Nueva York se ¡®desclasifica¡¯ en la Red
870.000 fotograf¨ªas del Archivo Municipal dibujan una historia oculta de la ciudad Fueron tomadas por funcionarios entre 1850 y 1980
Ha sido musa de Weegee, Irving Penn, Robert Frank, Diane Arbus, Berenice Abbott¡ Imaginada, sugerida, evocada pero sobre todo inmortalizada en millones de fotograf¨ªas y en miles de pel¨ªculas a lo largo de los ¨²ltimos 150 a?os, Nueva York probablemente sea la top model m¨¢s codiciada de las ciudades del planeta. Su indiscutible fotogenia, unida al talento de quienes la han convertido en estrella de la imagen y en insuperable decorado cinematogr¨¢fico, han contribuido a alimentar la infinita curiosidad planetaria hacia una ciudad donde el peso de los sue?os se mastica y en la que las desilusiones pueden ser tan demoledoras como la visi¨®n de un hombre a ras de suelo desde cualquiera de sus rascacielos.
Adem¨¢s fue en Nueva York donde la fotograf¨ªa se convirti¨® en un arte, gracias a la labor, entre otros, de Alfred Stieglitz y Paul Strand. Por eso resulta imposible despegar los ojos de la ciudad, como demuestra el colapso que ayer sufri¨® la web de los Archivos Municipales de Nueva York tras anunciar la publicaci¨®n online de 870.000 im¨¢genes procedentes de sus fondos, que abarcan desde mediados del siglo XIX hasta los a?os 80 y que se componen de m¨¢s de dos millones de fotograf¨ªas que llegar¨¢n a la Red en su totalidad a medida que haya dinero para completar el proceso de digitalizaci¨®n.
No se trata de fotograf¨ªas famosas ni conocidas. Al contrario, en su mayor¨ªa se trata de im¨¢genes tomadas por funcionarios municipales an¨®nimos para dejar constancia de la existencia de cada uno de los edificios de la ciudad, del proceso de construcci¨®n de sus infraestructuras o incluso, en alg¨²n arrebato po¨¦tico, de la simple belleza del skyline a trav¨¦s de una ventana desde lo alto de un puente. Sin embargo, pese a no estar tocados por esa falsa virtud llamada fama, los autores de las im¨¢genes demuestran que el mundo estuvo y est¨¢ lleno de grandes talentos cuyos nombres nunca se conocer¨¢n. Entre ellos muchos de los detectives del Departamento de Polic¨ªa de Nueva York, que puede presumir de tener la mayor colecci¨®n de im¨¢genes de cr¨ªmenes y criminales del mundo anglosaj¨®n. Los amantes del g¨¦nero m¨¢s morboso tienen a su disposici¨®n online cientos de im¨¢genes de casos sin resolver donde la escena del crimen y sus v¨ªctimas son los protagonistas.
Pero esa es solo una peque?a parte. Entre las fotograf¨ªas accesibles a trav¨¦s de Internet el grueso lo componen 800.000 retratos tomados en los a?os 80 de cada uno de los edificios de los cinco barrios de la ciudad. Adem¨¢s hay 1.300 im¨¢genes apenas conocidas de la ¨¦poca de la depresi¨®n tomadas por fot¨®grafos locales que trabajaron para la Works Progress Administration, agencia creada para poner en pr¨¢ctica el New Deal que impuls¨® el presidente Franklin D. Roosevelt.
¡°Sab¨ªamos que ten¨ªamos colecciones fant¨¢sticas de fotograf¨ªa y que nadie se imaginaba lo buenas que eran¡±, afirmaba ayer en la agencia AP Kenneth Cobb, uno de los miembros del Departamento de Registros Municipales, a su vez subdividido en otros departamentos como el de Puentes, T¨²neles y Estructuras. Ah¨ª trabajaba, como jefe de fotograf¨ªa, una de las pocas casi-celebridades de la colecci¨®n, Eugene de Salignac, un fot¨®grafo que permaneci¨® en el anonimato hasta que el propio Archivo Municipal decidi¨® rescatarlo del ostracismo tras clasificar toda su obra, que abarca desde 1906 hasta 1934, un periodo clave en la historia de una ciudad que en aquellas d¨¦cadas dej¨® de ser ciudad para erigirse en la gran metr¨®polis del siglo XX.
Las im¨¢genes de Salignac recogen momentos ¨¦picos de su historia, como la que muestra a un grupo de pintores en equilibrio sobre los tensores del puente de Brooklyn u otra en la que se ve el arranque de la construcci¨®n del puente de Manhattan desde una calle del barrio de Dumbo, entonces obrero y hoy transformado en uno de los m¨¢s exquisitos de la ciudad. Si algo tiene esta excelente colecci¨®n, que hasta ahora solo pod¨ªa consultarse de forma f¨ªsica en la sede de los Archivos Municipales, es que da fe de la metamorfosis que ha sufrido una ciudad que en el imaginario colectivo no ser¨ªa la misma si no fuera precisamente por los millones de im¨¢genes que hay de ella.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.