D¨ªa de machos en Cannes

Se esperaba, y mucho, la nueva pel¨ªcula de Paolo Sorrentino, el director italiano responsable de una obra maestra, Las consecuencias del amor, y de un gran filme algo caricaturesco, Il divo. Se esperaba menos, y tal vez injustamente, el del dan¨¦s Nicolas Windin Refn, responsable de la trilog¨ªa Pusher y de Valhalla rising, cuatro f¨¦rreas obras. El primero est¨¢ cada vez m¨¢s barroco y, a la vez, la historia se hace m¨¢s y m¨¢s liviana a lo largo del metraje de This must be the place, la historia de una estrella del rock -f¨ªsicamente igual que Robert Smith, cantante de The Cure- llamada Cheyenne y que vuelve a Estados Unidos desde su casa en Dubl¨ªn para rematar una labor que su padre deja a mitad al fallecer: encontrar a un nazi, anciano criminal de guerra. A Cheyenne le da vida Sean Penn de forma desmadejada y alelada, con una te¨®rica desgana acorde con su personaje.

Debe durarle, porque la rueda de prensa no ha dado mucho de s¨ª. No quiso responder nada sobre El ¨¢rbol de la vida, la otra pel¨ªcula en la que participa en este Cannes y a cuya rueda de prensa no acudi¨®. S¨ª han comentado Sorrentino -que dirige su primera pel¨ªcula en ingl¨¦s y fuera de la Europa continental- y Penn que se conocieron en la foto de familia final de Cannes de 2008, cuando Il divo obtuvo el premio del Jurado... que presid¨ªa Penn. "Me impresiona mucho c¨®mo trabaja Paolo, porque no te deja al libre albedr¨ªo, sino que tiene las ideas muy, muy precisas sobre cada uno de los personajes, y eso solo lo poseen los maestros del cine. Si sirve la comparativa, ¨¦l tocaba el piano, yo solo era el chaval que pasaba las hojas de la partitura".

Penn se escabull¨® no solo de cuestiones sobre Malick o sobre alguna frase maliciosa del guion, sino que lidi¨® una pregunta sobre Scarlett Johansson, su actual pareja. Sorrentino, en cambio, respondi¨® a todo -tampoco guarda ning¨²n secreto grande que sepamos- y asegur¨® que rodar en Estados Unidos ha sido facil¨ªsimo: "Fuimos como ni?os a filmar en el nuevo mundo". Su protagonista a?adi¨®: "Da igual d¨®nde ruede, porque es un grande. No es una casualidad que sus pel¨ªculas sean tan premiadas en los festivales, donde los jurados son multiculturales". Y a comer. La obra de Sorrentino es mucho peor sin Toni Servillo.

Buen sabor de boca

En cambio, Drive ha dejado muy buen sabor de boca. Al parlanch¨ªn Nicolas Winding Refn le hab¨ªan ca¨ªdo varios marrones: es el otro director europeo emigrado a EE UU de la jornada, es el otro director dan¨¦s a concurso, y es el ¨²nico realizador que en Cannes aparece con un filme de acci¨®n. Su Drive, dura, seca, violenta, con innegables referencias a Abel Ferrara, es seg¨²n su creador un filme pop con nostalgia de la mitolog¨ªa de coches y chicas. Efectivamente, todo el rato se oyen canciones pop -no hay rock, "para no caer en el clich¨¦"-, los t¨ªtulos de cr¨¦dito son en rosa fosforito, y su protagonista apenas habla, como el Delon de El samur¨¢i de Melville. Ryan Gosling da vida a un excepcional conductor que se gana la vida en Los ?ngeles de d¨ªa como especialista en pel¨ªculas y de noche conduciendo en la huida de atracos. Casi no habla, y su mundo se resquebraja a la vez cuando su jefe en un taller se mete en ciertos tejemanejes para conseguir un coche competitivo en carreras, y ¨¦l se enamore de su vecina, casada [Carey Mulligan] y con un hijo peque?o, que espera que en pocos d¨ªas salga su marido de la c¨¢rcel.

"Cuando me buscaron para el proyecto, me mud¨¦ a una casa en Los ?ngeles con piscina, donde desayunaba zumo de naranja mirando al cartel de Hollywood. Ah¨ª s¨ª que hab¨ªa mitolog¨ªa", contaba Winding, que ha hablado por los codos con la prensa. A su lado, a Ryan Gosling no le ha dejado casi meter baza, aunque ha podido contar c¨®mo fue su primer encuentro. "Nuestros representantes nos montaron una cena, una cita a ciegas. Yo hab¨ªa visto los Pusher y le quer¨ªa a ¨¦l de director. Estuvimos dos horas juntos y hablamos de todo menos de la pel¨ªcula. No fue muy bien. A la salida, Nicolas me pidi¨® que le llevara a casa porque no estaba bien. Ten¨ªa gripe, se hab¨ªa medicado con f¨¢rmacos estadounidenses, que son muy fuertes, y se mov¨ªa como un robot. Montamos en el coche, encend¨ª la radio, son¨® I can't fight this feeling anymore y Nicolas empez¨® a tatarearla, mientras me dec¨ªa que esta pel¨ªcula es sobre un hombre que conduce por Los ?ngeles oyendo canciones pop. En ese instante supe que era nuestro director".

Winding habla de reuniones en su casa angelina mejorando el guion, de rodajes diurnos conduciendo sin parar y visionados nocturnos de cine y m¨¢s paseos en coche en la oscuridad, sobre qui¨¦n es el hombre y la mujer en una relaci¨®n director-actor, sobre lo inaceptable del comentario de Lars von Trier, y acaba asegurando que este filme pertenece al g¨¦nero neonnoir, por su aire de thriller violento y las luces de Los ?ngeles. Gosling aclara: "Me gustan las referencias a Steve McQueen porque me gusta pensar en ser duro, pero no macho, ya que empieza una relaci¨®n con una madre con hijo". Winding tambi¨¦n la ve acertada: "Es que ocurri¨® como en Bullit, que McQueen rod¨® porque quer¨ªa trabajar y traerse a Hollywood a Peter Yates. Gosling vino a por m¨ª", cont¨® antes de confesar que Drive es un mezcla de 16 velas y la historia de un psic¨®pata... "sin ser el conductor un enfermo mental". Curiosa mezcla para un dan¨¦s que nombra a La matanza de Tejas como su pel¨ªcula favorita.