Manuel G¨®mez-Moreno, el gran pintor olvidado del XIX
Granada hace justicia a este artista de tema religioso e hist¨®rico, que fue eclipsado por su hijo, figura de las humanidades
Cuando dej¨® la pintura, con 73 a?os, se sinti¨® aliviado. "Los pinceles se me hac¨ªan lanzas", se lamentaba Manuel G¨®mez-Moreno Gonz¨¢lez (1834-1918), artista granadino siempre preocupado por las necesidades de su numerosa prole y desenga?ado por un ambiente que le impidi¨® desarrollar como hubiera deseado su obra, condicionada a encargos de retratos y escenas costumbristas. Ahora, su ciudad salda la deuda que tiene con ¨¦l con una exposici¨®n de 74 de sus cuadros, que pueden contemplarse en el palacio de los Condes de Gabia hasta el 16 de septiembre.
Esta retrospectiva est¨¢ organizada por la Diputaci¨®n granadina, poseedora de las tres principales obras de G¨®mez-Moreno: La lectura de la carta (1876), San Juan de Dios salvando del incendio a los enfermos del Hospital Real de Granada y Salida de la familia de Boabdil de la Alhambra, ambas de 1880. "Son tres joyas", dice Javier Moya Morales, comisario de este evento, que recuerda el largo lapso desde la ¨²ltima exposici¨®n monogr¨¢fica de G¨®mez-Moreno, en 1948. Veinte a?os antes, su hijo mayor, Manuel, c¨¦lebre arque¨®logo e historiador, hab¨ªa organizado la primera muestra del que hoy "se puede considerar el mejor artista granadino del XIX", se?ala Moya. "Sin embargo, no fue hasta los a?os ochenta del siglo XX cuando se revaloriz¨® su obra", agrega este conservador de la Fundaci¨®n Rodr¨ªguez-Acosta. El conjunto de cuadros que ahora puede contemplarse est¨¢, en su mayor¨ªa, en manos de particulares, por lo que Moya destaca que "es la primera vez que muchas de estas obras se exponen al p¨²blico".
En 1878 obtuvo una pensi¨®n de estudios para ampliar sus conocimientos t¨¦cnicos en Roma
G¨®mez-Moreno comenz¨® su carrera imbuido del romanticismo que imperaba a mediados del XIX. Sin embargo, su trayectoria se desarroll¨® en el realismo, que domin¨® la segunda mitad de esa centuria. Desde joven, el artista hab¨ªa querido viajar a Roma para ampliar su formaci¨®n pero sus circunstancias personales, "con cuatro hijos y un quinto en camino", lo hab¨ªa impedido. Por fin, en 1878 obtuvo de la Diputaci¨®n de su ciudad una pensi¨®n de estudios para conocer la capital italiana, a la que fue con su mujer e hijo mayor. Sus tres hijas menores quedaron a cargo de familiares. "Aunque fue una oportunidad tard¨ªa, con 44 a?os, supuso un punto de inflexi¨®n en su carrera. Fueron dos a?os en los que aprendi¨® avances t¨¦cnicos y estudi¨® en varias academias".
A su vuelta de Roma, la pintura espa?ola vive la efervescencia de los cuadros de tema hist¨®rico y de enormes dimensiones, como el famoso Do?a Juana la Loca, de Francisco Pradilla. Esa querencia por la historia "llevaba a exigir al pintor conocimientos arqueol¨®gicos para reconstruir los escenarios y las ropas de los personajes". Ah¨ª G¨®mez-Moreno tuvo ventaja porque tambi¨¦n era historiador del arte. De hecho, fue el autor de "la m¨¢s famosa Gu¨ªa de Granada que se ha escrito; sab¨ªa mucho de cultura nazar¨ª", a?ade Moya. Esta circunstancia le permiti¨® plasmar sin exotismos ni extravagancias el ambiente de desarraigo y drama en Salida de la familia de Boabdil de la Alhambra. "Era riguroso frente a otros artistas como Fortuny, m¨¢s proclives a la fantas¨ªa hist¨®rica".
Obra religiosa
A pesar de sus cuadros de tema hist¨®rico, G¨®mez-Moreno pint¨®, sobre todo, obras religiosas. El mejor ejemplo es San Juan de Dios salvando del incendio a los enfermos del Hospital Real de Granada, que se ha convertido en la imagen ic¨®nica de este santo, subraya Moya. Con una vida de catedr¨¢tico de dibujo en la Escuela de Artes Industriales de Granada, G¨®mez-Moreno recibe encargos de retratos, escenas costumbristas y m¨¢s cuadros de historia. Estos ¨²ltimos "porque se acercaba el cuarto centenario del descubrimiento de Am¨¦rica".
Sin embargo, este artista que tambi¨¦n fue el primer presidente del Patronato de la Alhambra, siente que su producci¨®n es de poco fuste para alguien con sus aspiraciones. "No era un hombre muy optimista, adem¨¢s sab¨ªa que no iba a poder dejar su ciudad por las obligaciones familiares". A esto se a?adieron las nuevas corrientes art¨ªsticas, que empezaron a arrumbar "la pintura anterior, a la que se ve¨ªa como algo funesto". La obra de G¨®mez-Moreno empieza a caer en el olvido. Asimismo, su figura es eclipsada por la de su hijo Manuel, que fue miembro de las academias de la Lengua, de Bellas Artes y de Historia. "Se convirti¨® en una de las grandes figuras de las humanidades en Espa?a en el siglo XX". Y s¨ª logr¨® la fama nacional que no tuvo su padre: honoris causa en Oxford, catedr¨¢tico de ¨¢rabe en la Complutense de Madrid, iniciador de la catalogaci¨®n de los monumentos en Espa?a, prol¨ªfico autor...". Ahora, con esta exposici¨®n, parece que ha llegado el momento de que por fin su padre, del que ni siquiera hay una biograf¨ªa publicada, tenga una rese?a m¨¢s amplia en la historia de la pintura espa?ola.
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