Enrique Sierra, pilar de la innovaci¨®n musical de los ochenta
Guitarra de Radio Futura, era coautor de himnos generacionales como ¡®Escuela de calor¡¯ Fue uno de los miembros m¨¢s activos de la llamada ¡®Movida madrile?a¡¯
La trayectoria de Enrique Sierra, que falleci¨® ayer en el hospital cl¨ªnico San Carlos de Madrid a los 54 a?os, a consecuencia de problemas derivados de una larga enfermedad renal, estar¨¢ por siempre vinculada a Radio Futura. Da igual que el grupo se disolviera en 1992; da igual que ¨¦l ganase dos Grammy latinos en 2002 y 2004 como ingeniero de sonido, trabajando en discos de Rosario Flores. O que grabara discos con grupos como Los Ventiladores y Klub (en el que se volvi¨® a unir a su viejo amigo Luis Auser¨®n); o que fundase en 2007 el portal de Internet 127.es, con la idea de proporcionar de forma legal y gratuita m¨²sica, textos, im¨¢genes o v¨ªdeos en formato digital. Un nombre, 127, que era tambi¨¦n el que hab¨ªa usado para un proyecto de m¨²sica infantil, junto a su esposa, Pilar Rom¨¢n. Todo eso qued¨® a la sombra de los doce a?os que su guitarra acerada form¨® parte de Radio Futura.
El sonido que desarroll¨® era tan fundamental para las canciones del grupo, como lo fue su cresta punk para la imagen. El proyecto de lo que se convertir¨ªa en una de las bandas esenciales para entender la historia del rock en espa?ol lo puso en marcha con los hermanos Luis y Santiago Auser¨®n a finales de los setenta. ?l ven¨ªa de Kaka de Luxe, conjunto seminal de la movida madrile?a, en el que tambi¨¦n figuraban Carlos Berlanga, Fernando M¨¢rquez, El zurdo y Olvido Gara, Alaska.
Tras la disoluci¨®n de la banda, en 1978, cada uno de sus componentes busc¨® una salida por su cuenta. Es entonces cuando Enrique va a parar a Radio Futura. Durante a?os van dando bandazos en busca de un sonido propio. Ellos mismos reconocieron m¨¢s tarde que su primer disco, M¨²sica moderna, les hab¨ªa llevado por derroteros que no eran los suyos. Su compa?¨ªa, Hispavox, hab¨ªa intentado convertirlos en una banda para el p¨²blico juvenil, con p¨¦simos resultados. Todo esto cambi¨® cuando grabaron La estatua del Jard¨ªn bot¨¢nico, una canci¨®n hist¨®rica, b¨¢sica para entender el ¨¦xito del pop espa?ol en los ochenta. Editada como sencillo en 1982 (en la cara B aparec¨ªa el tema Rompeolas), les marcar¨ªa el camino a seguir.
Hab¨ªan tenido que reinventarse con un sonido que en el momento se defini¨® como rock experimental, aunque tres d¨¦cadas despu¨¦s sus canciones se escuchan como aut¨¦nticos himnos atemporales. Es en este contexto cuando publican en 1984 el primer disco de Radio Futura como cuarteto (a la bater¨ªa se hab¨ªa unido Solrac Vel¨¢zquez). En La ley del desierto / La ley del mar estaba otro de sus temas fundamentales, Escuela de calor, una canci¨®n pegadiza, guiada por la guitarra de Enrique Sierra, que fue un ¨¦xito inmediato. Otro de los sencillos extra¨ªdos fue Semilla negra, en el que sentaban las bases de eso que luego se dio en llamar rock latino.
Porque si algo defini¨® la trayectoria de Radio Futura fue la extrema seriedad con la que se tomaban su trabajo y la constante investigaci¨®n de nuevos g¨¦neros. Una b¨²squeda que, contrariamente a lo que suele ocurrir, coincidi¨® con los gustos del p¨²blico. A lo largo de los ochenta fueron publicando ¨¢lbumes -De un pa¨ªs en llamas (1985); La canci¨®n de Juan Perro (1987); el directo Escuela de calor (1989); y el que ser¨ªa su despedida, Veneno en la piel (1990)- en los que se van alejando cada vez m¨¢s de sus comienzos puramente nueva oleros hac¨ªa un sonido latino.
Las giras se hacen m¨¢s grandes, las tensiones entre los componentes de la banda tambi¨¦n. Crecen los gastos al mismo nivel que los ingresos. La salud de Enrique Sierra tambi¨¦n se resiente. Hace dos d¨¦cadas se someter¨ªa al primer transplante de ri?¨®n, tiempo despu¨¦s llegar¨ªa un segundo. Sus allegados contaban ayer que el agravamiento de las complicaciones derivadas de esta operaci¨®n fueron las que causaron su muerte. En los ¨²ltimos a?os, Sierra hab¨ªa diversificado su carrera art¨ªstica: sus obras, pinturas digitales, se pod¨ªan ver en su p¨¢gina web, que ayer segu¨ªa activa.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.