La banda sonora del 'buenrollismo'
Tras el ¨¦xito de su anterior trabajo, sustentado en el 'single' 'I'm yours', Jason Mraz publica el 17 de abril su nuevo trabajo, reafirmaci¨®n de su incombustible optimismo en el ser humano
Jason Mraz acaba de llegar de una expedici¨®n cient¨ªfica organizada por la fundaci¨®n Al Gore en la Ant¨¢rtida donde ha podido comprobar que el cambio clim¨¢tico va en serio. A¨²n as¨ª, este m¨²sico estadounidense, creador de uno de los ¨²ltimos himnos m¨¢s exitosos que recuerdan las listas veraniegas, I?m yours, no ceja en su absoluta confianza en el ser humano. "Las estructuras de ciertos negocios, sobre las que se han sustentando determinadas pol¨ªticas, llegan a su fin, pero el esp¨ªritu del ser humano sigue floreciendo",?dice al otro lado del tel¨¦fono, con la serenidad de un budista, la letan¨ªa de un predicador y la solidez con la que el ¨¦xito mundial impregna el discurso de un joven m¨²sico que un hace una d¨¦cada se traslad¨® a San Diego (California) para buscarse la vida en los bares y ahora presenta su cuarto ¨¢lbum de estudio, Love is a four letter word, impulsado por dos premios Grammy.
Las 12 nuevas canciones de Mraz, que salen a la venta el pr¨®ximo 17 de abril, no distan mucho de las que armaron sus anteriores trabajos. Las estructuras del artista, al contrario de las mundiales, no parecen desmoronarse y la f¨®rmula del pop pegadizo, con atisbos del reggae m¨¢s comercial; un mensaje sencillo, buenrollista en muchos casos, en defensa del medio ambiente; pasado por el tamiz del amor; ha vuelto a funcionar. De hecho, este trabajo se lanza un mes antes de la fecha elegida inicialmente por el repentino ¨¦xito en las redes sociales del primer single I won?t give up, -n¨²mero 1 en Estados Unidos, sin recurrir a promoci¨®n alguna-.
Su manera de practicar esta "filosof¨ªa sanadora" -como describe su composici¨®n- comienza desde el momento en que abre un ojo al despertarse cada ma?ana. Jason Mraz cuenta que vive en una casa con un sistema de alimentaci¨®n solar, adem¨¢s de todo tipo de mecanismos que hacen que su vivienda est¨¦ "en equilibrio con la naturaleza". Elige cada uno de los alimentos que se lleva a la boca y hasta ha creado su propia fundaci¨®n con la que planta ¨¢rboles por el mundo para compensar el di¨®xido de carbono que genera al viajar en avi¨®n durante sus giras mundiales.
Estos requisitos que se autoimpone en su af¨¢n sostenible -extra¨ªdos de sus colaboraciones con diversas asociaciones como Free The Slaves, True Colors Fund, Surfrider Foundation, Natural Resources Defense Council, Free The Children o Life Rolls On- son exigencia sine qua non para los miembros de sus bandas. En plural. Mraz se encierra en un estudio con m¨²sicos que considera "de sala", mientras que se sube a los escenarios con aquellos otros con un esp¨ªritu m¨¢s n¨®mada. "Organizo castings donde no solo compruebo su talento, sino el tipo de personas que son al bajar del escenario", apunta. "Por ejemplo, me importa mucho si fuman o el tipo de vida que llevan porque creo que dice mucho del respeto que uno tiene por s¨ª mismo y por los dem¨¢s. Son aspectos que influyen en la m¨²sica. Adem¨¢s, no quiero compartir una furgoneta con alguien que fuma. Es una preferencia personal".?Y eso que confiesa que durante 10 a?os estuvo enganchado al cigarrillo.
"No suelo escribir sobre asuntos concretos, sino de maneras de ser y estar en el mundo, la forma en la que creo que los seres humanos est¨¢n conectados", explica Mraz. "Este disco habla del amor, un sentimiento que traspasa culturas hasta tal punto que todos, al final de la vida, siempre necesitamos saber si hemos sido amados o capaces de amar bien". Para explicar un poco la entelequia, el artista invita a observar durante un rato la portada de Love is a four letter word. Para representar la palabra amor ha usado formas geom¨¦tricas que podr¨ªan o no ser caligr¨¢ficas. Algo parecido dice que sucede con este sentimiento. "A veces nos topamos con el amor en un estado con el que habitualmente no nos identificamos. Uno tiene la elecci¨®n de mirar un poco m¨¢s all¨¢ para encontrarlo o no".
Vibraciones felices
En 2003 Save tonight, de Eagle Eye Cherry, logr¨® endulzar el fin del amor.
Jack Johnson en 2005 coron¨® la ola del optimismo pop con Better together.
En 2005 Daniel Powter puso al mal tiempo buena cara en su ¨¦xito Bad day.
John Mayer elev¨® en 2006 el buenrollo a ¨¦xito global con su laureada Say.
En 2009 David Gray triunf¨® con Fugitive, un canto a aquellos que nunca tiran la toalla.
Babelia
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