Brindis del Nobel
Discurso dictado por Mario Vargas Llosa en el tradicional brindis posterior a la entrega de los premios Nobel en Estocolmo
Soy un contador de historias y, por lo tanto, antes de proponerles un brindis, voy a contarles una historia.
?rase una vez un ni?o que a los cinco a?os aprendi¨® a leer. Eso le cambi¨® la vida. Gracias a los libros de aventuras que le¨ªa, descubri¨® una manera de escapar de la pobre casa, del pobre pa¨ªs y de la pobre realidad en que viv¨ªa, y de trasladarse a lugares maravillosos, espl¨¦ndidos, con seres bell¨ªsimos y cosas sorprendentes donde cada d¨ªa, cada noche, significaba una manera m¨¢s intensa, aventurera y novedosa de gozar.
Gozaba tanto leyendo historias que, un d¨ªa, este ni?o, que ya era un joven, se dedic¨® tambi¨¦n a inventarlas y escribirlas. Lo hac¨ªa con dificultad pero, al mismo tiempo, con felicidad y gozando cuando escrib¨ªa tanto como cuando le¨ªa.
Sin embargo, el personaje de mi historia era muy consciente de que una cosa era el mundo de la realidad y otra, muy distinta, el mundo del sue?o y la literatura y que ¨¦ste ultimo s¨®lo exist¨ªa cuando ¨¦l le¨ªa y escrib¨ªa. El resto de tiempo, se eclipsaba.
Hasta que en un amanecer neoyorquino el protagonista de mi cuento recibi¨® una sorpresiva llamada en la que un se?or de apellido impronunciable le anunci¨® que hab¨ªa recibido un premio y que tendr¨ªa que ir a recibirlo a una ciudad llamada Estocolmo, capital de un pa¨ªs llamado Suecia (o algo as¨ª).
Mi personaje comenz¨® entonces, maravillado, a vivir, en la vida real, una de esas experiencias que, hasta entonces, s¨®lo exist¨ªan para ¨¦l en el dominio ideal e irreal de la literatura. Todav¨ªa sigue all¨ª, desconcertado, sin saber si sue?a o est¨¢ despierto, si aquello que vive lo vive de verdad o de mentiras, si esto que le pasa es la vida o es la literatura, porque los l¨ªmites entre ambas parecen haberse eclipsado por completo.
Queridos amigos, ahora ya puedo proponerles el brindis prometido.
Brindemos por Suecia, ese curioso pa¨ªs que parece haber conseguido, para ciertos privilegiados, el milagro de que la vida sea literatura y la literatura vida.
?Salud y muchas gracias!
Babelia
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