El viaje esc¨¦nico de Gas, esta vez en tranv¨ªa de lujo
Vicky Pe?a, Ariadna Gil, Roberto ?lamo y ?lex Casanovas brillan con luz propia en el montaje de la emblem¨¢tica obra de Tennessee Williams
El tranv¨ªa que el director Mario Gas ha tomado prestado a Tennessee Williams, inici¨® anoche su marcha. Pocas veces, tanto al conductor, como al pasaje de un proyecto esc¨¦nico de tama?a envergadura, se les ha visto con tanta alegr¨ªa antes de levantarse el tel¨®n. Seguros de lo que se tra¨ªan entre manos actores de la talla de Vicky Pe?a, Roberto ?lamo, Ariadna Gil y Alex Casanovas, entre otros. Pero cuando se hizo el oscuro final y la respuesta del p¨²blico fue tan contundente, la cosa ya no ofrec¨ªa dudas. Un nuevo montaje de Un tranv¨ªa llamado deseo pasaba a formar parte de la historia de las relaciones del teatro espa?ol con el dramaturgo estadounidense, al que si bien acogi¨® alg¨²n que otro director en la Catalu?a de los a?os cincuenta, fue Madrid quien le dio a conocer en a?os posteriores de la mano de directores inolvidables como Jos¨¦ Luis Alonso y Jos¨¦ Tamayo, entre otros, como Gonz¨¢lez Vergel el primero que estren¨® el drama que anoche se vio en el Palacio de Festivales de Santander. Se estren¨® en lo que llaman la sala peque?a, a pesar de lo cual tiene 580 butacas y casi llega al m¨¢ximo aceptable para un espect¨¢culo de estas caracter¨ªsticas, que tambi¨¦n se ver¨¢ hoy y ma?ana s¨¢bado, d¨ªa al que han tenido que a?adir una "sesi¨®n golfa" cerca de la medianoche para atender la gran demanda que se hab¨ªa producido, antes del estreno.
Para Gas esta es su tercera incursi¨®n en Williams al que considera v¨ªctima de su lucidez, de su ¨¦xito y de s¨ª mismo. Primero fue, en 1994, El Zoo de cristal y, en 1995, La gata sobre el tejado de zinc. Esta vez ha contado con la versi¨®n limpia, brillante y muy audible -cosa que no siempre pasa en el teatro, que a veces es solo legible- del dramaturgo Jos¨¦ Luis Miranda, quien la realiz¨® hace un lustro por encargo del productor Juanjo Seoane, que llevaba a?os renovando los derechos de este texto hasta que encontrara una Blanche que lo llevara al escenario. Y surgi¨® Vicky Pe?a....
Williams en Un tranv¨ªa... vuelve a elegir el mito del Sur en una Nueva Orleans del periodo de entreguerras que dice adi¨®s a unas formas de vida arcaicas y obsoletas y recibe a una nueva y emergente generaci¨®n de americanos. Y lo hace con una mordaz po¨¦tica que retrotrae al m¨¢s puro Ch¨¦jov. "Las grandes obras se pueden explicar rode¨¢ndolas, pero las razones ¨²ltimas se nos escapan", se?ala Gas, a lo que Pe?a a?ade: "Nos hablan de conflictos con los que se pueden establecer paralelismos con la actualidad, pero en estos cl¨¢sicos contempor¨¢neos como Ch¨¦jov, Williams, Brecht siempre hay una reflexi¨®n sobre qui¨¦nes y c¨®mo somos y cuando lo hacen con tanta maestr¨ªa, con un bistur¨ª tan fino y con una po¨¦tica tan especial, siempre tendremos una buena manera de reflexionar sobre nosotros".
Gas se muestra inc¨®modo con el hecho de que al teatro se le pida siempre "una inmediatez, que es buena, pero que no se le pide a otro tipo de manifestaciones como el cine, la m¨²sica, la novela, la pintura.... Como si cada obra tuviera que estar hecha hace dos minutos para que tuviera eficacia sobre una sociedad que ha evolucionando aparentemente en muchas cosas, pero la esencia interior sigue siendo descalabrante". Gas concluye que el teatro no es s¨®lo un noticiario coyuntural que nos habla de lo que nos pasa hoy: "Es algo que afecta a los miedos que generan los individuos dentro de sociedades determinadas y en ese sentido Williams sigue estando muy vigente, se modifican cosas, pero estructuralmente los conflictos que plantea s¨ª que est¨¢n en nuestra sociedad y es bueno que el teatro se vehicule por medio de una historia concreta, las f¨¢bulas tienen eso, que de ellas se sacan consecuencias."
Para los participantes en este montaje, tanto Blanche como Stella, Stanley o Mitch, son grandes personajes que est¨¢n conectados con una realidad interior. "Acumulan vivencias de muchas personas y exceden la individualidad, son prototipos de una sociedad aniquiladora, donde se da el mestizaje por encima de la pureza deteriorada, y es continuo el traspaso entre lo on¨ªrico y la realidad, con un personajes que al no soportar una realidad se inventa otra", dice Gas teniendo muy presente que ellos saben que Williams, a trav¨¦s de esas criaturas rotas, de quien habla es de Rose, la hermana a la que Williams adoraba y a la que los m¨¦dicos sometieron a una lobotom¨ªa en 1943, dej¨¢ndola mentalmente in¨²til en un manicomio hasta su muerte en 1996 y donde nunca le faltaron sus preferidas flores frescas, tal y como orden¨® el autor en su testamento. Un personaje que se repite una y otra vez en las obras de Williams, quien tambi¨¦n se fusionaba con su hermana en esos seres perdidos, extra?os, como es el caso de Blanche Du Bois, a la que Pe?a interpreta.
?lamo escucha atentamente, coincide con lo que se habla y a?ade: "las emociones humanas han cambiado poco en la historia de la humanidad", a lo que a?ade su compa?era Ariadna Gil, "el tiempo nos pone a todos en su sitio y si Williams sigue impactando es porque ha trascendido muchas cosas, esa es la grandeza de esta gente". Por su parte Casanovas, sostiene "que los j¨®venes llegan con miradas v¨ªrgenes, libres de prejuicios y nos interesan mucho porque est¨¢n liberados de tanta iconograf¨ªa", se?ala refiri¨¦ndose fundamentalmente a las muchas pel¨ªculas que hay basadas en obras de Williams y que han pasado a formar parte del imaginario colectivo.
El reparto lo completan los actores Anabel Moreno, Alberto Iglesias, Pietro Olivera, Ignacio Jim¨¦nez, Jaro Onsurbe y Mariana Cordero, que forman parte de este montaje en el que Gas se ha rodeado de su habitual equipo: los escen¨®grafos Juan Sanz y Miguel ?ngel Coso, el vestuarista Antonio Belart, el videoartista ?lvaro Luna y el iluminador Juan G¨®mez-Cornejo.
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