Ojos
"Es mentira que el Ej¨¦rcito sirio est¨¦ tan solo bombardeando posiciones de terroristas. Est¨¢n machando a civiles hambrientos y aislados". Esta fue una de las ¨²ltimas afirmaciones de Marie Colvin desde el frente de Homs en Siria. La reportera del Sunday Times de Londres muri¨® junto al fot¨®grafo franc¨¦s R¨¦mi Ochlik bajo el fuego despu¨¦s de denunciar que m¨¢s de 28.000 civiles est¨¢n siendo masacrados por el ej¨¦rcito leal a Bachar Al Asad. A¨²n nadie se atreve a afirmar con rotundidad que estos periodistas y tres m¨¢s heridos, que se suman a otro periodista, Anthony Shadid, muerto cerca de la frontera siria con Turqu¨ªa la semana pasada, hayan sido v¨ªctimas de un ataque planificado del ej¨¦rcito contra el edificio que les serv¨ªa de residencia y de centro de trabajo.
Corren descripciones de su trayectoria profesional, algunas escritas por compa?eros cercanos o conocidos como Ram¨®n Lobo. Un car¨¢cter especial que se acrecent¨® tras la p¨¦rdida de un ojo en la guerra civil de Sri Lanka al comienzo de este siglo sangriento e inestable. Su aspecto, con el parche negro, remit¨ªa a los personajes de otra ¨¦poca. Da miedo que estas necrol¨®gicas de urgencia se conviertan tan solo en un consuelo eleg¨ªaco para consumo de periodistas y que no trasciendan a la opini¨®n p¨²blica con la relevancia que merecen.
Los ciudadanos hemos asistido al debate sobre la intervenci¨®n aliada en Libia en una espesa contradicci¨®n, alimentada despu¨¦s con el silencio sobre la transici¨®n y la noticia de desmanes contra los vencidos. El da?o de la guerra de Irak en la credibilidad occidental lo pagaremos durante a?os. Nos inmoviliza ante esc¨¢ndalos como la posici¨®n china y rusa en la ¨²ltima reuni¨®n de la ONU, que trat¨® el conflicto en Siria. Desconectados, esc¨¦pticos antes las razones de urgencia unas veces y pasividad en otras, permanecemos desarmados ante el potencial militar de cualquier r¨¦gimen vuelto contra su propio pueblo. En este caso, Bachar Al Asad, doctor en Oftalmolog¨ªa, ha apagado la imprescindible luz de una periodista tuerta cuando m¨¢s se necesitaba. Era alguien que sosten¨ªa con orgullo que los grandes medios deb¨ªan seguir invirtiendo en periodismo de guerra pese al coste econ¨®mico y emocional. Son nuestro ej¨¦rcito de ojos, si a¨²n alcanzamos a ver algo es gracias a ellos.
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