Rihanna: la provocaci¨®n puede con todo
Salt¨® a la fama con 17 a?os Es la artista que m¨¢s canciones ¡®online¡¯ ha vendido Diversifica su m¨¢quina de hacer dinero como teniente hipervitaminada en una pel¨ªcula de acci¨®n y extraterrestres
Es complicado saber d¨®nde est¨¢ la verdadera Rihanna. En la marioneta sensual, la baladista vulnerable, la mente calculadora, la agresiva dominatriz, la gamberra impenitente. En la artista que ¡°puede convertir a las mujeres heterosexuales en lesbianas¡±, como resume Kanye West. B¨¢sicamente, la barbadense ha puesto todo su empe?o en combatir estos t¨®picos orquestando cada nueva aparici¨®n ¨Cen v¨ªdeos, galas, revistas o redes sociales¨C siempre diametralmente opuesta a la anterior. Pero parece sentirse razonablemente c¨®moda en cada registro. Como lo estaba en el papel de la adolescente caribe?a de rizos angelicales que irrumpi¨® en la industria con 17 a?os, infestada de ritmos tropicales y buen rollo, y tambi¨¦n en el de amazona de poderosa sexualidad y cortes de pelo vanguardistas que en 2011 apareci¨® en sendos videoclips disparando a sangre fr¨ªa a un violador (Man down) y consumiendo drogas sin demasiadas sutilezas (We found love).
A tenor de lo visto y publicado en estos ¨²ltimos siete a?os, para muchos Rihanna ha desempe?ado con enorme ¨¦xito el papel de marioneta al servicio de una industria musical an¨¦mica. Para otros, ha revolucionado el sector derribando fronteras, imponiendo a su antojo tendencias musicales y productores. Al mismo ritmo, puede a?adirse, con el que se ha desprendido de ellos cuando ha intuido que los hab¨ªa puesto demasiado de moda.
Tambi¨¦n ha sido una damnificada de los tabloides y, a la vez, una provocadora experta en su manejo mercadot¨¦cnico. Podr¨ªa decirse que solo se ha esforzado en rebelarse ante una idea inevitablemente asociada a ella: la de que es una v¨ªctima. De qu¨¦ otra manera interpretar si no la insistencia con la que ha perdonado p¨²blicamente a Chris Brown, tambi¨¦n estrella del pop y entonces su novio, que le propin¨® una brutal paliza en febrero de 2009. Tres a?os despu¨¦s, Rihanna ha invitado al maltratador a cantar en una de sus canciones, al mismo tiempo que ella ha hecho lo propio en una de ¨¦l, protagonizando uno de los movimientos m¨¢s confusos y moralmente inquietantes de la historia del pop reciente. La carrera de Brown ha mantenido desde la agresi¨®n un ¨¦xito considerable, por lo que no parece que este capote deba interpretarse en clave de apoyo. Es, quiz¨¢, una forma de subrayar p¨²blicamente que simplemente le acepta, y que no quiere ejercer de v¨ªctima, ni mucho menos que se la siga considerando como tal. Y mientras tantos se sumen en esta clase de conjeturas, ella no piensa dedicarle una l¨ªnea m¨¢s al asunto.
Este mi¨¦rcoles, en un hotel de Londres, la personalidad poli¨¦drica y contradictoria de la cantante se reduce a una sola cara, chispeante y cari?osa, siempre que no se cruce la l¨ªnea roja que marca su ej¨¦rcito de asistentes y publicistas: su vida privada. Brown es el principal tab¨², pero no el ¨²nico. Horas antes de la entrevista, una periodista le ha inquirido en rueda de prensa sobre los rumores que la relacionan con el actor Ashton Kutcher, y la barbadense se ha cerrado en banda, no sin antes aclarar que est¨¢ ¡°feliz y soltera¡± y dar cuenta de lo ¡°decepcionante¡± que le ha resultado la pregunta. Aviso para navegantes.
