituci¨®n que dirige en Medell¨ªn desde 2005 en un espacio que no se limita a proponer un mero disfrute de las bellas artes, sino una reflexi¨®n m¨¢s amplia sobre el lugar del individuo en la sociedad y la historia.
En este sentido, afirma, hay que luchar contra la idea de que solo existe un discurso cultural hegem¨®nico: "Hay que poner en evidencia que no hay una cultura, sino muchos conocimientos y culturas". Esa diversidad de puntos de vista supone un enriquecimiento y utiliza un s¨ªmil: "Si se siembra un monocultivo y llega una peste, se acaba. En la selva, sin embargo, es posible la multiplicidad de contenidos y aproximaciones".
Seg¨²n Gonz¨¢lez, el arte se presta especialmente a la aplicaci¨®n pr¨¢ctica de este planteamiento que reconoce las diferencias: "El arte permite que muchas personas se conecten, y no necesariamente a trav¨¦s de un discurso intelectual, sino que va m¨¢s a lo sensible". De ah¨ª surge un di¨¢logo de autovaloraci¨®n y de mutua valoraci¨®n, asegura, un punto de partida imprescindible para construir cohesi¨®n. La directora del Museo de Antioquia sostiene que hay que destituir los c¨¢nones impuestos por la cultura occidental dominante y que impiden poner al mismo nivel otros modelos culturales.
Una revoluci¨®n de los estudios hist¨®ricos
"El modelo occidental viene de Grecia. Hoy hay que hablar de est¨¦ticas expandidas, de la periferia, de la destituci¨®n de la Historia con may¨²scula y la instituci¨®n de las historias, de un conjunto de planetas plurales que no orbitan todos en torno a uno intentando imitarlo". Un discurso de la contemporaneidad que no es f¨¢cil, es m¨¢s exigente, pero tambi¨¦n m¨¢s rico. Gonz¨¢lez lo resume con una comparaci¨®n musical: "Promovemos un di¨¢logo polif¨®nico en el que conviven varias voces y no destaca una".
Si Gonz¨¢lez propone visiones alternativas del pasado, el argentino Felipe Pigna ha logrado realizar una aut¨¦ntica revoluci¨®n en la difusi¨®n de los estudios hist¨®ricos. Convertido en figura popular gracias a la serie de televisi¨®n Algo habr¨¢n hecho, sobre la dictadura argentina, Pigna, director de la revista Caras y caretas, es el impulsor de la web www.elhistoriador.com.ar, que suma cada mes 300.000 visitas. "Divulgar no es f¨¢cil porque no se trata de simplificar ni reducir a una simple serie de an¨¦cdotas, sino de hacer accesible lo complejo", asegura el historiador. En su opini¨®n, el intelectual no debe tener miedo a los medios, sino participar en ellos.
Esta tarde, en el marco de las actividades de Vivam¨¦rica, Pigna presentar¨¢ en la Casa de Am¨¦rica su ¨²ltimo libro, Libertadores, aquellos gloriosos sudacas, que obtuvo el premio Manuel Alvar 2010, en el apartado de humanidades, otorgado por la Fundaci¨®n Manuel Lara. En ¨¦l, recorre la vida y obra de Francisco de Miranda, Manuel Belgrano, Jos¨¦ de San Mart¨ªn, Bernardo de O?Higgins y Sim¨®n Bol¨ªvar, libertadores de Am¨¦rica que pasaron por la Espa?a ilustrada de fines del siglo XVIII y principios del XIX. "Frente al fen¨®meno de ruptura que se suele asociar a las independencias latinoamericanas lo que trato de poner de manifiesto es c¨®mo esas ideas liberales realizaron un viaje de ida y vuelta entre Espa?a y Am¨¦rica". El libro de Pigna aporta una nueva lectura sobre la Espa?a ilustrada, "que frecuentemente se pasa por alto y se afrancesa", pero que fue importante a partir de Carlos III e incluso durante Carlos IV.
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