El paro de mi padre al c¨®mic
Rub¨¦n del Rinc¨®n narra la lucha por sobrevivir de los empleados de una f¨¢brica cerrada en 1982
Ninguna editorial crey¨® lo suficiente en una historieta de Rub¨¦n del Rinc¨®n (Olesa de Montserrat, 1978) en la que hab¨ªa algo m¨¢s que guion y color. No por reci¨¦n llegado. En Francia ilustra la serie de Los tres mosqueteros, en colaboraci¨®n con el guionista Jean-David Morvan, y en Espa?a cuenta con varios ¨¢lbumes publicados. Entretelas, el c¨®mic que pase¨® por varios despachos, recibi¨® negativas diversas. ¡°Unos dec¨ªan que ten¨ªan una historia igualita preparada, otros que les gustaba pero lo ve¨ªan demasiado espa?ol, otros no contestaban y algunos directamente hab¨ªan cerrado la editorial¡±, recuerda.
Sin embargo, sali¨® gracias a un golpe de fortuna que conoci¨® mientras dorm¨ªa en un aeropuerto de Australia. Con ese dinero pudo costearse el tiempo necesario para sacar adelante la primera obra en la que Del Rinc¨®n pone mucho de s¨ª mismo. El impulso final se desvela en el ep¨ªlogo de Entretelas, publicada finalmente por La C¨²pula. ¡°Lo que finalmente ocurri¨®, poni¨¦ndome un tanto m¨ªstico, forma parte de la voluntad del universo en que algo salga a la luz, porque yo el proyecto ten¨ªa que abandonarlo, puesto que necesitaba sobrevivir¡±, cuenta por correo electr¨®nico.
El c¨®mic recrea una historia real ocurrida en Catalu?a en los ochenta, en otra crisis. Los trabajadores de una f¨¢brica textil, La Fou, se quedan en la calle y sin expectativas de trabajo, con el mercado laboral casi tan cicatero como el de ahora. Entre quienes se quedan a la intemperie figura el padre de Rub¨¦n del Rinc¨®n, lo que oblig¨® al dibujante a incorporarse como personaje junto a su hermano Carlos. ¡°Si quer¨ªa contar ciertos aspectos de la vida familiar de los personajes protagonistas, no me quedaba otra que incluirme al tratarse de mis padres¡±.
Agust¨ªn del Rinc¨®n es el eje central de la historia, que arranca con la desaz¨®n inicial de la p¨¦rdida de la seguridad laboral y sigue con los palos de ciego que van dando ¨Cbuscando trabajo aqu¨ª y all¨¢ sin ¨¦xito- hasta que deciden agarrar las riendas de su vulnerabilidad y hacerse con la propiedad de la f¨¢brica cuando sale a subasta. No siempre juegan limpio, pero es inevitable pensar que menos limpio ha jugado la vida con ellos. Una historia de hace tres d¨¦cadas que se viste de actualidad con esta nueva sacudida econ¨®mica.
Solo dos personajes, Agust¨ªn y el L¨®pez, han podido ver la obra gr¨¢fica. ¡°Agust¨ªn es todos los hombres que una vez fueron charnegos y un d¨ªa descubrieron que eran charnegos. En las p¨¢ginas de este c¨®mic, dibujado magistralmente por su hijo, descubrir¨¦is qui¨¦nes somos y c¨®mo sufrimos para llegar a final de mes¡±, escribe el hijo de Jaime, uno de los cooperativistas, fallecido en los a?os noventa, en el pr¨®logo de Entretelas.
La cooperativa ya no existe, pero su historia ha fascinado en las f¨¢bricas vecinas. ¡°A los que conocen a los participantes y los reconocen a ellos y al entorno, no les cuesta maravillarse y ver ese relato como una verdad, como una certeza, mientras que a los protagonistas puede serles de alguna manera m¨¢s lejano¡±, compara el autor.
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