La Historia es una suma de biograf¨ªas
Un tratado de Mainer sobre Baroja inaugura una importante colecci¨®n de vidas ilustres La serie viene a llenar una laguna en la historiograf¨ªa espa?ola
A las biograf¨ªas les ocurre lo que a los viejos colchones de lana. Cada cierto tiempo conviene airearlas y darles la vuelta. El s¨ªmil es de Jos¨¦-Carlos Mainer, que abre la colecci¨®n de Espa?oles eminentes, impulsada por la Fundaci¨®n Juan March y publicada por Taurus para tratar de fomentar el g¨¦nero biogr¨¢fico, con un ensayo sobre P¨ªo Baroja (1872-1956), que en ¡°un 30% es biograf¨ªa y un 70% interpretaci¨®n de la obra literaria¡±.
El autor de El ¨¢rbol de la ciencia no tuvo una vida ¡°particularmente relevante¡± en acontecimientos, pero ha inspirado numerosos ensayos biogr¨¢ficos, adem¨¢s de dejar escritas sus propias memorias en dos ocasiones (1917 y 1944). ¡°Ese era el principal problema¡±, se?ala Mainer, ¡°pero lo que hay sobre Baroja son biograf¨ªas que oscilan entre la descalificaci¨®n absoluta o la visi¨®n casi hagiogr¨¢fica. Yo he buscado equilibrar el tratamiento de los datos biogr¨¢ficos con la lectura de su obra. Ni me enfado con Baroja cuando su literatura falsifica datos porque su compromiso con los lectores no le obliga a la veracidad ni lo he puesto en un altar¡±.
La elecci¨®n del autor de Zalaca¨ªn, el aventurero para arrancar una colecci¨®n de biograf¨ªas puede resultar sorprendente. ?Conserva especial vigencia? Mainer bromea antes de defender que s¨ª. ¡°No hay un Ibex 35 de cotizaciones literarias, pero tengo la impresi¨®n de que, a pesar de que no era muy alta cuando se muere, hoy es uno de los m¨¢s le¨ªdos de su tiempo. Eduardo Mendoza, Andr¨¦s Trapiello y Antonio Mu?oz Molina son tres autores que entre s¨ª se parecen poco y los tres son barojianos¡±.
Con Baroja se estrena una colecci¨®n que pretende promocionar el g¨¦nero en Espa?a, donde est¨¢ lejos de tener el arraigo anglosaj¨®n. Javier Gom¨¢, director de la Fundaci¨®n Juan March, cita dos objetivos m¨¢s. Uno persigue proporcionar biograf¨ªas modernas de espa?oles sobresalientes, de los que se excluyen personajes pol¨ªticos ¡°porque ya han recibido bastante atenci¨®n¡±. El otro aspira ¡°a reescribir la historia de la cultura de Espa?a a la luz de la ejemplaridad de determinados nombres¡±.
Gom¨¢ pone el ejemplo de 1812, ahora que se celebra el bicentenario de la aprobaci¨®n de la Constituci¨®n de las Cortes de C¨¢diz, para recordar que los acontecimientos pueden alimentar ¡°una pluralidad de interpretaciones¡± y visiones discrepantes. Hay, sin embargo, personajes que sobrevuelan sobre la discrepancia y concitan aplausos un¨¢nimes. ¡°Casi todos, pese a su opuesta ideolog¨ªa, se descubren con admiraci¨®n o con respeto ante un Jovellanos o un Goya, por mencionar espa?oles que por fortuna ya cuentan con buenos estudios biogr¨¢ficos¡±.
Los ocho elegidos iniciales son hombres. ¡°La historia de la cultura ha sido injusta con las mujeres¡±, se?ala Gom¨¢, que baraja incluir alguna espa?ola eminente en el futuro, dado que la colecci¨®n est¨¢ abierta. Sus directores, los historiadores Juan Pablo Fusi y Ricardo Garc¨ªa C¨¢rcel, han sugerido a dos autoras, Teresa de Jes¨²s y Emilia Pardo Baz¨¢n, pero Gom¨¢ duda de la oportunidad dado que ambas cuentan con notables biograf¨ªas escritas en los ¨²ltimos a?os.
Tras la combinaci¨®n Baroja-Mainer, este a?o est¨¢ prevista la publicaci¨®n de los ensayos sobre Miguel de Unamuno, escrito por Jon Juaristi, e Ignacio de Loyola, encargado a Enrique Garc¨ªa Hern¨¢n. El resto de los t¨ªtulos abordan las figuras de Bartolom¨¦ de las Casas, el cardenal Cisneros, Benito P¨¦rez Gald¨®s, Jos¨¦ Ortega y Gasset y Mariano Jos¨¦ de Larra, que significa la primera incursi¨®n de Santos Juli¨¢, gran especialista en el siglo XX, en el XIX de la mano de un hombre de vida corta pero azarosa y de pluma admirada.
Juan Pablo Fusi aprecia un despegue del g¨¦nero. ¡°La historiograf¨ªa espa?ola ha tendido m¨¢s hacia temas m¨¢s cl¨¢sicos como la historia social, las instituciones o las cuestiones pol¨ªticas, pero en los ¨²ltimos 20 a?os se ha vuelto la vista hacia la biograf¨ªa¡±. Fusi cita ensayos publicados en las ¨²ltimas d¨¦cadas que ya son referentes historiogr¨¢ficos, como las biograf¨ªas de Aza?a (Santos Juli¨¢), Franco (Paul Preston), el conde-duque de Olivares (John H. Elliott) o la reina Isabel II (Isabel Burdiel), que mereci¨® el ¨²ltimo premio Nacional de Historia. ¡°Thomas Carlyle dec¨ªa que la historia no es m¨¢s que la suma de muchas biograf¨ªas¡±, cita Juan Pablo Fusi, para quien una biograf¨ªa es ¡°un estudio de la condici¨®n humana en una circunstancia hist¨®rica¡±.
Ese estudio ha sido paticorto en el caso del cardenal Cisneros, a juicio del hispanista franc¨¦s Joseph P¨¦rez, que trabaja sobre su biograf¨ªa. Ya no tiene dudas sobre su arranque: ¡°Se dice de S¨®crates que naci¨® viejo. Lo mismo se podr¨ªa decir de Cisneros¡±. Est¨¢ convencido el historiador que la figura habr¨ªa torcido el camino espa?ol. ¡°Cisneros lleg¨® muy tarde al poder y lo conserv¨® muy poco tiempo. Si hubiera vivido cinco o diez a?os m¨¢s, el rumbo de la historia de Espa?a habr¨ªa cambiado totalmente¡±. Tajante, sentencia: ¡°Fue el mejor estadista de la Europa de su tiempo¡±.
P¨¦rez ahonda en aspectos m¨¢s ignorados del cardenal al que, en su opini¨®n, se simplifica a menudo como el mecenas que impuls¨® la universidad de Alcal¨¢ y la impresi¨®n de la biblia pol¨ªglota o el defensor de la ortodoxia cat¨®lica. ¡°No se tienen en cuenta a menudo sus aspectos pol¨ªticos y econ¨®micos. Si hubiera continuado en el poder nunca se habr¨ªa firmado el decreto de los alumbrados en 1525, muchas de las obras que anim¨® a publicar fueron luego incluidas en los libros prohibidos. Y en econom¨ªa probablemente habr¨ªa limitado las exportaciones de lanas de Castilla al extranjero para favorecer la industria textil nacional¡±.
Recuerda P¨¦rez que los franceses, tras comparar las figuras de Richelieu y Cisneros emitieron un dictamen inapelable: ¡°Cisneros era muy superior¡±.
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