El motivo de la cita es la promoci¨®n de la ¨²ltima diversificaci¨®n de su producto: su salto al cine. Una agente sienta a este periodista a unos dos metros, y, al entrar, la artista, aparentemente extra?ada, le insta a acercarse a compartir un sof¨¢ de dos plazas. Melena rubia platino, ra¨ªces negras, imponente en sus 173 cent¨ªmetros sobre otros 10 de tac¨®n. Bromea y se toma tiempo para responder, no elude el contacto f¨ªsico, agarra el brazo m¨¢s cercano cuando se carcajea, r¨ªe con credibilidad, destila seguridad, que no farragosa profesionalidad. Se intuye cierto margen de improvisaci¨®n en sus respuestas. Hablamos de su papel secundario en Battleship, el car¨ªsimo filme dirigido por Peter Berg (Hancock, Very bad things) inspirado en el juego de mesa Hundir la flota que se ha estrenado este fin de semana en Espa?a, antes incluso que en Estados Unidos. Un fest¨ªn ¨¦pico con buena raci¨®n de b¨ªceps y muslos turgentes, explosiones, chistes de cantina y extraterrestres. Lo opuesto al cine de autor. Un potencial taquillazo, como todo en su curr¨ªculo. Interpreta a la teniente Cora Raikes, la mayor especialista en armamento de un buque de guerra que defender¨¢ la Tierra de una invasi¨®n alien¨ªgena. Un papel de chica dura, al estilo de las hero¨ªnas de las pel¨ªculas de James Cameron, sin la menor connotaci¨®n sexual. Al menos, no voluntaria. La actriz debutante celebra mi comentario como un peque?o triunfo personal.
¨C?Exacto! No quer¨ªa que se supiera si a Raikes le gustan los chicos o las chicas, solo su trabajo y las armas. Quise distanciarme del factor sexual.
¨CPero no de la habitual imagen de chica dura.
¨CSolo la mitad es verdad. Por dentro soy muchas veces vulnerable, como todo el mundo. Me defiendo con una fachada.
¨CSin embargo, da la sensaci¨®n de que le gusta defenderse contraatacando con m¨¢s provocaci¨®n. ?De d¨®nde viene esa inclinaci¨®n natural a la pol¨¦mica?
¨CSer fiel a uno mismo puede generar controversia. Especialmente, cuando no encajas en el molde que la gente ha ideado para ti. Siempre habr¨¢ quien te desapruebe, sobre todo con v¨ªdeos que, en algunos casos, efectivamente han resultado alarmantes.
¨C?Disfruta de la pol¨¦mica? ¨CA veces es divertida. Otras, descacharrante, por lo rid¨ªculo. Y despu¨¦s de un tiempo piensas que se ha ido de las manos. As¨ª me siento ahora mismo.
¨CExpl¨ªquese.
¨CSe sacan conclusiones de cada cosa que hago, cu¨¢l es el significado oculto, el origen, si he hecho tal cosa porque estaba deprimida¡ Resulta molesto, pero tienes que seguir adelante y vivir tu vida.
La de Robyn Rihanna Fenty empez¨® hace 24 a?os en Saint Michael (Barbados). Su madre, contable, y su padre, supervisor del almac¨¦n de una f¨¢brica de ropa, se divorciaron traum¨¢ticamente cuando ella era una apasionada de la m¨²sica de 14 a?os. Se dedic¨® a vender ropa en la calle en compa?¨ªa del segundo, adicto a la coca¨ªna, el alcohol y la marihuana, y que, seg¨²n ha confesado, lleg¨® a pegarles a su madre y a ella. Dos a?os despu¨¦s fue cadete en el ej¨¦rcito y pretendi¨® matricularse en la escuela secundaria, pero un encuentro con dos productores musicales que estaban de vacaciones en Barbados deriv¨® en un contrato con el m¨ªtico sello discogr¨¢fico Def Jam ¨Cpresidido desde 2004 por Jay-Z¨C que la llev¨® a vivir a Estados Unidos.
