Espect¨¢culo fascinante
En 'Vida y muerte de Marina Abramovic' las esencias del arte esc¨¦nico permanecen, aunque proyectadas, de una manera m¨¢s vinculada a los tiempos actuales
Una hilera de luces de ne¨®n en primer plano delimita el espacio en el que Robert Wilson desarrolla la representaci¨®n teatral. Es una soluci¨®n renovada a la que tomaba Giorgio Strehler con sus velas en el suelo en el borde del escenario, para crear una atm¨®sfera c¨¢lida en las comedias de Goldoni y la comedia del arte. El tiempo pasa pero los elementos de lenguaje son los de siempre: el espacio, la luz, el gesto, la m¨¢scara, el movimiento, la composici¨®n pl¨¢stica, el ritmo, el trabajo de los actores. Wilson dirige un laboratorio de investigaci¨®n teatral, el Watermill Center, por el que han pasado muchas de las figuras de la vanguardia art¨ªstica, y eso se nota. Adem¨¢s el director de escena es un perfeccionista hasta el delirio y sus espect¨¢culos tienen una factura, un acabado, sin ning¨²n tipo de fisuras. Todo esto se puede dar por sentado previamente. El punto de atenci¨®n se desplaza a c¨®mo se mantienen los valores del teatro, de la ¨®pera, del teatro musical, o como ustedes quieran llamarlo. En Vida y muerte de Marina Abramovic las esencias del arte esc¨¦nico permanecen, aunque proyectadas, de una manera m¨¢s vinculada a los tiempos actuales.
THE LIFE AND DEATH OF MARINA ABRAMOVIC
Espect¨¢culo de teatro musical con Robert Wilson, Antony, Marina Abramovic, Willem Dafoe, William Basinski y Svetlana Spajic, entre otros. Coproducci¨®n con Manchester Internacional Festival, Theater y Art Basel, Holland Festival, Salford City Council y deSingel de Amberes. Teatro Real, 11 de abril
Veamos. El papel del narrador ¨C del evangelista en las Pasiones de Bach: perm¨ªtanme la comparaci¨®n- se lo echa a sus espaldas el actor Willem Dafoe con una maestr¨ªa incuestionable. Derrocha expresividad, sentimiento, transparencia en lo que dice y c¨®mo lo dice. Es dif¨ªcil imaginarse esta obra sin su presencia. La emoci¨®n viene de los cantantes. Antony da a cada una de sus melod¨ªas una carga de intensidad que roza la intimidad. Cumple el papel de los grandes divos en la ¨®pera. Con otro lenguaje, desde luego, pero no con menor profundidad y sentido dram¨¢tico y humanista. Fascina. Contrastan sus canciones con las m¨¢s tradicionales del estupendo grupo serbio de Svetlana Spajic. Los aires en cierto modo folcl¨®ricos, en contraste con las melod¨ªas m¨¢s modernas y el buen soporte de los m¨²sicos instrumentales, a?aden un enorme atractivo a la narraci¨®n teatral. Porque, en el fondo, como en el teatro de toda la vida, se trata de contar una historia. De mayor o menor inter¨¦s, pero una historia, en este caso la ciertamente original de Marina Abramovic.
La responsabilidad final del espect¨¢culo recae en Robert Wilson que hace un despliegue inaudito de recursos teatrales jugando con la poes¨ªa de las im¨¢genes en movimiento, y con los criterios pl¨¢sticos m¨¢s insospechados, salpimentando su original propuesta con las dosis convenientes de misterio, sentido del humor y perturbaciones inquietantes. Se refuerza con ello lo que el catedr¨¢tico Calvo Serraller denomina en el programa de mano ¡°obra de arte del futuro, m¨¢s all¨¢ del resabio wagneriano¡±. Y es que Wilson recoge, a su manera, el guante dejado por Wagner en su teor¨ªa de la obra de arte total. Evidentemente los tiempos son otros, lo que se manifiesta en el tipo de voces o de m¨²sicas. Los sentimientos y el concepto del teatro no son tan distintos a los de anta?o, salvo en el terreno de investigaci¨®n tecnol¨®gica y la b¨²squeda de efectos.
Un p¨²blico mucho m¨¢s amplio que el habitual de la ¨®pera ha puesto ya el cartel de ¡°no hay localidades¡± para todas las representaciones. El del estreno, este mi¨¦rcoles, aplaudi¨® con fuerza el espect¨¢culo sin apenas disidencias. Hay que agradecer a Gerard Mortier su tenacidad para abrir el abanico de la programaci¨®n a las est¨¦ticas m¨¢s diversas. El que el espect¨¢culo de Abramovic est¨¦ situado entre los de Riccardo Muti y Pl¨¢cido Domingo no hace sino reforzar este evidente enriquecimiento art¨ªstico del Teatro Real.
Babelia
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