"El cine espa?ol ha de saber que tiene por delante un presente complicado"
El secretario de Estado de Cultura defiende en esta conversaci¨®n el modelo impulsado por el PP Cine espa?ol, mecenazgo, el Cervantes y las artes en tiempos de crisis, entre las prioridades "Quienes est¨¢n comprometidos con la cultura deben demostrarlo en estos momentos", afirma Lassalle conf¨ªa en que habr¨¢ presupuesto para salvaguardar la "vivencia p¨²blica" de la cultura "En la marca Espa?a tiene que estar la cultura", a?ade
Como portavoz de Cultura en el Congreso durante la labor de oposici¨®n del Partido Popular, Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle (Santander, 1966) fue conquistando sucesivas parcelas de prestigio merced a una sabia mezcla de discreci¨®n, di¨¢logo, argumentario y solidez intelectual. La l¨®gica y todas las quinielas dictaban que, una vez en el poder, Rajoy ¡ªque no tuvo a bien dedicar a la cultura un ministerio espec¨ªfico¡ª le ungiera como secretario de Estado. La vida, claro, le ha cambiado a Lassalle.
Pregunta. ?C¨®mo se ve a s¨ª mismo desde que se incrust¨® en primera l¨ªnea de fuego pol¨ªtico?
Respuesta. Pues es una vivencia compleja. Es un momento fascinante en lo personal pero de una enorme incertidumbre por las dificultades que pesan sobre c¨®mo gestionar la cultura en una coyuntura de crisis tan grave. Me siento en una grata incomodidad.
Cualquier merma cultural es frustrante ero hay que decidir las prioridades
P. Claro, es que uno ve eso del 8,51% de d¨¦ficit y se dice: ¡°Dios m¨ªo, en los pr¨®ximos presupuestos ?qu¨¦ quedar¨¢ para la cultura? Si es que queda algo...
R. Claro que va a quedar algo.
P. ?Qu¨¦?
R. Pues aquello que resulte imprescindible para que la propia vivencia de la cultura como un fen¨®meno de presencia p¨²blica sea salvaguardada.
P. Y eso quiere decir...
R. Que el derecho del acceso a la cultura es un derecho constitucional, as¨ª que el Gobierno har¨¢ el esfuerzo por salvaguardar lo fundamental.
P. ?Quiere decir que ya han calculado y ya saben lo que es fundamental y por lo tanto lo que puede recortarse, lo que sobra?
R. Culturalmente nunca sobra nada. Cualquier merma cultural en un contexto as¨ª resulta frustrante. Pero tenemos que decidir cu¨¢les son las prioridades.
Para nosotros, lo prioritario es no cerrar ni museos ni bibliotecas
P. Por eso, ?cu¨¢les son las prioridades?
R. Garantizar el acceso a la cultura, y eso significa no cerrar museos, ni bibliotecas, que no se deteriore ning¨²n archivo. Hay una serie de elementos vinculados al patrimonio simb¨®lico de la naci¨®n que no pueden ser perjudicados y que presupuestariamente no lo van a ser.
P. ?Le preocupa que, en tiempos as¨ª de duros haya quien considere la cultura como un lujo en lugar de como una necesidad?
R. La cultura nunca es un lujo ni un capricho. Pero en una coyuntura de enorme complejidad como esta hay que definir las prioridades p¨²blicas. La cultura lo es. Lo que hay que hacer es salvaguardar lo esencial. ?Qu¨¦ es lo esencial? La apertura de los museos p¨²blicos, el patrimonio archiv¨ªstico, las manifestaciones culturales vinculadas al teatro cl¨¢sico, la proyecci¨®n internacional de nuestro cine... Y adem¨¢s habr¨¢ una apuesta pol¨ªtica importante por el mecenazgo. Queremos que el mecenazgo sea un complemento a la aportaci¨®n p¨²blica del Estado a la cultura.
Este pa¨ªs tiene que ambicionar metas y Vargas Llosa era una gran opci¨®n
P. Hay responsables de grandes instituciones que han dicho que si se reducen m¨¢s los presupuestos, se van. ?Tienen ustedes miedo a que haya espantadas?
R. Deber¨ªamos apelar todos al sentido de la responsabilidad. Eso significa que quienes realmente est¨¢n comprometidos con la cultura deben demostrarlo en momentos de vacas gordas y de vacas flacas. Ah¨ª es donde se comprueba el verdadero compromiso intelectual.
P. Hablando de mecenazgo: no puede decirse que entre las gentes que hacen la cultura en este pa¨ªs haya habido precisamente una euforia por el recurso al dinero privado, m¨¢s bien lo contrario... a menudo se ha exprimido hasta el exceso las ubres de mam¨¢ Estado.