No todos en su pa¨ªs abrazaron la noticia con entusiasmo. ¡°Tras firmar, aparec¨ª como de la nada en los peri¨®dicos. Y la reacci¨®n fue: ¡®?Qui¨¦n demonios es esta chica? Nunca hemos o¨ªdo hablar de ella. Hay otros artistas en Barbados que llevan much¨ªsimos m¨¢s a?os¡¯. Yo tambi¨¦n crec¨ª admir¨¢ndolos. Pero nunca tuve la oportunidad de actuar all¨ª, de labrarme una carrera¡±, recuerda la cantante. ¡°Despu¨¦s vinieron las especulaciones sobre qu¨¦ tuve que hacer para conseguir el contrato, y eso s¨ª fue innecesario y poco elegante. Debat¨ªan en televisi¨®n sobre la ropa que vest¨ªa, los peri¨®dicos me sacaban en ba?ador, en la playa¡ Fue horrible. No sent¨ªa que ese fuera mi hogar. ¡®Somos familia¡¯, pensaba yo, ¡®se supone que ten¨¦is que estar de mi lado. Yo estoy del vuestro¡¯. Fue confuso. Pero aprend¨ª una buena lecci¨®n al instante. Las necesitas en esta industria¡±.
A?os despu¨¦s, dice ser feliz con su nombramiento como embajadora cultural de su pa¨ªs. As¨ª como no guarda rencor p¨²blico a Chris Brown, tampoco se lo guarda a su padre. Seg¨²n relat¨® a Rolling Stone, ¨¦l le manda ¨²ltimamente mensajes en los que simplemente enumera precios de cosas: muebles que quiere comprarse para su nueva casa. Algo que, asegura la cantante, no le importa: ¡°Le dar¨ªa a mi padre cualquier cosa. Ayudarle no me resulta dif¨ªcil¡±. Le pregunto si en perspectiva siente que le lleg¨® el ¨¦xito demasiado temprano. ¡°No. Mi infancia fue incre¨ªble. No puedo decir que me haya perdido nada. Desde mi posici¨®n puedo proporcionar un estilo de vida c¨®modo para mi familia. Estar¨ªa dispuesta a entregar un par de a?os m¨¢s de mi infancia por hacer que mis hermanos peque?os puedan vivir una de la cual enorgullecerse cuando se hagan mayores¡±.
En 2007, Umbrella se convert¨ªa en la bomba comercial del a?o y la int¨¦rprete entraba a competir en la liga de antiguos ¨ªdolos Disney reciclados en superventas (Britney Spears, Christina Aguilera y Justin Timberlake) con un plus de exotismo y credibilidad callejera. M¨¢s de 47 millones de singles digitales colocados despu¨¦s, es la cantante que m¨¢s ha vendido online en la historia de EE?UU. ¡°Rihanna es la artista que mejor personifica la m¨²sica y el estilo de las listas de ¨¦xitos de nuestros d¨ªas¡±, sintetiza el periodista de The New Yorker John Seabrook. Am¨¦n de los jugosos contratos publicitarios con Armani, Nike y Nivea. Una m¨¢quina de fabricar billetes a la que decenas de superestrellas se han arrimado para ver si se les pega algo. Ha colaborado, entre otros, con David Guetta (a quien define como ¡°pura diversi¨®n¡±), Britney Spears (¡°Sexy¡±), Jay-Z (¡°No dir¨¦ que es como mi padre, porque sonar¨ªa raro, pero s¨ª mi mentor¡±), Nicki Minaj (¡°Ass [culo]¡±, dice, antes de partirse de risa con esta medio alabanza, medio insulto en el argot negro estadounidense que para ella es casi su lengua materna) y Eminem (¡°Asusta. O, mejor dicho, intimida. Por lo misterioso que es. Cuando est¨¢ presente aguantas la respiraci¨®n¡±).
