Impulso ol¨ªmpico para la pasarela (y la moda) brit¨¢nica
Londres se sirve de la cita para impulsar su exhausta semana de desfiles
La edici¨®n de la Semana de la Moda de Londres dedicada a la temporada oto?o/invierno 2012 ha arrancado este fin de semana entre trifulcas internacionales y medios triunfos. Con unos Juegos Ol¨ªmpicos que organizar, la mir¨ªada de eventos culturales que los acompa?a y las celebraciones de las seis d¨¦cadas de reinado de Isabel II, Londres es este a?o el centro de todas las miradas. Un inter¨¦s que se quiere aprovechar para impulsar la moda de Gran Breta?a.
En estos tiempos revueltos, la industria brit¨¢nica busca posicionarse como baza econ¨®mica. La enorme repercusi¨®n que tuvo el vestido de novia de Catalina Middleton, dise?ado por Sarah Burton para Alexander McQueen, inyect¨® una dosis de confianza en la industria. Secundada por el gobierno de David Cameron, quiere desprenderse de su imagen de fermento creativo sin verdadero peso comercial. Nadie duda de que las islas produzcan grandes dise?adores, el problema es que se marchan a trabajar a otra parte. Las instituciones no dejan de repetir que el sector es m¨¢s potente de lo que parece. Que mueve unos 25.000 millones de euros al a?o y proporciona m¨¢s puestos de trabajo que los sectores de telecomunicaciones, automovil¨ªstico y editorial juntos. El siguiente objetivo es el reconocimiento internacional. Aprovechando el reclamo de los Juegos Ol¨ªmpicos, el comit¨¦ de la moda de Gran Breta?a ha pedido a dise?adores asentados en otras pasarelas que contribuyan a subir el perfil de la ciudad y vuelvan a desfilar a casa.
Los esfuerzos han tenido un resultado ambivalente. Dos de las m¨¢s reconocidas firmas brit¨¢nicas, Stella McCartney y Alexander McQueen, participan esta temporada en Londres. Sin embargo, su presencia es de car¨¢cter pr¨¢cticamente representativo. McCartney, la encargada de dise?ar el uniforme oficial del equipo ol¨ªmpico brit¨¢nico, present¨® el s¨¢bado por la noche una colecci¨®n c¨¢psula especialmente creada para la ocasi¨®n. McQueen, por su parte, mostrar¨¢ el lunes por la noche, por primera vez en una pasarela, su l¨ªnea de difusi¨®n McQ. En Par¨ªs se quedan las colecciones principales de ambas marcas.
Es inevitable pensar que PPR, el conglomerado franc¨¦s de lujo del que son parte, es inmune a los requerimientos patri¨®ticos. Vivienne Westwood hace temporadas que se apunt¨® a esa estrategia de arrimar el hombro a medias y solo desplaza la colecci¨®n Red a Londres, dejando Gold en Par¨ªs. Victoria Beckham ni eso. Reci¨¦n nombrada embajadora de la moda brit¨¢nica, la ex Spice Girl no mueve ninguna de sus dos l¨ªneas de Nueva York. Solo Burberry ha hecho la mudanza completa. En 2009 la compa?¨ªa brit¨¢nica dej¨® la pasarela milanesa para mostrar Prorsum en Londres y sus resultados no se han visto afectados por el cambio, sino al contrario.
Esta London Fashion Week, con 59 desfiles y 24 presentaciones dentro del calendario oficial, llega en un momento de tensiones entre las grandes capitales de la moda (Nueva York, Londres, Mil¨¢n y Par¨ªs). El conflicto estall¨® hace unos meses, cuando los anglosajones trataron de retrasar las fechas a partir de septiembre 2012. Aunque Nueva York y Londres dec¨ªan contar con apoyos como el del grupo editorial Cond¨¦ Nast, no han convencido a Par¨ªs y han terminado cediendo. Para los brit¨¢nicos es dif¨ªcil librarse de la permanente sensaci¨®n de ser ninguneados y los ¨²nicos tantos que han podido apuntarse han sido robar a Mil¨¢n la segunda l¨ªnea de Moschino (Cheap and Chic) y crear una cita independiente dedicada a la moda masculina. La marca italiana present¨® el s¨¢bado una colecci¨®n de oto?o/invierno 2012 con una clara influencia de los a?os sesenta.
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