?D¨®nde est¨¢ el l¨ªmite de la eterna juventud?
La pasarela madrile?a llega a su fin plagada de interrogantes
Blur. Twitter. Etta James. Free jazz. Inserte la moneda. Josh Wink. Juncal Rivero. Bigotes. Maternidad. Es la forma en que se lanzan est¨ªmulos en todas direcciones, m¨¢s que la fortaleza de un solo dise?ador, la que permite albergar la esperanza de que el coraz¨®n de Mercedes-Benz Fashion Week al fin bombea. La jornada tradicionalmente dedicada a los j¨®venes (m¨¢s sobre este amorfo particular despu¨¦s) imprimi¨® ayer, siquiera por acumulaci¨®n, algo de ritmo. En realidad, la pasarela madrile?a se cierra este domingo con la plataforma El Ego. Sita Murt o Martin Lamothe no se acomodan en un sal¨®n y salen a la calle para intentar responder al tiempo que les ha tocado vivir. Aunque tal vez el m¨¢s fiel reflejo de lo que hoy somos est¨¦ en la colecci¨®n de Mar¨ªa Escot¨¦. En teor¨ªa, su desfile corresponde a oto?o/invierno de 2012, pero la mitad de las prendas ya est¨¢n a la venta en Internet. ¡°Vivimos una ¨¦poca que no puede ni quiere esperar¡±, razona Escot¨¦.
La red no solo condiciona el tiempo de comercializaci¨®n. Su inmediatez impregna una propuesta que recupera la cultura cyber de los noventa. La ansiedad y la desaz¨®n que acechan al final del subid¨®n de la m¨²sica electr¨®nica, se traducen en pantalones surcados por cremalleras y zapatos con tachuelas. Nada resulta muy original, pero s¨ª tiene un nervio propio. Y le parecer¨¢ nuevo a una generaci¨®n de clientes que no hab¨ªa nacido cuando estall¨® la cultura de clubs. Seguramente, los mismos chicos que han convertido la venta en la red de Escot¨¦ (Barcelona, 1979) en un ¨¦xito desde que creara su p¨¢gina hace un a?o.
Todo ha cambiado con Internet. Tambi¨¦n las posibilidades de los dise?adores que empiezan. Los que saben aprovecharlo, como Maya Hansen, entienden su oficio y sus canales de difusi¨®n de una forma completamente distinta que sus mayores. En esto la moda es igual que cualquier otra industria. Las redes sociales explican que el segundo desfile mayor de esta creadora, especializada en cors¨¦s desde 2006, despertara m¨¢s expectaci¨®n que los de algunos veteranos. ¡°Muchas clientas me han conocido por Twitter¡±, reconoce. ¡°Tengo a una persona dedicada a eso. Consigue que nuestra marca tenga presencia en todo el mundo y parezca mayor¡±. Redes sociales m¨¢s Lady Gaga ¨Cquien se puso un cors¨¦ de Hansen en televisi¨®n- forman una ecuaci¨®n que hoy parece condenada al ¨¦xito medi¨¢tico.
Pero, oye, la tecnolog¨ªa no es patrimonio ni de la electr¨®nica ni del pop. Tambi¨¦n sirve para descubrir que Juncal Rivero es una de tus m¨¢s fieles seguidoras y proponerle que vista de diva de los a?os 50 en tu desfile. Exactamente eso es lo que hizo Hansen. Aunque la dise?adora madrile?a ¨Cnacida en 1978, hija de argentino y danesa- trata de distanciar a la modelo de Noche de fiesta. ¡°Ella ha desfilado con grandes como ?scar de la Renta. Esa est¨¦tica es el tema de mi colecci¨®n y me olvido de todo lo dem¨¢s. Adem¨¢s, quer¨ªa una mujer m¨¢s madura y con m¨¢s cuerpo. Me peleo con Ifema porque no proporcionan modelos con curvas¡±. Entre tocados, siluetas de sirena y tafetanes se perd¨ªa definitivamente cualquier atisbo de modernidad cibern¨¦tica y hasta del erotismo que el cors¨¦ lleva impl¨ªcito. Como tambi¨¦n sucede en TCN, la corseter¨ªa de Hansen quiere escapar del caj¨®n de la ropa interior y saltar a la zona regia del armario.
En el fondo, lo m¨¢s interesante del d¨ªa fue la acumulaci¨®n de relatos peculiares. El retorno a la pasarela de Mar¨ªa Barros, tras dos temporadas de hiato por maternidad, es una experiencia en primera persona. ¡°En este tiempo he echado tanto de menos desfilar que he aprendido a no volver a quejarme por nada de lo que suponga¡±, afirma la creadora gallega. Nacida en 1980, Barros exhibe el acercamiento visceral a su oficio propio de su edad, pero forma junto a Sara Coleman lo que podr¨ªamos llamar la secci¨®n reflexiva de esta generaci¨®n.
Ni una cosa ni la otra son aplicables a Carlos D¨ªez. Por una parte, seguir calific¨¢ndolo como joven es absurdo porque naci¨® en 1967. Por otra, resulta pertinente porque probablemente nunca dejar¨¢ de serlo. El vasco entreg¨® una traviesa colecci¨®n que habla del tema m¨¢s recurrente estos d¨ªas: el dinero. D¨ªez imagina cuellos de camisa que se convierten en capuchas y pinta bigotes en hombres y mujeres. Al final, esta jornada en la que caben igual marcas de larga biograf¨ªa que se dirigen a un p¨²blico rejuvenecido (Sita Murt, TCN) o creadores que salen de la plataforma El Ego (Sara Coleman, Maya Hansen) obliga a preguntarse, ?qu¨¦ es un dise?ador joven? Y lo m¨¢s importante, ?hasta cu¨¢ndo dura eso? Porque las j¨®venes promesas, como todas las dem¨¢s, hay que cumplirlas.
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