Allen: "Nunca me he visto como un artista"

"Sois surrealistas, y para vosotros es f¨¢cil. Pero yo soy un tipo normal". La frase la escupe el protagonista de Midnight in Paris, la nueva comedia de Woody Allen, un desesperado escritor atrapado en un doble amor, viajero adem¨¢s en el tiempo, y se la suelta en una mesa bebiendo vino tinto a Luis Bu?uel, Man Ray y Salvador Dal¨ª. Tama?a astracanada en manos de otro director acabar¨ªa en un descontrol; sin embargo, el neoyorquino disfruta en el divertimento, y lleva al espectador de la mano por dos ¨¦pocas marcadas por un elemento: la risa.

Esta ma?ana Allen ha defendido su filme -curiosamente, la ¨²nica producci¨®n espa?ola en la secci¨®n oficial-, que inaugurar¨¢ esta noche el festival de Cannes. Para ser una comedia creada de un t¨ªtulo ("Sab¨ªa que iba a rodar en Par¨ªs, y ten¨ªa el t¨ªtulo... Pero nada m¨¢s. Un d¨ªa paseando por una calle de golpe me pareci¨® diferente, y surgi¨® la historia"), hecha por un director que se infravalora, Midnight in Paris tiene mucha chicha. Allen habla del arte, de la nostalgia por tiempos no vividos, por eso tan espa?ol de "cualquier tiempo pasado fue mejor" y se lo pasa en grande tumbando durante el metraje esa a?oranza. Para ello no se corta y usa una baraja repleta de ases: los artistas -principalmente pintores y escritores, pero tambi¨¦n cineastas, fot¨®grafos...- que coincidieron en Par¨ªs en los a?os veinte. "Es una ciudad muy emocionante", dec¨ªa esta ma?ana en la rueda de prensa, en respuesta a las continuas preguntas sobre la capital francesa y Nueva York, a las comparaciones que podr¨ªan acercar este filme a su visi¨®n de su ciudad natal en Manhattan (incluido un protagonista escritor): "Es el Par¨ªs que yo conozco. Pero Owen Wilson [el actor principal] no se parece a m¨ª en nada. Somos opuestos. Yo soy neoyorquino, ¨¦l, como el personaje, es muy de la Costa Oeste, relajado... Va en la direcci¨®n que necesitaba este papel [el de un guionista de Hollywood embarcado en la escritura de una novela e hipnotizado por Par¨ªs] y es un regalo para el filme, porque yo nunca hubiera podido hacerlo".

Vivir en otra ¨¦poca

Tampoco defendi¨® los tiempos pasados: "Todo el mundo desea vivir en otra ¨¦poca porque la vida es dura. Pero yo no lo har¨ªa, recordad que no exist¨ªa aire acondicionado, ni medicamentos para soportar las visitas al dentista...". Cuando en Avil¨¦s el a?o pasado promocionaba Conocer¨¢s al hombre de tus sue?os, Allen ya comentaba algo parecido, muestra de que la pel¨ªcula ha madurado en su cabeza, que esconde mucho m¨¢s de lo que aparenta. Es como un iceberg, una comparaci¨®n que tambi¨¦n usaba uno de los retratados en el filme, Ernest Hemingway, para definir sus retratos: solo vemos una octava parte, debajo esconde una sutil reflexi¨®n sobre el arte, la a?oranza y el amor. Un posible reflejo de su vida que ¨¦l niega: "Nunca me he visto como un artista. Ellos me han inspirado, pero yo solo soy un cineasta que ha tenido una grand¨ªsima suerte en la vida. Piensa en Fellini o Bergman, yo no tengo su talento. A veces me salen buenas pel¨ªculas, a veces no". Sin embargo, se ha traicionado al explicar su amor por Francia. "De cr¨ªo conoc¨ª Par¨ªs a trav¨¦s de las pel¨ªculas francesas -mis amigos y yo ve¨ªamos mucho cine europeo y asi¨¢tico, como Bu?uel o Kurosawa, pero sobre todo franc¨¦s-, como supongo que la gente conoce Nueva York gracias al cine. Me impactaron creadores como Jean Renoir o Ren¨¦ Clair. Hicieron filmes que eran arte, no como en EE UU, que se rueda para ganar dinero. En Francia el cine es arte, y no un negocio".

Por cierto, Carla Bruni, exmodelo, excantante, exbonvivant y actual primera dama francesa, no lo hace mal como gu¨ªa del museo Rodin. "Nos cruzamos en un desayuno, y le propuse un peque?o papel, que ocupar¨ªa 3 o 4 jornadas de trabajo. Lo ha hecho con gracia, porque conoce bien al p¨²blico. Me ha dicho que fue una experiencia muy agradable, e igualmente me pasa a m¨ª".