El milagro de la libertad literaria
Desde el museo madrile?o, Gustavo Mart¨ªn Garzo habla de 'Y que se duerma el mar' La nueva novela recrea la infancia de una virgen Mar¨ªa manca El tema b¨ªblico ya lo abord¨® en 1994 con 'El lenguaje de las fuentes', premio Nacional de Literatura
Tan apasionado de la escritura como de la pintura, Gustavo Mart¨ªn Garzo ha elegido el entorno m¨¢s indicado para hablar de su nueva novela: el Museo del Prado. El autor vallisoletano (1948) conoce d¨®nde est¨¢n colgadas las pinturas de las que quiere hablar, como si hubiese trabajo en la pinacoteca madrile?a toda su vida, y en todas ellas aparece la virgen Mar¨ªa, un tema b¨ªblico al que ha vuelto, 18 a?os despu¨¦s, en Y que se duerme el mar (Lumen); una novela que parte del nacimiento de la virgen Mar¨ªa, una ni?a tullida, hasta llegar al nacimiento de su hijo. Desde los pasillos y salas de este "tesoro de tesoros que es el Prado", Mart¨ªn Garzo reconoce que "ten¨ªa la necesidad de escribir sobre la infancia porque es el momento de la vida en el que un ni?o es m¨¢s feliz, en el que desconoce el devenir que le espera e ignora las tragedias que le puede deparar la vida. Fabular sobre la virgen ni?a me ha permitido una libertad mayor que en otros trabajos literarios".
Se trata de una novela que complementa a El lenguaje de las fuentes (Lumen), libro con el cual obtuvo en 1994 el Premio Nacional de Literatura. Una obra dedicada a Jos¨¦, el esposo virgen de Mar¨ªa, que aunque en la historia religiosa queda absolutamente marginado debi¨® debe tener sentimientos, emociones, pasiones e, incluso, alberg¨® esperanzas que, al parecer, nunca se cumplieron. Entonces, el escritor decide darle voz a Jos¨¦, el carpintero de Nazareth, y convertirlo en personaje de una historia de pasi¨®n, posesi¨®n y furia, en la que las sombras de los ¨¢ngeles preludian o acompa?an el deseo y el desastre. "Fue entonces cuando se me ocurri¨® que la ni?a Mar¨ªa fuese manca. Este personaje b¨ªblico es la criatura ideal de la religi¨®n cat¨®lica. No es un ser real y para bajarla de esa posici¨®n tan alta ten¨ªa que hacer algo as¨ª. Era una manera de humanizarla. Es como si lanzases una piedra contra una espectacular vidriera y la convirtieses en cristal¡±. Adem¨¢s del Nacional de Literatura, Mart¨ªn Garzo ha obtenido varios premios como el Nadal por Las historias de Marta y Fernando y el Nacional de Literatura infantil y juvenil por Tres cuentos de hadas.
?Pero por qu¨¦ decidi¨® que su virgen Mar¨ªa fuera manca? ¡°Reconozco que es cruel poner a la virgen Mar¨ªa sin mano pero las familias felices no tienen historias, ¨¦stas est¨¢n en la desdicha, en la desgracia. La realidad nos demuestra que la vida no es sencilla, que el dolor y el sufrimiento lo padecen mucha gente y es en ese tipo de personas, que luchan contra el mundo y que les ha tocado vivir situaciones dram¨¢ticas, donde te encuentras fant¨¢sticas historias que es necesario contarlas¡±.
Mientras Mart¨ªn Garzo se detiene frente a algunos cuadros y conversa sobre su novela, el ruido de fondo es el murmullo de los diferentes idiomas que hablan los visitantes. Llega, entonces, frente a La Anunciaci¨®n, de Fra Ang¨¦lico, de 1496. ¡°Este es uno de mis preferidos porque el artista se preocup¨® de mostrar la realidad. En ¨¦l ves que hay toda una simbolog¨ªa y un mundo que va m¨¢s all¨¢ del aparente. La oscuridad se refleja en la expulsi¨®n de Ad¨¢n y Eva del para¨ªso y la luz en el momento de la Anunciaci¨®n. La luminosidad traspasa la tabla y uno siente que llega hasta el espectador", explica. Entre el arc¨¢ngel y la virgen en una de las columnas se vislumbra una golondrina, en Y que se duerma el mar el p¨¢jaro que aparece es un jilguero. "Hay ciertas influencias de este cuadro en mi libro".
Llegamos a la sala en la que se encuentran las pinturas de La Sagrada Familia de Rafael. San Jos¨¦ siempre en un plano oscurecido y la virgen y el ni?o iluminados. "Si uno se fija detenidamente en las caras de la virgen contemplara la tristeza que emana de su rostro, quiz¨¢ porque sabe el destino que le depara a su hijo y por ese instinto de protecci¨®n que las madres tienen hacia sus beb¨¦s". Mart¨ªn Garzo hab¨ªa comenzado a escribir el libro cuando se enter¨® de que su hija estaba embarazada. "Ella me iba contando las sensaciones que ten¨ªa, las angustias, los momentos de felicidad absoluta y creo que me fueron ¨²tiles para realizar este trabajo". El libro dedicado a "Gabriele, el peque?o mensajero" es el nombre de su nieto. El nombre del libro forma parte de una nana: "Du¨¦rmete ni?o y que se duerma el mar".
?Se considera un hombre creyente? "Creo en la historia y en que existen los milagros porque la vida cotidiana est¨¢ llena de ellos. Y el lector tiene que ser creyente en lo que est¨¢ leyendo porque ser¨ªa imposible entrar en la historia y creerte lo que te est¨¢n contando".
A Mart¨ªn Garzo no le gustan las v¨ªrgenes de Murillo, "esas mujeres levitando hacia el cielo porque me parece un mundo idealizado, blando y falto de profundidad. Me gusta mucho una Sagrada Familia pintada por Rembrant". Como escritor Mart¨ªn Garzo cree que "no hay nada m¨¢s atractivo que contar una historia por que las palabras tienen el poder de encantar y fascinar".
Un efecto similar al que le despierta este museo madrile?o: "Como la cueva de Ali Baba donde descubres un tesoro inesperado e inagotable que dota de sentido a tu vida. Cuando contemplas las joyas que albergan estas paredes te das cuenta de la riqueza del hombre y de su capacidad de expresar a trav¨¦s del arte".
Tras sus reflexiones sobre el museo y las v¨ªrgenes del Prado, Mart¨ªn Garzo se atreve a recomendar a un autor contempor¨¢neo. "Me descubri¨® Alice Munro, es el l escritor canadiense Alistair MacLeod a quien le¨ª Isla:todos los cuentos (RBA) y me descubri¨® lo que es la literatura. Habla de la vida como misterio".
Babelia
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