R. Dos instituciones tan importantes como el Teatro Real y el Museo del Prado no se entender¨ªan hoy sin la aportaci¨®n privada. As¨ª que cuando se dice que en Espa?a no hay un compromiso de mecenazgo no es verdad. En el Prado, la aportaci¨®n privada es mayoritaria desde un punto de vista presupuestario. As¨ª que no comparto eso. Espa?a es un pa¨ªs con tradici¨®n de mecenazgo, empezando por la corona y siguiendo por las iniciativas de la burgues¨ªa del siglo XIX. Creo que hay una concienciaci¨®n de nuestra sociedad civil en que el mecenazgo es una forma de participaci¨®n de la propia sociedad en el hecho creativo. Si esto se est¨¢ produciendo en una coyuntura como esta, ?qu¨¦ no podr¨¢ producirse en un escenario favorable desde un punto de vista legal? El trabajo fundacional de los ¨²ltimos a?os por parte de las grandes corporaciones financieras, las compa?¨ªas de seguros, la banca... ponen en evidencia la importancia del mecenazgo en Espa?a.
Cartagena es un destinatario l¨®gico para el tesoro de ¡®La Mercedes'
P. Bueno, quiz¨¢ el Prado y el Teatro Real no sean ejemplos del todo v¨¢lidos: son instituciones se?eras y parecen golosinas para cualquiera que busque invertir en cultura... pero m¨¢s all¨¢ de ellas, ?qu¨¦ hay? Si hablas con algunos responsables de fundaciones, museos, colecciones, etc¨¦tera, hablan de cicater¨ªa institucional en lo relativo al mecenazgo...
R. Cada a?o, v¨ªa presupuestos, se abren apoyos fiscales a iniciativas de conmemoraciones culturales, que consiguen enormes aportaciones de mecenazgo por parte de empresas y de particulares. Espa?a, en t¨¦rminos fundacionales, est¨¢ en tercer o cuarto lugar europeo. Y desde luego, no tenemos la legislaci¨®n de Francia, Gran Breta?a o Alemania en materia de mecenazgo.
P. Hablemos de acci¨®n cultural exterior. Por ejemplo, en Latinoam¨¦rica. Hasta ahora, nuestros gestores culturales han fracasado en ese terreno. Hay 500 millones de hispanohablantes. ?No cree que ha llegado el momento de ser no solo cuantitativamente influyentes, sino cualitativamente influyentes?
R. Es el momento de que Espa?a haga una apuesta cualitativa, s¨ª, y desde la cooperaci¨®n con el mundo iberoamericano. Espa?a no podr¨¢ apostar por sus propias posibilidades si no tiene claro que su futuro pasa por una proyecci¨®n trasantl¨¢ntica de su cultura y, por tanto, de un enraizamiento mucho mayor en el mundo iberoamericano y en la parte norteamericana donde ese mundo iberoamericano est¨¢ incidiendo cada vez m¨¢s.
El compromiso con la cultura hay que demostrarlo con vacas gordas o flacas
P. ?Habr¨¢ por fin una acci¨®n cultural exterior un¨ªvoca, sin que haya sopapos entre Cultura, Exteriores, Educaci¨®n...?
R. Tendr¨¢ que haberla, porque una racionalizaci¨®n del gasto nos obliga a pensar en clave homog¨¦nea. No podemos permitirnos el lujo de disgregar los recursos. Eso exigir¨¢ delimitar perfectamente hasta d¨®nde llega la pol¨ªtica cultural y d¨®nde comienza la diplomacia cultural. En ese esfuerzo estamos.
P. ?Van a fusionar el Instituto Cervantes y la agencia estatal Acci¨®n Cultural Espa?ola (AC/E), tras la reciente destituci¨®n de su directora, Charo Otegui?
R. Queremos conseguir un marco normativo institucional que unifique la acci¨®n cultural de Espa?a. Eso significa que no puede haber disgregaciones, y har¨¢ falta, por tanto, sumar recursos o, como digo yo, sumar meriendas. No tiene sentido que en un contexto econ¨®mico como el que tenemos, cada uno haga su pol¨ªtica.
P. O sea, que la respuesta es ¡°s¨ª¡±...
R. Eeeeh... el objetivo es lograr eso que digo. Y como dec¨ªa recientemente el ministro Margallo, el Cervantes tiene un padre, tiene una madre y tiene un esp¨ªritu que por lo visto me corresponde a m¨ª, seg¨²n reconoci¨® ¨¦l expresamente. Y mi labor ser¨¢ impulsar esa coordinaci¨®n. Ahora mismo estamos disgregados y eso le hace perder visibilidad internacional a la marca Espa?a. En la marca Espa?a tiene que estar la cultura. Este pa¨ªs no puede dejar pasar el tren de la Historia, como por desgracia nos ha pasado a menudo.
P. Ustedes apostaron por Vargas Llosa para el Cervantes y les sali¨® mal. ?No fue un ¨®rdago a la grande? ?Se calibr¨® mal la posible respuesta del Nobel?
