Cuervos y lotos, para ser menos perfectos
La periodista Claire Dederer relata en 'Mi vida en 23 posturas de yoga' c¨®mo esa pr¨¢ctica ha mejorado su estresada existencia
Los primeros pasos son f¨¢ciles. Basta con poner las manos en el suelo, estirar los brazos y hacer otro tanto con las piernas. Pero si eso fuera todo no se llamar¨ªa "vertical". De manera que todav¨ªa queda lo m¨¢s complicado: levantar las piernas hacia el techo y mantenerlas all¨ª, sin perder el equilibrio. La recompensa por tanta tensi¨®n muscular es que la vida adquiere una perspectiva distinta. M¨¢s bien, al rev¨¦s. O, parad¨®jicamente, "m¨¢s real", seg¨²n afirma Claire Dederer, periodista del diario The New York Times, entre otros medios, y autora de Mi vida en 23 posturas de yoga (Reservoir Books), su relato de c¨®mo esta pr¨¢ctica ha mejorado su existencia (y de paso le ha hecho triunfar en las listas de los libros m¨¢s vendidos en EE UU).
Perdido en esa postura y en ese min¨²sculo ecosistema ("est¨¢s solo t¨², tus manos, tus piernas y el pavimento", explica Dederer) el yogui (el practicante del yoga) aprende a reflexionar. "El yoga te ense?a a relajarte, a entender que no hay que ser perfecto a toda costa", asegura la escritora. Dederer lo descubri¨® gracias a un dolor de espalda, origen casual de su encuentro con el yoga. Desde entonces fi¨® su vida de estadounidense obsesionada con ser "¨®ptima" al filtro de medias lunas, palomas, pinos y otras posturas de nombres curiosos y efectos sorprendentes, al menos para ella.
As¨ª, Dederer resolvi¨® el estr¨¦s de ser madre, esposa, cr¨ªtica de libros y periodista a la vez, encontrando el tiempo para un papel m¨¢s: el de yogui. Las jornadas por fin ralentizadas de Dederer protagonizan 28 cap¨ªtulos y 323 p¨¢ginas de una autobiograf¨ªa ambientada entre casa, gimnasio y trabajo y que a veces huye hasta el Oriente del III siglo antes de Cristo. All¨ª conversaban el dios Krishna y el guerrero Arjuna acerca de servir Dios. En su charla, reproducida en la escritura sagrada hinduista Bh¨¢gavad-guit¨¢, se dice que se colaron las primeras referencias al yoga de la historia.
Es una de las pinceladas de contexto entre legendario e hist¨®rico que Dederer ofrece para explicar qu¨¦ es el yoga y de d¨®nde sali¨®. Aunque, por mucho que se lo pregunte a lo largo del texto, la respuesta le sigue sin llegar. "Es parecido a una religi¨®n por sus reglas y sus valores como no robar y no mentir. Luego tambi¨¦n tiene posturas y estrategias de meditaci¨®n. De cierta forma es un modo de estar m¨¢s cerca de Dios", aclara, hasta cierto punto, la autora.
Es algo "a lo que no estamos acostumbrados", asegura Dederer. La estadounidense sostiene que el mundo occidental no ama meditar, sino todo lo contrario. "Somos unos frikis del control y nunca nos paramos a pensar. No nos gusta estar inc¨®modos y el yoga te obliga a estarlo constantemente", sostiene la autora. Ella lleg¨® a acostumbrarse, aunque le costara decenas de intentos fallidos de posturas, varios ba?os de humildad y horas de clases escondida al fondo de la sala. A?os despu¨¦s ya se siente m¨¢s experta, aunque no tanto. Es lo que tiene el mundo al rev¨¦s: nunca puedes perder el equilibrio.
?Por qu¨¦ nos gustan los m¨¦todos orientales?
Desde que el pilates se introdujo en los gimnasios de barrio o el monitor de spining se reconvirti¨® en profesor de body-balance, la literatura tambi¨¦n ha reflejado este nuevo inter¨¦s por m¨¦todos y conceptos orientales. Aparte de los manuales ilustrados de herbolario, existen unas cuantas obras que se han convertido en t¨ªtulos reconocidos o incluso en pel¨ªculas. Aqu¨ª van algunos ejemplos:
Los vagabundos del Dharma. El cl¨¢sico de Kerouac y el movimiento beat trastea en la b¨²squeda de uno mismo sin el snobismo occidental y la investigaci¨®n ex¨®tica de otras religiones. Su discurso espiritual solo es su modo de vivir y contarlo. Un cl¨¢sico anterior a que los Beatles fueran a Rishikesh y los hippies volaran a Nepal y Goa.
El camino del coraz¨®n. Fernando S¨¢nchez Drag¨® se considera "el primer jipi espa?ol en Asia" mientras relata su recorrido por los principales pa¨ªses de ese continente aderezado de mandamientos del Tao-Te King y del Bh¨¢gavad-guit¨¢.
El Dios de las peque?as cosas. La historia de tres generaciones de una familia del estado de Kerala (al sur de la India) le sirvi¨® a la escritora india Arundhati Roy para ganar el premio Booker de 1997, ser traducida a m¨¢s de 21 idiomas y comparada con Garc¨ªa M¨¢rquez.
Indian Express. El ¨²ltimo Premio Azor¨ªn de Novela se fall¨® a favor de la obra escrita por la periodista y escritora Pepa Roma y el viaje que hacen dos amigas a la India y que desvela la construcci¨®n de la amistad, las relaciones de pareja y- en un momento propicio de lecturas new age- la insatisfacci¨®n de la vida cotidiana.
Maldito Karma. El alem¨¢n David Safier hilvana una historia de amores y desamores por medio de las sucesivas reencarnaciones de una mujer y la decisiva importancia de los buenos o malos actos. Un ¨¦xito de ventas anterior a su ¨²ltima novela, Dios me quiere.
Come, reza, ama. Una mujer en crisis busca su verdadero yo en el placer de la comida, en el de la meditaci¨®n y, por fin, en el amplio mundo del amor. El destino, en este caso, es Bali y los mandamientos budistas a seguir abogan por la sencillez en medio de un resort paradis¨ªaco. Se convirti¨® en una de las pel¨ªculas m¨¢s taquilleras del a?o pasado con el protagonismo de Julia Roberts y Javier Bardem.
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