Luc Sante: ¡°Nueva York est¨¢ acabada¡±
El escritor certifica en sus ensayos la defunci¨®n de la ciudad de la que ha sido cronista Llega a Espa?a su brillante colecci¨®n de piezas ¡®Mata a tus ¨ªdolos¡¯
Luc Sante (1954) ten¨ªa cinco a?os cuando sus padres emigraron a Estados Unidos, procedentes de Verviers (Lieja, B¨¦lgica). Instalado en Nueva York, durante las d¨¦cadas que siguieron a su llegada, fue testigo directo del proceso de erosi¨®n que fue minando poco a poco el car¨¢cter de la ciudad, fen¨®meno del que dio cuenta en su primer libro, Low Life (1991). Ahora, Libros del KO, publica su colecci¨®n de ensayos Mata a tus ¨ªdolos. En su cr¨®nica de la muerte de Manhattan, Sante pone de relieve que no se trat¨® de un mero proceso de destrucci¨®n f¨ªsica, sino de la aniquilaci¨®n del alma misma de la ciudad hasta quedar despojada del aura que hab¨ªa hecho de ella la metr¨®poli por antonomasia de la modernidad.
En esencia, la t¨¦cnica de desvelamiento que Sante despliega en Low Life es la misma de la que se sirve para ahondar en los aspectos m¨¢s diversos de la cultura norteamericana, una cultura en ruinas. La capacidad de penetraci¨®n de una visi¨®n as¨ª s¨®lo es posible en alguien que pese a llevar muchos a?os instalado en el coraz¨®n de la realidad que observa, conserva la capacidad de lanzar sobre la misma una mirada distante y descarnada. De Luc Sante cabr¨ªa decir lo que dijo Hawthorne de Thoreau: ¡°Se ha propuesto vivir como un indio entre nosotros¡±. Acaba de publicarse Mata a tus ¨ªdolos, recopilaci¨®n que pone por primera vez a disposici¨®n del lector en espa?ol una antolog¨ªa de los escritos de uno de los comentaristas m¨¢s incisivos de la cultura estadounidense actual. El mundo de los pioneros de la fotograf¨ªa, los or¨ªgenes del blues, historias legendarias de jazz, el cine, la pintura, la poes¨ªa, la enfermiza relaci¨®n de los americanos con el h¨¢bito de fumar, cr¨®nicas urbanas, evocaciones de Tint¨ªn o de Magritte... los ensayos de Luc Sante son un prisma en el que se refractan haces de luz que a veces proceden de Europa, pero cuyo epicentro es Estados Unidos. Actualmente, Luc Sante vive refugiado en Kingston, la antigua capital del estado de Nueva York, a orillas del r¨ªo Hudson, que el d¨ªa de la entrevista amaneci¨® helado.
¡°Jam¨¢s pens¨¦ que pudiera acabar en un lugar as¨ª, pero lo cierto es que no existe ning¨²n lugar que sienta como m¨ªo. Nueva York es una ciudad acabada¡±.
¡ª?Se trata de un proceso irreversible?
El Nueva York de aquel entonces era una mezcla irrepetible de cosmopolitismo y abandono Luc Sante
¡ªImposible recuperar aquel mundo. Entonces, pese a la existencia de n¨²cleos de poder como Wall Street, Nueva York era una ciudad del Tercer Mundo. Hab¨ªa una actividad cultural desaforada pero se pod¨ªa vivir por muy poco dinero. La ciudad era un im¨¢n que atra¨ªa talentos art¨ªsticos de todas partes. El Nueva York de aquel entonces era una mezcla irrepetible de cosmopolitismo y abandono. En el Lower East Side por las noches se viv¨ªa al resplandor de los incendios que provocaban los due?os de los edificios. Por supuesto, aquello no pod¨ªa durar. La idea de un Nueva York pobre era insostenible. El capitalismo no se iba a cruzar de brazos ante semejante desperdicio.
