Cibeles se despide de Jes¨²s del Pozo
La pasarela madrile?a recuerda al dise?ador fallecido el pasado agosto
En 1986, Jes¨²s del Pozo invit¨® a Leonor P¨¦rez-Pita a comer al restaurante New Yorker. Ella quer¨ªa que volviera a desfilar en la pasarela Cibeles, como hab¨ªa hecho en una primera y ¨²nica ocasi¨®n el a?o anterior. "?A Cibeles, yo? Ni hablar". Aun as¨ª, al d¨ªa siguiente, P¨¦rez-Pita recibi¨® un cesto lleno de alhel¨ªes. "Era elegante y cuidadoso hasta para decirte que no", recordaba hoy la directora de Cibeles Madrid Fashion Week minutos antes de que se presentara la colecci¨®n p¨®stuma del dise?ador en el recinto ferial de Ifema.
Un mes y tres d¨ªas despu¨¦s de su muerte, la jornada inaugural de la principal cita de la moda espa?ola se convirti¨® en un homenaje a uno de sus dise?adores m¨¢s carism¨¢ticos. Como estaba previsto, se mostr¨® la colecci¨®n de primavera-verano 2012, en la que del Pozo estaba trabajando cuando a primeros de agosto se le agrav¨® una dolencia pulmonar cr¨®nica. "En ning¨²n momento se nos pas¨® por la cabeza no presentarla", explicaba Ainhoa Garc¨ªa, directora general de la firma. "Estaba muy adelantada y es lo que ¨¦l hubiera querido. Hemos seguido adelante con profesionalidad y tambi¨¦n orgullo". La ¨²nica concesi¨®n a la nostalgia fue el vestido inicial, sacado de la colecci¨®n oto?o-invierno de 1995/96.
Desde la puesta en escena hasta la ovaci¨®n final en pie, el acontecimiento tuvo un car¨¢cter contenido y sobrio que parec¨ªa hecho a la medida de la filosof¨ªa est¨¦tica del dise?ador madrile?o. Y de la seriedad con la que se tomaba su oficio, compatible con un humor y un travieso sarcasmo que casi todo el mundo destaca. Ten¨ªa sentido que hubiera tantos dise?adores -Francis Montesinos, Agatha Ruiz de la Prada, Modesto Lomba, Juan Duyos o Roberto Torretta- y que la pasarela estuviera decorada con el espejo que preside el sal¨®n de costura de su taller. Del Pozo pele¨® porque la moda se profesionalizara y se materializara en una realidad empresarial.
Curiosamente, el esfuerzo did¨¢ctico y gremial que recorri¨® sus m¨¢s de 35 a?os de trayectoria cobra un nuevo sentido con su muerte. "Por primera vez en la moda contempor¨¢nea espa?ola asistimos a la continuidad de un proyecto", se?alaba Modesto Lomba. El actual presidente de la Asociaci¨®n de Creadores de Moda de Espa?a (ACME), que relev¨® a Del Pozo al frente de esa instituci¨®n, se?alaba la importancia de esta ¨²ltima colecci¨®n para toda la profesi¨®n. "Que una marca con una identidad tan establecida sea capaz de sobrevivir a su creador es una oportunidad para nuestra industria. Es algo que los italianos y los franceses han hecho muchas veces". Para lograrlo, las 22 personas del taller del dise?ador en las que ha reca¨ªdo esa tarea se han aferrado a las ense?anzas de un hombre que ya en 2004 cre¨® una fundaci¨®n para preservar y difundir su legado.
Conocimiento
"No ten¨ªa miedo a abrirse a las nuevas generaciones para transmitir su conocimiento", recordaba ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde. La ministra de Cultura conoci¨® a Del Pozo en "la noche" de los a?os ochenta, cuando su local en la calle Almirante -la misma en la que hab¨ªa nacido en 1946 y en la que su familia ten¨ªa una cester¨ªa- era una ventana abierta por la que se colaba el h¨¢lito de la ansiada modernidad. "El mejor homenaje que se le puede hacer es seguir llevando su ropa", afirmaba. Gonz¨¢lez-Sinde iba vestida, de negro, con un dise?o del modista y destacaba su "progresismo y profundo sentido democr¨¢tico".
Hay algo inacabado en las prendas que le sobreviven. Y resulta adecuado. Despu¨¦s de todo, la colecci¨®n ha sido gestada por una viuda embarazada. Naci¨® ayer y lo hizo hu¨¦rfana. Una carencia que transmit¨ªan vestidos de noche de crudos remates, inicialmente inspirados en la agitaci¨®n nocturna de Nueva York en los a?os setenta. Del Pozo quiso hacer referencia a la ciudad neoyorquina con un objetivo creativo y empresarial. Estados Unidos es el primer mercado extranjero en facturaci¨®n para sus perfumes -que se venden en m¨¢s de 120 pa¨ªses- y el dise?ador planeaba hacerle un gui?o con esta colecci¨®n y el lanzamiento este oto?o de una nueva versi¨®n de su fragancia m¨¢s exitosa, Halloween Fever.
Un panel con pedazos de tejido en tonos terrosos prendidos junto a fotograf¨ªas de elegantes neoyorquinas de otras d¨¦cadas ha sido la hoja de ruta que el dise?ador dej¨® a su equipo. Presid¨ªa la sala donde, el d¨ªa antes del desfile, se probaba la ropa a las modelos y se ultimaban las prendas. "No nos preguntamos c¨®mo lo har¨ªa ¨¦l, sino qu¨¦ es fiel a la identidad que estableci¨® durante 37 a?os", dec¨ªa Ainhoa Garc¨ªa sobre la manera en que se ha terminado la colecci¨®n. "Jes¨²s nos inculc¨® procesos de trabajo muy rigurosos, adem¨¢s de un inconformismo constante y el gusto por una belleza natural, sin artificios ni ostentaciones". La compa?¨ªa seguir¨¢, de momento, como un trabajo en equipo y "no es urgente" pensar en un director creativo que pudiera liderarla.
Tal vez porque, aunque se quiso plantear el desfile m¨¢s como un principio que un fin, es todav¨ªa tiempo de recordar. Los grandes logros, pero tambi¨¦n los peque?os detalles. La nieta de Leonor P¨¦rez-Pita fue bautizada con un vestido de Jes¨²s del Pozo y Roberto Torretta se cas¨®, hace m¨¢s de treinta a?os, con un traje suyo. Del Pozo tambi¨¦n le confeccion¨® un esmoquin para la fiesta posterior. "Mi hijo lo usa hoy y es completamente moderno", revelaba el dise?ador argentino. "Fue un hombre muy divertido y valiente". No hay planes para una exposici¨®n retrospectiva, aunque la idea planeaba sobre casi cualquier conversaci¨®n.
Babelia
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