¡°No creo en la felicidad de la impunidad¡±
El triunfador de la noche de los Goya consigue seis estatuillas por 'No habr¨¢ paz para los malvados'
Se abre el ascensor y aparece Carlos Boyero. Enrique Urbizu (Bilbao, 1962), que estaba esperando en la puerta, le mira. Durante un segundo, como en los mejores thrillers, se hace el silencio, y de repente los dos sonr¨ªen de oreja a oreja: hay saludos y felicitaciones para un cineasta que entr¨® temeroso el domingo a la ceremonia de los Goya y sali¨® con dos debajo del brazo (mejor guion original y direcci¨®n) y otros cuatro para su No habr¨¢ paz para los malvados. Aunque son ya las cinco de la tarde del lunes, Urbizu vive a¨²n en su jornada de gloria, porque ha dormido tan solo un par de horas. La ocasi¨®n lo merec¨ªa.
Pregunta. ?Han premiado una pel¨ªcula o la carrera de un director que casi nunca ha dado su brazo a torcer?
Respuesta. He dirigido encargos y te aseguro que bien hechos son lo contrario a dar tu brazo a torcer. Porque intento hacer mi trabajo con la misma honestidad. Puede que se tenga esta percepci¨®n de galardonar un camino, pero no lo pienso mucho. En cualquier caso No habr¨¢ paz para los malvados es la consecuencia de ese recorrido, de todo lo aprendido con mis siete filmes anteriores.
P. No habr¨¢ paz para los malvados nace de dos ideas: crear un thriller urdido en una larga persecuci¨®n y ahondar en el 11-M.
R. El 11-M sirve para los mimbres, pero el cesto que tienes que tejer no puede ser ese atentado. Yo nunca pens¨¦ en que est¨¢bamos hablando de eso. Ahora, s¨ª quer¨ªa incidir en c¨®mo fue posible, qu¨¦ fall¨® en la polic¨ªa y el sistema judicial para que pudiera ocurrir, c¨®mo se organiz¨®... Plantear esas preguntas, pero no responderlas. Y eso legitima la pel¨ªcula. Entrar en el 11-M ser¨ªa un ejercicio posmoderno.
P. La pel¨ªcula tiene multitud de detalles meditados: las im¨¢genes de musulmanes siempre cercanos a pupitres, la posible lectura religiosa de un cruzado, Santos Trinidad, contra los islamistas, el plano de unos juegos infantiles sin ni?os como proyecci¨®n de nuestro futuro...
R. Todas esas im¨¢genes surgen en la escritura. El primer plano del filme es una m¨¢quina de azar, lo que remite al western, arrancamos en un burdel... parece un anuncio de todo lo que ocurre posteriormente. Me gusta que las pel¨ªculas tengan una estructura construida, pensada, que mis primeros y ¨²ltimos planos tengan nexos.
P. Ha derrotado en el Goya al mejor gui¨®n a Woody Allen.
R. [Estalla en carcajadas]. Tiene mucha gracia... aunque a Woody Allen le importar¨¢ un r¨¢bano. Es la estatuilla que m¨¢s aprecio porque yo soy un director que escribe, no un guionista que dirige. Me siento obligado a escribir y ese premio me hizo mucha ilusi¨®n y me sonroj¨®. Pens¨¦ que iba a ganar Miguel Barros por Blackthorn. En fin, lo mejor es que esta cosecha ha sido tan heterog¨¦nea que echa por tierra ese t¨®pico de la espa?olada, de que solo hacemos dramas o comedias. Que un polic¨ªaco gane los goyas grandes es una gran noticia para el cine espa?ol, que empujar¨¢ a que se hagan m¨¢s, que har¨¢ que los productores pierdan el miedo a este g¨¦nero. No habr¨¢ paz para los malvados ha sido una pel¨ªcula rentable, ha encontrado su p¨²blico... Al fin y al cabo, intento decir cosas sobre el pa¨ªs en el que vivo. Hacer el distingo entre cine de g¨¦nero y cine de autor me parece una antigualla.
P. Con sus pel¨ªculas, un espectador puede aprender c¨®mo es Espa?a.
R. Lo intento. Yo vivo a ras de calle, me muevo en el centro de Madrid, oigo a la gente... Hay di¨¢logos de mis pel¨ªculas que est¨¢n sacados de lo que escucho cuando desayuno en un bar, nunca se me hubiera ocurrido esa frase. Ah¨ª est¨¢ la base de todos los personajes. Conocer a la gente es una materia prima fundamental para mi cine.
P. ?Sin Jos¨¦ Coronado no hubiera existido No habr¨¢ paz para los malvados?
R. Eso es mucho decir. Hubiera sido diferente, nunca mejor. Coronado es fundamental: lo quer¨ªa a ¨¦l, a su melena, a su bigote, a su chaqueta... Santos Trinidad era para Jos¨¦.
P. La vida mancha es su pel¨ªcula favorita.
R. S¨ª, es en la que m¨¢s cerca he estado de fotografiar lo invisible. La caja 507 y No habr¨¢ paz... son thrillers muy f¨ªsicos, son verbo. En La vida mancha apenas hay argumento, comunico cosas apenas explicitadas, el espectador debe rellenar esos huecos emocionales. Es la historia de un no, de un tri¨¢ngulo amoroso en el que el cl¨ªmax transcurre en un ba?o, tiene un ambiente especial. Es mi pel¨ªcula m¨¢s adulta
P. Isabel Coixet jug¨® con su t¨ªtulo el domingo para explicar las injusticias en Espa?a: ¡°S¨ª hay paz para los malvados¡±.
R. Es una cuesti¨®n de tiempo verbal. En presente de indicativo s¨ª hay mucha paz para los malvados. El vers¨ªculo del profeta Isa¨ªas habla en futuro. Tampoco creo que vivan tan en paz. Aunque salgan indemnes o absueltos de los juicios, no creo que el espejo les devuelva una imagen demasiado grata. No me creo la felicidad de la impunidad. Cuando se afeitan, ?qui¨¦n es el cabr¨®n que est¨¢ al otro lado del espejo?
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