Un pintor minimalista en la corte del rey nazar¨ª
El palacio de Carlos V muestra un centenar de obras del artista irland¨¦s Sean Scully
Sean Scully (Dubl¨ªn, 1945) ha estado en la Alhambra varias veces en los ¨²ltimos a?os. Cree que pueden ser m¨¢s de cinco las que se ha quedado hipnotizado ante las formas geom¨¦tricas de la escritura ¨¢rabe: hay mucho en com¨²n con el expresionismo y el minimalismo de su obra. El artista comprueba las similitudes mientras recorre muy despacio las tres salas de su exposici¨®n Luz del sur. Un centenar de obras que van desde los siete grandes ¨®leos del espacio principal, a las series de acuarelas inspiradas en esta fortaleza nazar¨ª o las colecciones de fotograf¨ªas basadas en formas planas y colores que habitualmente incluye en sus obras.
Alto y corpulento, tocado con sombrero negro, Scully parece m¨¢s un veterano roquero que un artista pl¨¢stico. En un espa?ol con cierto acento catal¨¢n (vive entre Barcelona y Nueva York desde hace muchos a?os) explica que la b¨²squeda de la luz en el sur es, en su caso, un viaje que ha hecho muchas veces y desde hace mucho tiempo. Desde Estados Unidos, hacia M¨¦xico y desde Europa hacia Marruecos. ¡°En los sesenta¡±, cuenta con una de sus escasas sonrisas, ¡°¨¦ramos los hippis del norte frente a un mundo deslumbrante¡±. Era la d¨¦cada en la que Scully compatibilizaba la pintura con el club de blues que abri¨® en 1969 y con su presencia activa en las manifestaciones de Trafalgar Square contra la guerra de Vietnam o el Apartheid.
Pero el artista es ahora un hombre mucho m¨¢s tranquilo. Y r¨¢pido advierte que lo suyo con el mundo ¨¢rabe se queda en coincidencia est¨¦tica. Insiste en que siempre ha querido dedicarse al arte por razones espirituales y que sus obras fueran capaces de conmover a quienes las contemplaran. Pero las aproximaciones espirituales acaban ah¨ª. ¡°Yo soy cat¨®lico. No musulm¨¢n. En mi obra hay much¨ªsimas influencias (Goya, Caravaggio...) y todas me sirven para despertar emociones, para iluminar la luz¡±.
En un escenario que reconoce como uno de los m¨¢s bellos del mundo, la Alhambra, Scully se entusiasma se?alando la reiterativa belleza de la escritura ¨¢rabe. ¡°De diferentes maneras, siempre un mismo mensaje: Al¨¢ es grande. La cultura ¨¢rabe es de dominaci¨®n e imposici¨®n. Cuando yo repito las formas y los signos, no lo hago para imponer nada: es por el ritmo de la repetici¨®n¡±.
Con obra en los principales museos (MoMA, Metropolitan y Guggenheim de Nueva York; la National Gallery of Art y de Washington, Tate Gallery de Londres¡) es habitual en los acontecimientos art¨ªsticos espa?oles. En Granada mostr¨® su conexi¨®n con Jos¨¦ Guerrero en la exposici¨®n Tigres en el jard¨ªn en 2004.
La muestra que hasta finales de mayo se puede ver en la palacio de Carlos V naci¨® en la estela de la anteriormente dedicada a Matisse. Ambos buscaron la luz en el sur y en la obra de ambos est¨¢ especializado Kosme Mar¨ªa de Bara?ano, comisario de esta exposici¨®n que ha intentado desvelar la vertiente m¨¢s po¨¦tica de Scully ante la est¨¦tica nazar¨ª. El objetivo era lograr que cada obra de Scully fuera contemplada como una peque?a alhambra con sus palacios, sus jardines, y sus propios laberintos. La exposici¨®n organizada en tres partes. El n¨²cleo principal son los siete grandes ¨®leos realizados entre 2005 y 2011 por encargo de la Alhambra. La segunda parte re¨²ne 40 acuarelas que sirven de retrospectiva para conocer la evoluci¨®n de la obra del artista. Finalmente, se muestran tres series fotogr¨¢ficas: Aran, Santo Domingo for Nene y Alhambra 2011. Esta ¨²ltima es su trabajo m¨¢s reciente y de la que el artista se siente especialmente orgulloso. Con insistencia casi infantil, le insist¨ªa a su galerista espa?ol Carles Tach¨¦ que le retratara y filmara en la sala.
La responsable ¨²ltima de la exposici¨®n, Mar¨ªa del Mar Villafranca, directora de la Alhambra, llam¨® la atenci¨®n sobre la necesidad de mantener iniciativas como esta porque la cultura produce un bienestar que no se logra de otra manera.
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