Egipto pide oficialmente a Alemania la devoluci¨®n del busto de Nefertiti
La pieza se encuentra en el Neus Museum de Berl¨ªn
Las autoridades egipcias han pedido hoy oficialmente a Alemania que devuelva el busto de la reina Nefertiti, que se encuentra en el Neues Museum de Berl¨ªn. El hermoso rostro de la legendaria soberana que reino junto al fara¨®n Akenat¨®n, en el siglo XIV aC, ha sido la obsesi¨®n del doctor Zahi Hawass, secretario general del Consejo Superior de Antig¨¹edades, que ha abanderado una cruzada para traerla de vuelta a casa.
Hace un a?o el Museo Egipcio de Berl¨ªn neg¨® que estuviera negociando con las autoridades egipcias el posible retorno del busto. Alemania no ha querido ni o¨ªr hablar del asunto y se ha negado siempre a devolver la pieza ampar¨¢ndose en que nunca ha sido reclamada de forma oficial. Ahora, tras cuatro a?os de investigaci¨®n de un equipo jur¨ªdico en el que tambi¨¦n han participado egipt¨®logos, Zahi Hawass ha logrado al fin que el primer ministro egipcio Ahmed Nazif y el ministro de cultura, Faruk Hosni, rubriquen una carta que ha sido enviada al presidente de la Fundaci¨®n del Patrimonio Cultural Prusiano en Berl¨ªn, Hermann Parzinger, con copia al Ministerio de Asuntos Exteriores egipcio que deber¨¢ remitirla a las embajadas de Egipto en Alemania y de Alemania en El Cairo.
Comienza as¨ª un nuevo cap¨ªtulo de una historia, la de la pieza de caliza y yeso, exquisitamente policromada, que como la de la propia Nefertiti ha generado una leyenda que se prolonga en el tiempo. La esposa de Akenat¨®n protagoniz¨® una de las ¨¦pocas m¨¢s asombrosas del pa¨ªs de los faraones. Durante el per¨ªodo de Amarna se impulsaron reformas radicales en la sociedad egipcia, y se convirti¨® al dios At¨®n en la ¨²nica deidad del culto oficial del Estado y Nefertiti particip¨® en ellas junto a su marido. Con ella, la figura de la Gran Esposa Real tom¨® m¨¢s relevancia que en ning¨²n otro momento, como lo demuestra el hecho de que haya registros con los nombres de Akenat¨®n y Nefertiti en cartuchos reales, algo inusual en otros reinados. 3.500 a?os despu¨¦s de su reinado, la misteriosa sonrisa que ha hecho que se la considere la Mona Lisa de Amarna, a¨²n parece ocultar grandes secretos. Como el del modo en que sali¨® de Egipto.
El 6 de diciembre de 1912, Ludwing Borchardt, profesor del Instituto Imperial Alem¨¢n de Ciencias Egipcias de la Antig¨¹edad, descubri¨® el busto de Nefertiti durante unas excavaciones en el estudio del escultor real Tutmose en Tell el-Amarna, una regi¨®n situada en la ribera oriental del r¨ªo Nilo, en el Egipto Medio. Fue adquirida por un comerciante alem¨¢n y sali¨® de un modo un tanto turbio del pa¨ªs para acabar siendo donada al Neues museum de Berl¨ªn. En los fondos del centro ha permanecido desde entonces aunque estuvo expuesta en varios museos de la ciudad hasta que hace un a?o volvi¨® a su primer hogar en Alemania
Tras la Segunda Guerra Mundial, Egipto intent¨® sin ¨¦xito reclamar el busto al Consejo de Control de los Aliados, entonces responsable de los bienes alemanes. Pero, finalmente se desestim¨® la petici¨®n y se emplaz¨® al Estado ¨¢rabe a solicitar el retorno de la pieza cuando Alemania formara nuevo Gobierno.
En los fondos del centro ha permanecido desde entonces aunque estuvo expuesta en varios museos de la ciudad hasta que hace un a?o volvi¨® a su primer hogar en Alemania.
El secretario general del Consejo Superior de Antig¨¹edades, explic¨® en un comunicado que la petici¨®n oficial de Egipto para recuperar el busto de Nefertiti se produce en el marco de los esfuerzos realizados para el regreso de las antig¨¹edades que hab¨ªan salido del pa¨ªs de una manera ilegal. "Haremos las vidas de los museos que no atiendan nuestras peticiones miserables". As¨ª de contundente se mostraba Hawass durante las conclusiones de la I Conferencia sobre Cooperaci¨®n para la protecci¨®n y repatriaci¨®n de la herencia cultural que se celebr¨® en El Cairo en abril del pasado a?o. Durante la misma, los asistentes elaboraron una lista de piezas que reclaman pa¨ªses como Per¨², Libia o Guatemala. En dicho inventario Egipto exig¨ªa la devoluci¨®n, adem¨¢s del busto de Nefertiti, de la Piedra Rosetta, que est¨¢ en el Museo Brit¨¢nico; la escultura del arquitecto de la Gran Pir¨¢mide, Hemiunu, que se encuentra en el Hildesheim alem¨¢n; el zodiaco de D¨¦ndera que guarda el Louvre franc¨¦s y la estatua de Rams¨¦s II que permanece en el museo de Tur¨ªn, en Italia.
El optimista arque¨®logo conf¨ªa tanto en el ¨¦xito de su campa?a que ya tiene hueco para Nefertiti en el museo de Akenat¨®n, en Mynia donde vivieron ambos gobernantes, que se inaugurar¨¢ a principios de 2012.
Babelia
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