Sante evoca sus a?os de estudiante, las clases de poes¨ªa que impart¨ªa Kenneth Koch en Columbia Universiy, su amistad con Jim Jarmusch, con quien comparti¨® piso, los antros en los que tocaba una jovenc¨ªsima Patti Smith y a la que segu¨ªa de concierto en concierto, los primeros pasos de Robert Mapplethorpe, el Village de Dylan, los encuentros con su vecino, el poeta Allen Gingsberg. ¡°Est¨¢bamos todos muy unidos, incluso los famosos eran gente muy cercana. Hoy eso ser¨ªa imposible de reproducir¡±.
Habla con admiraci¨®n de los escritos de Joseph Mitchell, el cronista del New Yorker, a quien lleg¨® a tratar. Sus autores predilectos no son los que se suelen citar normalmente: ¡°Una de mis novelas favoritas es The Lost Week End (1945), de Charles Jackson, una oscura historia de alcoholismo que Billy Wilder llev¨® a la pantalla. Me fascinan las novelas sobre Harlem de Chester Himes. La mejor es Un ciego con una pistola (1969). Los ensayos sobre Nueva York de otro escritor negro, James Baldwin, son soberbios."
Hay en los escritores que evoca una mezcla de magia y disidencia que tambi¨¦n se da en los ensayos que integran Mata a tus ¨ªdolos. En ellos se evoca a pioneros de la fotograf¨ªa, como Eug¨¨ne Atget, Walker Evans, Robert Frank, o Pierre Mac Orlan. A prop¨®sito del ¨²ltimo, Sante puntualiza: ¡°Era amigo de Apollinaire. En un ensayo de 1929 habla de las cualidades ocultas de la fotograf¨ªa, de la capacidad de este medio para hacer converger en el marco de un instante emociones visuales muy profundas. El fot¨®grafo no cuenta, el genio es la fotograf¨ªa misma¡±. Ilustra sus palabras se?alando dos poderosas instant¨¢neas que hay en un rinc¨®n de su casa, una inundaci¨®n y un incendio. ¡°Son an¨®nimas¡±, dice, sonriendo.
Woodstock se ha convertido en el lugar del mundo donde m¨¢s caro es el vac¨ªo Luc Sante
Hablando de blues y de jazz se le acumulan las an¨¦cdotas. Su bluesman favorito es Charlie Patton (1891-1934), ¡°cuya persona encarna violentamente todas las contradicciones del g¨¦nero. Era un hombre elegant¨ªsimo, ministro evang¨¦lico, n¨®mada y mujeriego. Tuvo cientos de amantes, y estuvo a punto de perder la vida a manos de un marido celoso. No ha habido nadie que toque el blues como lo hac¨ªa ¨¦l¡±.
A unos pocos kil¨®metros de Kingston se encuentra la emblem¨¢tica localidad de Woodstock, a la que Sante dedica uno de los ensayos del libro. Le pregunto qu¨¦ ha quedado de todo aquello. ¡°Woodstock no naci¨® con el festival. Hace un siglo ya era un importante centro de cultura bohemia. Antes de la Primera Guerra Mundial hab¨ªa all¨ª varias editoriales independientes. Hay muchos momentos interesantes en la historia del lugar. Byrdcliff, la colonia de artistas sigue viva, igual que el Maverick Concert Hall, donde John Cage estren¨® su c¨¦lebre pieza 4¡¯33¡±.? Escuchada all¨ª, se comprende que no tiene nada que ver con el silencio. Hoy Woodstock se ha convertido en el lugar del mundo donde m¨¢s caro es el vac¨ªo. Est¨¢ lleno de millonarios budistas que viven en espacios gigantescos en los que s¨®lo hay una alfombra que cuesta una fortuna y un Buda del siglo XI. En cuanto al festival que congreg¨® a medio mill¨®n de j¨®venes rebeldes, representa el momento en que la sociedad de consumo le dio la puntilla al sue?o de la revoluci¨®n. Muchos acabaron al volante de un BMW¡±.
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