El gnomo Matute hechiza el Caribe
La novelista recuerda que se hizo escritora fantaseando en el cuarto de castigo de su ni?ez y recomienda la lectura de la Biblia, "el libro de aventuras m¨¢s fant¨¢stico"
Un gnomo anda suelto por el Viejo San Juan. Un gnomo que recibi¨® el Premio Cervantes con un discurso tan aclamado que hasta las reinas piden copia. El gnomo est¨¢ a punto de cumplir 86 a?os y lleg¨® volando al Caribe con una misi¨®n: aligerar a los adultos de la carga de la madurez. Su primera intervenci¨®n en el II Festival de la Palabra, una conversaci¨®n con el escritor Jos¨¦ Manuel Fajardo, cautiv¨® a los puertorrique?os, que la despidieron puestos en pie, despu¨¦s de haberse re¨ªdo a carcajadas con las p¨ªcaras respuestas de la novelista.
Ana Mar¨ªa Matute hizo confidencias nuevas y viejas: que disfrutaba cuando la encerraban en el cuarto de castigo porque fantaseaba con las cosas ("ah¨ª empec¨¦ a ser escritora"), que fabric¨® un carrito de madera con el que paseaba el manuscrito de Olvidado rey Gud¨² por su casa, que ha cambiado el whisky por el gin-tonic ("el whisky es barroco, el gin-tonic es l¨²cido"), que en las entrevistas es voluble ("unas veces dices unas cosas y otras, dices otras"), que si alguien solo pudiera leerse un libro en la vida deber¨ªa ser la Biblia ("ah¨ª est¨¢ todo, es el libro de aventuras m¨¢s fant¨¢stico") y que a veces invent¨® personajes literarios que m¨¢s tarde encontrar¨ªa en la vida: "Como Marco, de Peque?o teatro, lo conoc¨ª despu¨¦s. Lo terrible fue que me cas¨¦ con ¨¦l".
L¨²cida y l¨²dica, la flamante premio Cervantes incluso se atrevi¨® con un chiste: "Una cabra est¨¢ comiendo un trocito de celuloide de una pel¨ªcula. Se acerca otra cabra y le pregunta si le gusta. Y responde: 'S¨ª, pero me gust¨® m¨¢s el libro". De inmediato pidi¨® perd¨®n. Pero a Matute se le perdonan hasta los malos chistes. En Puerto Rico se han repetido las escenas de agradecimiento de personas que descubrieron la lectura con sus libros infantiles, como le ocurri¨® a Judy Galib, una empleada del Instituto de Cultura Puertorrique?a, que se acerc¨® al comedor del festival para lograr una dedicatoria de la autora de Primera memoria. "Ten¨ªa 8 a?os y no me gustaba leer. En la escuela me mandaron El poliz¨®n del Ulises y se convirti¨® en el primer libro que le¨ª completo". Galib, que ahora tiene 39 a?os, rescat¨® el ejemplar -una edici¨®n de Lumen de 1965- que Matute firm¨® con mimo.
En una charla celebrada en la und¨¦cima planta de la antigua sede del Banco Popular, desde la que el Caribe parece un lago pac¨ªfico, Matute defendi¨® la sencillez de su literatura ("quiero que me entiendan desde los 14 a los 100 a?os") y las ventajas del oficio ("escribiendo se hacen c¨®mplices y compinches"). Y avis¨® a navegantes: "Ser viejo no est¨¢ tan mal. Para empezar ya no te preocupas de si est¨¢s gorda o flaca, hay cosas que no puedes hacer pero que ya no te importa tanto. Yo he vivido... y bebido intensamente". Pr¨®ximo destino del gnomo Matute: Nueva York.

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