En el coraz¨®n de Corea

Ya desde su t¨ªtulo, la pel¨ªcula nos remite a un mito del cine cl¨¢sico: al cowboy errante (aqu¨ª, est¨¢tico) que, llegado de ninguna parte y con intenciones de mantenerse en barbecho emocional y profesional tras un largo y proceloso periodo de acci¨®n, debe volver a la tarea para vengar o salvar a alg¨²n personaje a la intemperie de las acometidas de un grupo salvaje m¨¢s o menos mafioso. Sin embargo, m¨¢s all¨¢ del dibujo personal y del recorrido existencial del personaje protagonista, El hombre sin pasado, segundo trabajo del coreano Lee Jeong-beom, parece una pel¨ªcula nunca vista por los cines comerciales espa?oles, con una metodolog¨ªa formal tan alejada de Hollywood como del cine de autor europeo, a pesar de que busque el entretenimiento tanto como el primero e imprima de trascendencia a su historia tanto como el segundo.

Perteneciente a la ¨²ltima ola de cine coreano, de la que ya nos lleg¨® hace unos meses la implacable The yellow sea, de Na Hong-Ji, la obra de Jeong-beom comparte con aquel su gusto por el thriller social, su recorrido pol¨ªtico y el crud¨ªsimo retrato de la marginalidad. Y lo hace a trav¨¦s de una trama que abarca todos los ¨¢mbitos de la problem¨¢tica (los criminales de medio pelo, los jefazos del complot, los cargos intermedios, los polic¨ªas y las v¨ªctimas), un relato tremebundo en el que se unen el tr¨¢fico de ¨®rganos, el secuestro de ni?os y la utilizaci¨®n de estos como correos de la droga. Su violencia es descarnada, sin concesiones a la espectacularidad, seca, m¨¢s da?ina que estilosa, lo que en cierto modo lo diferencia tanto del estilo del director coreano m¨¢s celebrado de la d¨¦cada, el Park Chan-wook de Old boy y Sympathy for lady (y mr.) Vengeance, m¨¢s est¨¦tico que realista, como tambi¨¦n del autor m¨¢s preocupado por la realidad que le circunda, el Bong Joon-ho de Memories of murder, una pel¨ªcula quiz¨¢ m¨¢s exacta en su narrativa, aunque mucho menos comercial que El hombre sin pasado. Una l¨ªnea por la que tambi¨¦n circulaba la opera prima de Jeong-beom, Cruel winter blues, de 2006, in¨¦dita en nuestro pa¨ªs (se puede encontrar en DVD de importaci¨®n, o tambi¨¦n ya saben ustedes d¨®nde), copada por las mafias y el taekwondo, pero tambi¨¦n con un muy especial concepto de la familia y la amistad.

Tan salvaje como para mostrar la que algunos definen como ¡°la mejor pelea de cuchillos de la historia¡± (tambi¨¦n hay p¨²blico que demanda estas cosas), aunque de una relevancia pol¨ªtica descomunal, lo que la separa de los relatos de venganza al uso, aquellos que sin trascendencia alguna s¨®lo ponen el acento en contentar al fan¨¢tico del cine de acci¨®n, El hombre sin pasado, vista en Corea del Sur por seis millones de espectadores, es un subid¨®n de adrenalina y una bajada de defensas mentales, una gran pel¨ªcula rodada en un precioso digital (la viva demostraci¨®n de que se puede componer una buena fotograf¨ªa sin celuloide) y con algunas de las mejores soluciones el¨ªpticas y de fuera de campo del cine reciente.