No podemos poner cada a?o 400 millones para el cine, como Francia
R. La elecci¨®n de V¨ªctor Garc¨ªa de la Concha es magn¨ªfica y tan aplaudible como la de Vargas Llosa. Garc¨ªa de la Concha representa una capacidad de interlocuci¨®n con el mundo iberoamericano, y sobre todo con las academias iberoamericanas, que va a dar unos frutos institucionales evidentes. Yo estoy encantado de que V¨ªctor haya aceptado, en un gesto de enorme patriotismo y de responsabilidad cultural.
P. ?No fue la opci¨®n Vargas Llosa una brillante idea que pec¨® de precipitaci¨®n?
R. Este pa¨ªs tiene que ambicionar metas. Y Vargas Llosa representaba una extraordinaria opci¨®n de iberoamericanizaci¨®n del Cervantes.
P. Cuando habla de la marca Espa?a, ?se refiere tambi¨¦n a la que han montado ustedes con la vuelta del tesoro de La Mercedes? ?Es eso patriotismo cultural?
R. Lo que hemos planteado con respecto a Nuestra Se?ora de las Mercedes supone el reconocimiento a un trabajo que, con vocaci¨®n de Estado, han desarrollado los ministros de Cultura que desde 2005 se han sucedido en el cargo, con un escrupuloso trabajo de colaboraci¨®n entre Gobierno y oposici¨®n. Nadie puede reprochar a nadie lo que se ha hecho.
P. Por cierto, hay hasta ?30! peticiones ¡ªdentro de Espa?a¡ª para acoger el tesoro o parte del tesoro. Perdone, pero esto suena a chiste de Gila. Todos quieren su tesoro.
R. Y hay un ¨²nico receptor de esas peticiones. Por lo tanto, la simplificaci¨®n es evidente.
P. Hay un Museo Nacional de Arqueolog¨ªa Subacu¨¢tica en Cartagena. Si las monedas no van all¨ª, nadie lo entender¨¢. La gente dir¨¢: ¡°?Para qu¨¦ se hizo ese museo?¡±.
R. Totalmente de acuerdo.
P. O sea, que el tesoro o parte de ¨¦l ir¨¢ a Cartagena.
R. Entre los destinatarios l¨®gicos est¨¢, evidentemente, Cartagena. Pero lo importante de verdad es que se ha creado un precedente judicial que ser¨¢ importante a la hora de delimitar la capacidad que estas empresas privadas pueden tener de acceder a un posible mercado como destinatario de estos objetos de patrimonio. Pero ustedes, los medios, prefieren otros titulares.
P. Cambiando de tercio: nos preocup¨® la cara del ministro Wert en la gala de los Goya. ?Tan preocupado est¨¢ con el cine espa?ol? ?Cu¨¢nto se va a recortar en los recursos del cine?
R. Yo apelo al sentido com¨²n de todos en un momento como este. El cine espa?ol ha de saber que tiene por delante un presente complicado. Estamos en un proceso de transformaci¨®n de los cauces de financiaci¨®n del cine. Hay que ensayar escenarios distintos en los que se d¨¦ una mayor apuesta por la desgravaci¨®n, como por otra parte contempla la Ley del Cine... pero un 18% de desgravaci¨®n no hace lo suficientemente atractiva esa v¨ªa como para poder explotarla de manera eficiente.
P. Pero, ?c¨®mo piensan ustedes sacar adelante ese modelo mixto subvenci¨®n/desgravaci¨®n del que hablan? ?Qu¨¦ opinan de todo esto los ministros de Econom¨ªa y de Hacienda?
R. El Partido Popular ha asumido el compromiso de una apuesta por la fiscalidad aplicada al cine. En los a?os 80 este pa¨ªs apost¨® por la financiaci¨®n p¨²blica de la cultura, siguiendo la visi¨®n que arranc¨® con Malraux y me atrever¨ªa a decir que con Luis XIV. Los franceses creen que hay que poner la cultura al servicio del poder, cosa sobre la que yo, como angl¨®filo, tengo serias dudas. Hay que llevar a cabo un proceso de transformaci¨®n que mezcle el modelo p¨²blico y el privado. Nadie debe rasgarse las vestiduras. No solo hay que pensar en el cine como creaci¨®n, sino como negocio. Si a los norteamericanos y a los brasile?os les ha ido bien, tendr¨ªamos que ser capaces de explorar esto... no podemos poner sobre la mesa todos los a?os 400 millones de euros para apoyar al cine, como Francia.
P. Una ¨²ltima cuesti¨®n. Elena Salgado par¨® el nombramiento del joven alem¨¢n David Afkham como director de la Orquesta Nacional de Espa?a por la imposibilidad de firmar m¨¢s contratos en las ¨²ltimas semanas del gobierno socialista. ?Van a retomar esa propuesta?
R. Eso est¨¢ abortado.
P. Entonces, ?en manos de qui¨¦n pondr¨¢n el futuro de la ONE?
R. Ese tema no es prioritario.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.