La prevaricaci¨®n del sexo

Para bien y para mal, las carreras cinematogr¨¢ficas de Enrique Urbizu y de Mariano Barroso han surcado caminos casi paralelos: de edades parecidas (en torno a los 50), ambos debutaron a principios de los a?os noventa y han experimentado con constancia una suerte de thriller espa?ol en el que la basura m¨¢s cotidiana de nuestra sociedad se daba la mano con las pistolas, la corrupci¨®n y la judicatura. Adem¨¢s, ambos han sufrido la gloria y el fracaso junto a poco explicables parones en el desarrollo de sus filmograf¨ªas. Sin embargo, mientras Urbizu no ha soltado nunca el cuchillo de entre los dientes, la rabia ni la suciedad, entendida esta como un elogio (No habr¨¢ paz para los malvados es el ¨²ltimo ejemplo), Barroso parece haber ido aplacando el furor de sus inicios, sobre todo de ?xtasis (1996), quiz¨¢ su mejor pel¨ªcula, y de Los lobos de Washington (1999), convirtiendo sus ¨²ltimos trabajos, Kasbah (2000) y Hormigas en la boca (2005), en dignos acercamientos al cine de g¨¦nero, pero poco m¨¢s. Justo lo que ocurre en Lo mejor de Eva, intriga alrededor de la corrupci¨®n y el arribismo, protagonizada por una juez encargada de un caso de asesinato y un chapero que ejerce de testigo protegido.

En el guion, donde la influencia de la inmensa Veredicto final, de Sidney Lumet, se vuelve a dejar notar en nuestro cine (ya la hab¨ªa en La suerte dormida, el debut de ?ngeles Gonz¨¢lez-Sinde como directora), se unen aderezos de incuestionable eficacia con llamativos errores de base. As¨ª, mientras el atletismo que practica la juez, el dibujo del padre como dur¨ªsimo fiscal y progenitor, y las pat¨¦ticas citas a ciegas que sufre la magistrada por parte de su hermana (un contador de chistes, otro que toca la guitarra en las cenas¡­) juegan siempre en favor del retrato de personajes, la linealidad del rol del chapero y la carencia de cl¨ªmax final ejercen en su contra: el personaje masculino termina la historia igual que la empieza, y culminar una pel¨ªcula de g¨¦nero con un largo ep¨ªlogo dividido en tres partes y expuesto como un encadenado (la soluci¨®n judicial, la revelaci¨®n de las fotograf¨ªas y el destino de la pareja) no parece el mejor modo de dejar al espectador con la boca abierta.

Sin embargo, frente a todas las imperfecciones, a las que se puede sumar alg¨²n momento carente de verosimilitud (?c¨®mo pueden echar un polvo en la misma habitaci¨®n en la que acaban de hacer una pintada con una amenaza de muerte?), Lo mejor de Eva nunca decae en su ritmo y est¨¢ comandada por una adecuad¨ªsima pareja interpretativa, Leonor Watling y Miguel ?ngel Silvestre, perfectos cada uno en sus papeles. La verdad es que como esta se estrenan cada a?o una decena de pel¨ªculas procedentes de Hollywood¡­ y casi todas tienen ¨¦xito. As¨ª que igual acaba encontrando su p¨²blico.