El Real estrena ¡®Rienzi¡¯, la obra repudiada por Wagner
Era la ¨®pera favorita de Hitler, quien llev¨® el manuscrito original al b¨²nker donde muri¨®
Entre los objetos que Adolf Hitler se llev¨® al b¨²nker donde agot¨® su existencia en 1945, completamente acorralado, estaba el manuscrito de Rienzi. La obra, de Richard Wagner, era su ¨®pera favorita, seg¨²n consta en algunas biograf¨ªas. De hecho, se dice que confes¨® a la nuera de Wagner, Winifred, que su vocaci¨®n pol¨ªtica naci¨® tras verla representada por primera vez. Pero en esta pieza, que el Teatro Real estrena el 21 de mayo en versi¨®n concierto, el compositor todav¨ªa no hab¨ªa encontrado la pureza de su sonido. De hecho, muy influenciada por la grand op¨¦ra francesa, se atribuye a Has von B¨¹low la definici¨®n casi peyorativa de Rienzi como ¡°la mejor ¨®pera de Meyerbeer¡±. Con el tiempo, Wagner la repudi¨® y lleg¨® a prohibir que se representara en el festival de Bayreuth. Por es doble estigma, es esta una ¨®pera que siempre ha transitado por los m¨¢rgenes del circuito musical y que se vuelve imprescindible para acercarse a Wagner las pocas veces que se representa.
En esta ocasi¨®n, bajo la direcci¨®n musical del argentino Alejo P¨¦rez, el Real ha optado por una versi¨®n de 3 horas y 15 minutos (la partitura original dura alrededor de seis horas). Wagner la escribi¨® entre 1838 y 1840 (empez¨® a los 25 a?os) y el proceso se desarroll¨® en Riga, en Boulogne-sur-mer y termin¨® en Par¨ªs. De hecho, entre el primer acto y el segundo, el trabajo qued¨® interrumpido. Cuando finalmente se estren¨® 1842, su autor ya hab¨ªa terminado la composici¨®n de El holand¨¦s errante y comenzado la de Tannh?user. Era otro artista completamente diferente.
¡°Cuando uno se enfrenta a obras de juventud, tiene una gran oportunidad de descubrir la ebullici¨®n en la que se encontraba el mundo del compositor en ese momento¡±, ha explicado Alejo P¨¦rez durante la presentaci¨®n. Y aquella ebullici¨®n, una vida simple y humilde, desde luego, no ten¨ªa nada que ver con el mundo al que acceder¨ªa Richard Wagner tras sus siguientes estrenos.
La historia de Rienzi es la del ascenso y ca¨ªda de un l¨ªder, que quiso instaurar en mayo de 1347 en Roma una rep¨²blica basada en el paradigma de la Antig¨¹edad. Rienzi encabez¨® la revuelta convertido en h¨¦roe hacia esa suerte de utop¨ªa, pero luego tuvo que renunciar al trono y huir al exilio. Cuando al cabo del tiempo volvi¨®, fue asesinado. Quiz¨¢ por esa idea de un hombre autoerigido en h¨¦roe y villano de su pueblo que dibuja, la ¨²ltima representaci¨®n que se ha hecho en Berl¨ªn, una producci¨®n de Philipp St?lzl, est¨¢ inspirada en el tenebroso proceso hist¨®rico en el que Hitler sumi¨® a Europa. Con repetidas y evidentes alusiones al nazismo. De hecho, la obra tambi¨¦n termina con el caudillo escondido en b¨²nker esperando que llegue su hora. A todo esto, la direcci¨®n de la Deutsche Oper de Berl¨ªn tuvo la brillante idea de pretender estrenarla este a?o el d¨ªa del cumplea?os de Hitler, el 20 de abril. Obviamente, tuvo que cancelar ese estreno y posponerlo debido a la presi¨®n pol¨ªtica y medi¨¢tica.
En cualquier caso, esta obra, que el director art¨ªstico del Real, Gerard Mortier, ha calificado de ¡°fascinante¡±, es una oportunidad excelente para acercarse a los or¨ªgenes y particularidades de Wagner, que entonces era el director musical del Teatro Municipal de Riga y hasta ese momento solo hab¨ªa compuesto un par de ¨®peras menores: Las hadas, en 1833, no representada mientras vivi¨®, y La prohibici¨®n de amar, de 1836. ¡°Por ejemplo, tiene uno de los pocos casos de cadencias para solistas en este compositor¡±, ha se?alado Alejo P¨¦rez. La ¨®pera ten¨ªa un ballet que duraba la friolera de media hora y que, en esta versi¨®n en concierto que se realizar¨¢ en el Real los d¨ªas 21, 24 y 27, ha quedado descartado.
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