Richard Hawley, forjado con acero de Sheffield
El excomponente de Pulp vuelve a sus or¨ªgenes guitarreros
Le quita importancia Richard Hawley al cambio que significa Standing at the sky¡¯s edge, que se publica el 7 de mayo. ¡°Simplemente quer¨ªa grabar un disco sin orquestaci¨®n, no hay m¨¢s¡±, explica por tel¨¦fono desde Londres, con una pronunciaci¨®n neutra, sin ese acento infernal que distingue a los nativos del norte de Inglaterra.
Pero es indiscutiblemente un norte?o. Sus ra¨ªces est¨¢n indisolublemente unidas a Sheffield, la ciudad del acero. Una prueba: este es su s¨¦ptimo disco. Los t¨ªtulos de los tres anteriores ¡ªTruelove¡¯s gutter (2009), Lady¡¯s bridge (2007) y Cole¡¯s corner (2006)- se refer¨ªan a rincones de la ciudad. Fue este ¨²ltimo el que le lanz¨® a la fama. ¡°S¨ª, a Cole¡¯s le debo bastantes cosas. Lo primero haber dejado de ser ese t¨ªo que tocaba la guitarra en Pulp. Tambi¨¦n le debo el premio que no gan¨¦ y que hizo que empezara a vender discos de una pu?etera vez¡±.
Se refiere a que cuando Cole¡¯s corner fue nominado al Mercury Prize, el premio m¨¢s prestigioso de Reino Unido, fue cuando se empez¨® a o¨ªr hablar de Hawley. Le llamaron Roy Orbison de Sheffield, el nuevo Scott Walker, el crooner obrero. El premio al final se lo llevaron unos debutantes llamados Arctic Monkeys, tambi¨¦n de Sheffield. Cuando Alex Turner, el l¨ªder de ese grupo, subi¨® al escenario, lo primero que dijo fue: ¡°Llamen a la polic¨ªa, le acaban de robar el premio a Richard Hawley¡±. Aquella fue la frase de la noche. Al d¨ªa siguiente, cuenta, empezaron a acumularse pedidos en las tiendas. Era la primera vez que la demanda superaba a la oferta.
Por fin hab¨ªa llegado. Fue como plantar la bandera en la cima despu¨¦s de una ascensi¨®n interminable. Cuentan que su primera gira como profesional la hizo con 14 a?os. ¡°Es verdad, con el grupo de mi t¨ªo. Era una banda que hac¨ªa versiones de rockabilly. Ten¨ªan un tour por el continente en verano y convenci¨® a mi madre de que me dejara ir. El problema fue que le dijo que ¨ªbamos a tocar en peque?os y coquetos teatros y realmente lo hicimos casi todas las noches en clubs de striptease. Cuando, a la vuelta se enter¨® mi madre se enfad¨® bastante¡±.
Dice que en esa gira aprendi¨® que para ser m¨²sico hacen falta dos cosas: ¡°Saber utilizar tu instrumento, y no dar el co?azo¡±. A partir de ah¨ª intent¨® con todas sus fuerzas convertirse en un m¨²sico de ¨¦xito. Como guitarrista, nunca como cantante. ¡°La mayor¨ªa de los que he conocido no es que dieran el co?azo, es que eran un co?azo. Se te quitan las ganas de convertirse en uno de ellos¡±.
Tras participar en varios grupos sin ninguna fortuna, en los noventa casi consigui¨® triunfar. Fue con con la banda Longpigs, con los que hasta tuvo un ¨¦xito, She said. ¡°Fue la gente con la que aprend¨ª lo que no hay que hacer. Casi prefiero no hablar de ello, si no le importa¡±.
Metido hasta el cuello en el estilo de vida roquero. Su adicci¨®n casi le cuesta su matrimonio. Porque otra de las cosas que convierte a Hawley en un m¨²sico at¨ªpico es que lleva 23 a?os con la misma mujer. ¡°La verdad es que las drogas siempre han estado ah¨ª, en la calle desde que era ni?o. En Sheffield eran habituales: speed, alcohol¡ y coca¨ªna. Ese fue mi error, es la ¨²nica sustancia que me arrepiento de haber tomado¡±. Un ultim¨¢tum de su esposa y una invitaci¨®n de Jarvis Cocker para integrarse en Pulp fue lo que le hizo cambiar de rumbo. ¡°Las adicciones las deja uno solo. Ayuda tener a tu alrededor a gente que te apoya, pero si alguien no quiere no hay forma de hacerlo¡±.
Ahora vive su momento dulce. Tanto que se ha permitido dejar de hacer esas baladas que le han hecho popular. El nuevo disco es basicamente rock and roll muy noventero, ligeramente psicod¨¦lico, absolutamente guitarrero. ¡°Es cierto que he disfrutado mucho toc¨¢ndolo, y volviendo a ser un guitarrista¡±. ?Se siente quiz¨¢s como un superviviente?, ?est¨¢ recogiendo el fruto de d¨¦cadas de trabajo? ?l se r¨ªe: ¡°Tiendo a no darme demasiada importancia. A mi alrededor los adultos siempre trabajaron en las fundiciones. 12 horas al d¨ªa, seis d¨ªas por semana durante 40 a?os. Cada vez que tengo la tentaci¨®n de quejarme por mi dura vida me acuerdo de lo que ellos ten¨ªan que hacer para mantener a su familia¡±. Seg¨²n lo narra parece una escena sacada de Qu¨¦ verde era mi valle. Se podr¨ªa imaginar a Hawley, en una de esas casas de piedra con un jard¨ªn trasero lleno de ni?os corriendo. Pobres pero felices. ¡°Tengo 45 a?os, crec¨ª en los setenta, entre huelgas y conflictos, no en una pel¨ªcula costumbrista en blanco y negro. Para nada¡±.
Babelia
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