Su descomunal ¨¦xito ejemplifica para sus detractores lo peor de la industria. Esgrimen que la barbadense no escribe sus canciones, que encarna como nadie la industrializaci¨®n de un oficio antiguamente creativo. El paradigma ser¨ªan los llamados writing camps, talleres de trabajo que re¨²nen a los productores y compositores m¨¢s punteros con la ¨²nica premisa de fabricar ¨¦xitos en cadena, y por los que el int¨¦rprete se deja caer poco m¨¢s que para saludar. Los ¨²ltimos trabajos de Rihanna son el fruto m¨¢s conocido (y caro) de este calculad¨ªsimo proceso de manufactura pop. ¡°A la industria musical no le gusta el riesgo. Es un problema, porque no se puede predecir el ¨¦xito de una canci¨®n¡±, explica Ray Daniels, m¨¢nager de Rock City, el d¨²o de autores que escribi¨® su sencillo Man down en el camp que se celebr¨® para componer Loud, el quinto disco de Rihanna. ¡°La soluci¨®n es llamar a los compositores grandes, meterlos en los estudios m¨¢s caros de Los ?ngeles y encerrarlos hasta que les den un cat¨¢logo de singles infalibles. El mejor pop que puede salir de un bolsillo cuesta unos 200.000 d¨®lares¡±.
Tampoco Elvis Presley ni Frank Sinatra pasar¨¢n a la historia como compositores. Y el proceso aplicado a los discos de Rihanna, Katy Perry o Beyonc¨¦ no dista mucho de las reverenciad¨ªsimas producciones en los a?os sesenta de Phil Spector, creador de ¨¦xitos pop como The Ronettes. Rihanna no se siente inc¨®moda y reivindica su papel en el proceso. ¡°La m¨²sica cambia constantemente. Yo trato de alejarme de las modas, de ir por delante. Viajo constantemente por el mundo escrutando nuevos sonidos. Despu¨¦s de un hit, todo el mundo quiere al productor que lo ha creado, y as¨ª todos van a sonar igual, por lo que estoy permanentemente buscando a ese pr¨®ximo t¨ªo brillante al que pr¨¢cticamente nadie conoce y al que a nadie le importa¡±.
¨C?Qu¨¦ convierte a una int¨¦rprete en una estrella?
¨CSi la m¨²sica gusta, te puedes identificar con quien la interpreta, especialmente si no oculta sus defectos, sus fallos. Yo no temo abrazar el hecho de que soy imperfecta. Trabajas sobre tus errores, pero ?pretender que no los tienes? La gente odia eso, no se lo traga, se reconoce en cosas que son reales.
¨C?De ah¨ª la incontinencia verbal que muestra en su twitter??Vale la pena el esfuerzo de sincerarse y exponerse tanto? ¨CNunca vale la pena no ser honesta. Al fin y al cabo, tienen que saber qui¨¦n eres. Durante mucho tiempo no me conoc¨ªan realmente. Solo eran capaces de montarse una imagen a partir de rumores. Si reciben informaci¨®n de primera mano, sabr¨¢n discernir el rumor de la realidad. Sabr¨¢n, por ejemplo, que hay ciertas cosas que no me molestan.
¨C?Le molesta, por ejemplo, que le acusen de ser un mal ejemplo para los j¨®venes?
¨CEs evidente que esa responsabilidad da miedo. Porque, al mismo tiempo, quieres ser fiel a ti misma. Pero se lo explicar¨¦ de esta manera: puede que la vida de alguien de 24 a?os no sea un buen modelo para alguien de 14, pero yo no puedo vivir como si tuviera esa edad. Y ah¨ª es cuando muchos padres me malinterpretan. Solo soy fiel a m¨ª misma. No quiero decirle a ning¨²n adolescente lo que tiene que hacer.
¨C?Hay algo pol¨ªtico en su est¨¦tica, en su m¨²sica, en sus v¨ªdeos? ¨C¡
¨C?Ha pensado alguna vez en ello?
¨CNo. As¨ª que supongo que la respuesta es no. Intento mantenerme al margen. Soy de Barbados, ?por qu¨¦ implicarme en la pol¨ªtica de cualquier otro lugar?
La pel¨ªcula ¡®Battleship¡¯ se ha estrenado este viernes.
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