Robert Lepage y el juego del teatro
El director canadiense habla de su nuevo espect¨¢culo, la tetralog¨ªa ¡®Juego de cartas¡¯, que estrena en Madrid, y del gran poder actual de las artes esc¨¦nicas
Director teatral, dramaturgo, actor, director de ¨®pera, cineasta, especialista en Shakespeare, gran arquitecto de hiperb¨®licos montajes esc¨¦nicos a la mayor gloria de las estrellas del rock, el canadiense Robert Lepage se acerca sin complejos al arquetipo del creador polim¨®rfico, polif¨®nico, polif¨¢cetico y cuasi renacentista. No por casualidad, Ex Machina, la compa?¨ªa que fund¨® en Qu¨¦bec en 1994, tiene de todo en sus filas: actores, matem¨¢ticos, acr¨®batas, artistas, cantantes, m¨²sicos, dise?adores, inform¨¢ticos... Lepage ha sabido incorporar siempre a sus espect¨¢culos la ultim¨ªsima tecnolog¨ªa punta sin perder el elemento po¨¦tico. A partir de este mi¨¦rcoles tratar¨¢ de demostrarlo de nuevo en el teatro Circo Price de Madrid, ciudad elegida por ¨¦l para llevar a escena el estreno mundial de su ¨²ltimo y esperado proyecto, Juego de cartas. O mejor dicho: el estreno de Juego de cartas: Picas, primera parte de una tetralog¨ªa de 12 horas de duraci¨®n, que Lepage estrenar¨¢ en a?os sucesivos.
Desde Qu¨¦bec, su ciudad natal y cuartel general de su personal e intransferible laboratorio de creaci¨®n art¨ªstica y esc¨¦nica, habla por tel¨¦fono de este proyecto y de algunas de sus ideas acerca del teatro actual. ¡°El Festival de Oto?o en Primavera se interes¨® por nuestro trabajo, estuvieron muy abiertos a nuestra proposici¨®n, y eso que era un espect¨¢culo complejo, un estreno mundial, y un montaje que necesitaba de un escenario circular¡±, explica. Y a?ade: ¡°El juego de cartas tambi¨¦n es circular, hay que ponerse alrededor de una mesa¡±.
El primer norteamericano que llevara un Shakespeare a la escena del Royal National Theatre mostrar¨¢ su nuevo juego dram¨¢tico, un universo por el que no oculta moverse a golpe de intuici¨®n: ¡°Los juegos de cartas constan de un conjunto de reglas, signos, estructuras matem¨¢ticas o numerol¨®gicas, mitolog¨ªas y, sobre todo, personajes con los que crear tantas historias como combinaciones posibles¡±.
Lepage hace hincapi¨¦ en el origen ¨¢rabe de los juegos de cartas y distingue entre arcanos menores (baraja com¨²n) y arcanos mayores (el tarot). Un mundo que proyecta en cuatro espect¨¢culos, con la misma estructura que proporciona el propio juego de cartas: Picas, Corazones (¡°la parte que tiene que ver con la creencia, con la religi¨®n, con el tarot¡±), Diamantes (¡°normalmente relacionados con el mundo de los negocios¡±) y Tr¨¦boles (¡°el mundo del campesinado, de los trabajadores¡±). Sostiene que las cuatro partes de la tetralog¨ªa integrar¨¢n un cosmos ¡°que tratar¨¢ de nuestras relaciones, pasadas, presentes y futuras, de nuestros intercambios y, en ocasiones tambi¨¦n, de nuestros choques con la cultura ¨¢rabe¡±.
En este montaje y como en todos los suyos, Lepage cuestiona los c¨®digos de realizaci¨®n esc¨¦nica cl¨¢sica. En Picas la acci¨®n se desarrolla simult¨¢neamente en dos ciudades, construidas en el coraz¨®n de dos desiertos, en el momento en que los Estados Unidos emprende la invasi¨®n de Irak. ¡°De un lado, Las Vegas, caricatura de valores y de los extremos del mundo occidental, y del otro, Bagdad, bombardeada por la administraci¨®n Bush en nombre de la promoci¨®n de la democracia¡±.
En esta primera parte Lepage se acerca, a trav¨¦s de la simbolog¨ªa de las espadas, al tema militar. ¡°No solo hablamos de eso, es un montaje complejo, sobre todo desde un punto de vista ideol¨®gico¡±, dice de Picas, que cuenta con actores espa?oles (Roberto Mori y Nuria Garc¨ªa), ingleses, alemanes, quebequeses¡ que representan la obra en varios idiomas (habr¨¢ sobret¨ªtulos en espa?ol).
