Trotar en tiempos de guerra
Hay una distancia, algo infranqueable, entre lo que la ¨²ltima pel¨ªcula de Spielberg desear¨ªa ser y lo que, en una plasmaci¨®n virtuosa del modelo, acaba pareciendo
Hay una distancia, algo infranqueable, entre lo que la ¨²ltima pel¨ªcula de Spielberg desear¨ªa ser y lo que, en una plasmaci¨®n virtuosa y espectacular del modelo, acaba pareciendo: el cineasta tiene en la cabeza las esencias fordianas, pero su pel¨ªcula es la versi¨®n ¡ªeso s¨ª, vitaminizada¡ª de esas pel¨ªculas de imagen real del estudio Disney que exaltaban la ¨¦pica (emotiva) en la relaci¨®n entre su protagonista humano y un animal al que se le atribu¨ªa una firme nobleza de esp¨ªritu. De hecho, la anglofilia de War horse evoca la disneyizaci¨®n de lo brit¨¢nico que propuso el estudio cuando, por razones econ¨®micas que no procede detallar aqu¨ª, tuvo que desplazar alguno de sus rodajes a la isla.
WAR HORSE
Direcci¨®n: Steven Spielberg.
Int¨¦rpretes: Jeremy Irvine. Peter Mullan, Emily Watson, David Thewlis, Benedict Cumberbatch.
G¨¦nero: drama. EE UU, 2011.
Duraci¨®n: 146 minutos.
Adaptaci¨®n de la novela juvenil de Michael Morpurgo que Nick Stafford convirti¨® en celebrado montaje esc¨¦nico en el National Theatre de Londres, War horse es una historia de solidaridades (no solo humanas) sobre el tel¨®n de fondo del horror ¡ªencarnado en la Primera Guerra Mundial¡ª, que convierte al caballo del t¨ªtulo en el nexo de uni¨®n entre una serie de personajes que, por lo general, dar¨¢n lo mejor de s¨ª mismos en el peor de los momentos posibles. Es un material delicado ¡ªpropenso a un exceso sentimental que Spielberg no evita¡ª, pero que acaba cristalizando en una pel¨ªcula extraordinaria, sobrecargada de fuerza y energ¨ªa, donde el cineasta revela pleno dominio de su elocuencia expresiva.
War horse punt¨²a su recorrido con contundentes hallazgos formales: las aspas del molino sincronizadas con una ¨¦tica de la mirada, la elegante elipsis que marca la desaparici¨®n de un importante personaje durante una carga de caballer¨ªa o la trayectoria de ese ob¨²s que une, entre trincheras, a las dos figuras principales del drama son solo algunos vistosos ejemplos de esa tensi¨®n formal que el cineasta coloca, en todo momento, al servicio del relato.
El genio de Spielberg es exhibicionista, pirot¨¦cnico y expansivo: est¨¢ hecho de otra madera que el genio sutil, org¨¢nico y natural que parec¨ªa exhalar John Ford sin aparente esfuerzo, pero es genio al fin y al cabo. En War horse la b¨²squeda de la excelencia est¨¢ marcada por una intensidad agotadora, pero tambi¨¦n hay lugar para momentos tan fr¨¢giles como el que ilustra un silencioso di¨¢logo entre caballos en la encrucijada de su supervivencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.