Adrienne Rich, poeta venerada del feminismo
Analiz¨® las divisiones instauradas en raz¨®n de sexo o raza
El pasado martes la poeta y ensayista Adrienne Rich (Baltimore, 1929) mor¨ªa a los 82 a?os en Santa Cruz, California, donde viv¨ªa desde 1976 en compa?¨ªa de la tambi¨¦n escritora y editora Michelle Cliff, quien desde 1970, tras la disoluci¨®n de un matrimonio en el que hab¨ªa sido madre de tres hijos, ser¨ªa su compa?era hasta el final de su vida. Dentro del movimiento feminista fue una de sus m¨¢s veneradas representantes y, gracias a sus brillantes ensayos y an¨¢lisis cr¨ªticos, una indiscutible y obligada referencia de las teor¨ªas y estudios sobre la mujer.
Inteligente y provocadora, era una de las poetas de mayor talento de EE UU y del panorama general de la poes¨ªa en lengua inglesa. Prestigiada y premiada desde sus inicios (W. H. Auden elogi¨® y prolog¨® su primer libro de poemas en 1951), recorri¨® sin embargo un largo camino de exploraci¨®n po¨¦tica y de autoan¨¢lisis existencial, cruciales en el cuestionamiento activo del patriarcado institucional, de la autoridad y la tradici¨®n literaria masculinas, convirti¨¦ndose en una de las conciencias cr¨ªticas m¨¢s independientes y una de las voces femeninas m¨¢s importantes de la historia.
Tras d¨¦cadas de trabajo como escritora y activista comprometida, sus agudas reflexiones personales han articulado, con sorprendente precisi¨®n, problemas y cuestiones relativas a la liberaci¨®n de la mujer reflexionando sobre su identidad y conciencia individuales, y sobre el papel de la escritura dentro de esos planteamientos. Su discurso po¨¦tico y te¨®rico mantiene un alto grado de atenci¨®n cr¨ªtica y lectora, pero es a partir de los a?os sesenta con Instant¨¢neas de una nuera (1963) cuando se revela profundamente personal, capaz de romper todos los l¨ªmites impuestos expandiendo el alcance de su obra. Ella misma se coloca en el centro de una irreprochable escritura deudora de una destacada tradici¨®n femenina, para crear una identidad y un lenguaje que, con manifiesto vigor e inteligencia, trascienden radicalmente su propia ideolog¨ªa. Rich lleva hasta sus ¨²ltimas consecuencias ese eslogan surgido en el coraz¨®n del feminismo ¡ªlo personal es pol¨ªtico¡ª, teniendo muy clara la importancia radical que la experiencia personal de las mujeres desempe?a como fuente y recurso para construir su futuro. Basta recordar su m¨ªtico libro en prosa Nacemos de mujer (1976), que es todav¨ªa uno de los mayores cl¨¢sicos de la literatura femenina.
Una escritura siempre en primera persona, que relaciona conciencia y pensamiento. Prosa y poes¨ªa se muestran como el haz y el env¨¦s de un pensamiento donde la reflexi¨®n profunda del ensayo sostiene la realizaci¨®n expl¨ªcita del poema. Esa coherente integridad entre pensamiento y acci¨®n se expresa en la corporeidad de un lenguaje ejemplo de compromiso incorruptible con el progreso y la conciencia de ser mujer. Su obra estudia y analiza las divisiones y dualidades instauradas en raz¨®n del sexo y la sexualidad, la raza o las creencias, poniendo en primer plano sus directas conexiones con el racismo, los prejuicios y la ceguera de clase o el antisemitismo. Aboga por equiparar el movimiento de los derechos civiles al de liberaci¨®n de la mujer, y en uno de sus m¨¢s famosos ensayos, Heterosexualidad obligatoria y existencia lesbiana, estudia la historia y la identidad lesbianas como elemento de ruptura de la cultura y la pol¨ªtica heterosexuales, elaborando una perspectiva capaz de tener en cuenta todas las diferencias entre mujeres, hombres, lugares, ¨¦pocas, culturas, condiciones, clases y movimientos a la hora de reconocer la experiencia individual en la esfera pol¨ªtica. Vida y obra se hicieron inseparables en quien sab¨ªa que ¡°una mujer que piensa duerme con monstruos¡±. Cuando le otorgaron en 1974 el Premio Nacional del Libro, y en desacuerdo con la pol¨ªtica de Bill Clinton, lo rechaz¨® en forma individual para recibirlo en nombre de todas las mujeres, junto con las nominadas poetas negras Alice Walker y Audre Lorde. Uno de los muchos ejemplos de honestidad y compromiso de quien demostr¨® que la literatura todav¨ªa puede reclamarnos responsabilidades.
Babelia
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