El director canadiense elige Las Vegas porque esa ciudad es como una falsa interpretaci¨®n del mundo: ¡°Todo est¨¢ ah¨ª, todas las lenguas, todas las clases sociales, todas las cartas¡±. Para ¨¦l esa torre de Babel que es la capital del juego es un espacio donde todo est¨¢ permitido, un imperio de lo falso, del escape y del desvanecimiento. Lepage estaba en Las Vegas cuando los americanos empezaron a bombardear Bagdad: ¡°Era muy interesante ver c¨®mo la gente en Las Vegas afrontaba la idea de la guerra, una ciudad que desde su fundaci¨®n est¨¢ marcada por una est¨¦tica muy ¨¢rabe, pero donde todos los grandes s¨ªmbolos mundiales de la civilizaci¨®n se encuentran ah¨ª¡±.
El padre de Juego de cartas quiere tambi¨¦n reflexionar acerca del estado actual del teatro y de lo que las artes esc¨¦nicas suponen hoy en tanto que aglutinadoras sociales: ¡°En estos tiempos de crisis econ¨®mica e ideol¨®gica, el teatro, m¨¢s que nunca, es el gran unificador. Cuando las cosas van mal lo ¨²ltimo que hay que hacer es refugiarse en Internet, en las redes sociales, en Facebook¡ ah¨ª no encontraremos soluci¨®n; es entonces cuando el teatro se mantiene como lugar de uni¨®n, donde se produce una verdadera reflexi¨®n sobre la sociedad; no olvidemos c¨®mo despu¨¦s de las guerras, sobre todo en las dos mundiales, una de las primeras cosas que la gente reconstruy¨® en las ciudades fueron los teatros¡±.
Lepage lleva desde a?os sumido en una especie de exilio interior desde el cual ha concluido que la ¨²nica fuente inagotable que el teatro posee es la inteligencia del espectador. Y eso s¨ª, p¨²blico nunca le falta, ni con sus trabajos por los mejores teatros y templos oper¨ªsticos del mundo, ni con su compa?¨ªa Ex Machina: ¡°Trabajo muy mal sin mi compa?¨ªa, ellos son colaboradores, pero tambi¨¦n una herramienta de trabajo muy importante para m¨ª, porque mi teatro tiene el sentido de familia, otra virtud de espa?oles y quebequeses, al igual que la necesidad de unirnos en una especie de convenci¨®n religiosa, la religi¨®n del teatro, donde confiamos en los que cuentan historias y les pedimos que den luz a nuestro camino; ese poder iluminatorio atrae a los que antes iban a escuchar misa, porque el teatro es una forma de comuni¨®n¡±.
Hitos de un mito
Robert Lepage naci¨® en Quebec en 1957.
En 1985 crea La Trilogie des dragons, que le valdr¨¢ el reconocimiento internacional. Entre sus montajes teatrales m¨¢s destacados est¨¢n Le Polygraphe (que lleva al cine), Les Aiguilles et l'opium (1991), Coriolan, Macbeth, y La Temp¨ºte (1992) y A Midsummer Night's Dream (1992), que le permite ser el primer estadounidense que dirige un Shakespeare en el Royal National Theatre.
Con Ex Machina, entre otros montajes, est¨¢n Elseneur, La G¨¦om¨¦trie des miracles, The Busker's Opera, Le Projet Andersen, Lipsynch y Eonnagata.
En cine dirige Le Confessionnal, su filme m¨¢s conocido, y N?, Possible Worlds, y la adaptaci¨®n de su obra La Face cach¨¦e de la Lune.
Ha creado la m¨¢s grande proyecci¨®n arquitect¨®nica nunca antes realizada, Le Moulin ¨¤ images, y Aurora Borealis, iluminaci¨®n permanente que se inspira en los colores de las auroras boreales.
Adem¨¢s, pone en pie espect¨¢culos de rock, exposiciones, circo y proyecciones arquitect¨®nicas, como los 'shows' de Peter Gabriel, The Secret World Tour y Growing Up Tour; con el Circo del Sol, K¨¤.
Entre sus ¨®peras est¨¢n Le Ch?teau de Barbe-Bleue y Erwartung, La Damnation de Faust; 1984 basada en la novela de Orwell y con Lorin Maazel, Le Rossignol et autres fables, el ciclo completo de Der Ring des Nibelungen, de Wagner (4 op¨¦ras) y este a?o The Tempest.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.