La princesa Segismundo
Hay papeles masculinos magistrales en la historia del teatro, vetados para las mujeres. Blanca Portillo, de la mano de la directora Helena Pimenta, rompe con esas convenciones al interpretar a Segismundo en 'La vida es sue?o', que abre el Festival de Almagro
Ay m¨ªsero de m¨ª, ay, infelice! ?Cu¨¢ntas veces ha so?ado Blanca Portillo con esas palabras! Y con estas otras que siguen: ¡°Apurar, cielos, pretendo, / ya que me trat¨¢is as¨ª / qu¨¦ delito comet¨ª /contra vosotros naciendo¡¡±. ?Cu¨¢ntas veces con poder clamar en un escenario ese grito universal de infelicidad y angustia, de dolor, que lanza el pr¨ªncipe Segismundo desde su encierro! Descalza, con argolla al cuello y una cadena atada al suelo, Blanca Portillo, ropajes claros algo andrajosos, est¨¢ como agazapada, tirada en una cueva. Se va incorporando muy lentamente, con las manos defendi¨¦ndose de esa argolla que la ahoga, y su voz inunda el escenario. ¡°?Ay m¨ªsero de m¨ª, ay, infelice!¡±. Una voz tremenda, desgarrada y desdichada.
Sue?o cumplido. Blanca Portillo ser¨¢ la princesa Segismundo en La vida es sue?o, el paradigma del teatro barroco espa?ol, ese testamento de la condici¨®n humana que escribi¨® Calder¨®n de la Barca en el siglo XVII. La vida es sue?o, primer montaje dirigido por Helena Pimenta como responsable de la Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico, inaugurar¨¢ el pr¨®ximo 6 de julio el Festival de Almagro, una de las grandes citas teatrales del verano. Junto a Blanca Portillo en el papel de Segismundo subir¨¢n al escenario, entre otros, Marta Poveda (Rosaura), David Lorente (Clar¨ªn), Fernando Sansegundo (Clotaldo) y Joaqu¨ªn Notario (el rey Basilio).
Ella es Blanca. ?l es Segismundo. As¨ª se dirige Helena Pimenta cuando habla con la actriz o cuando se refiere al m¨ªtico personaje, nacido pr¨ªncipe, encarcelado y finalmente liberado. Por primera vez una mujer interpreta el papel de Segismundo. ¡°En el teatro cl¨¢sico, los papeles masculinos tienen una mayor dimensi¨®n en abundancia y profundidad. Para m¨ª, Segismundo es un ser humano, representa el recorrido vital de un ser humano, su despertar a la conciencia y su capacidad, desde la concepci¨®n m¨¢s animal, para reconstruir la dignidad. Me parec¨ªa que el hecho de que Segismundo lo interpretara una actriz, aunque ella vaya vestida de hombre, significaba que los hombres no son los ¨²nicos que tienen derecho a tener un recorrido vital, sino tambi¨¦n las mujeres¡±, explica Helena Pimenta.
Ella sigue siendo Blanca. No hace de hombre, no cambia la voz y no le han exigido mayor brutalidad. ¡°Ella, una persona muy talentosa y una de las grandes figuras de la interpretaci¨®n en Espa?a, tiene esa capacidad de ponerse en esa neutralidad asexuada. Ella ha dejado salir la fragilidad que lleva dentro y eso ha enriquecido mucho al personaje¡±, contin¨²a la responsable del montaje. No es necesaria demasiada sutileza para descubrir el entusiasmo de esta s¨®lida mujer de la escena, fundadora del grupo Ur de Teatro y desde septiembre pasado directora de la Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico. Sab¨ªa de los riesgos de esta propuesta rompedora y m¨¢s con su primer Calder¨®n de la Barca y su primer montaje al frente del teatro p¨²blico, pero nunca anid¨® dudas y menos despu¨¦s de contar con el compromiso de ella, Blanca.
Es la primera vez que una mujer interpreta el papel del hijo del rey Basilio, en la obra de Calder¨®n de la Barca
¡°Cuando alguien quiere contar la historia de un ser humano, salt¨¢ndose el hecho de que sea hombre o mujer, y piensa en m¨ª no hay mayor privilegio. Es un honor. Cada ma?ana me levanto record¨¢ndome la suerte que tengo, la gran suerte de no haber nacido con las medidas de 90-60-90, de no tener una voz de adolescente, de tener este aspecto que me permite cosas que igual de otra manera no hubiera podido hacer¡±. Blanca Portillo habla de los roles de hombres y mujeres ¡ª¡°est¨¢n bastante deshechos aunque todav¨ªa falta mucho¡±¡ª para explicar a su Segismundo. ¡°Nosotras hemos ejercido una labor de siglos por intentar combinar nuestra fuerza y nuestra debilidad, por ser fuertes sin que eso nos impida llorar, ser generosas, amorosas, cuidadosas¡±. As¨ª ha construido su Segismundo. ¡°En ning¨²n momento Helena ha querido eliminar a la mujer que soy, pero tampoco ha prescindido de la parte masculina que yo pueda tener y del propio personaje. Es muy hermoso. En la obra, hemos sacado ese lado que a veces los hombres no se atreven a sacar, el aspecto m¨¢s sensible, la fragilidad. Segismundo, m¨¢s all¨¢ de su brutalidad, de su crueldad por momentos, tiene una percepci¨®n muy fina de las cosas. Aqu¨ª estamos equilibrando todos esos aspectos del personaje. Este gran pensador deja de ser un monstruo masculino, dictador, para convertirse en un ser humano. Hay problemas, angustias, dolores y objetivos a conseguir que nos pertenecen a todos, hombres y mujeres¡±.
Suena una tenue m¨²sica barroca en directo (flauta, viola, cuerda y percusi¨®n) en un lateral de la sala de ensayos de la CNTC, en Madrid, donde cada ma?ana desde hace meses retumban los versos de Calder¨®n de la Barca, se adivinan las rencillas y peleas de esa oscura corte polaca y se asiste a la violencia m¨¢s descarnada. ¡°?Ay m¨ªsero de m¨ª, ay, infelice!¡±. Las palabras se clavan en un escenario sobrio, construido a base de una madera clara y rugosa, con un artesonado que produce una sensaci¨®n de agobio y que, como en la obra, juega con la realidad y el sue?o, la sombra, los espejos. ¡°Segismundo no est¨¢ seguro de si est¨¢ viviendo un sue?o o una realidad, como tampoco debe de estarlo el espectador¡±. Perfeccionista ella, Helena Pimenta no ha dejado nada al azar. Especialista en Shakespeare, con La vida es sue?o acomete su primer Calder¨®n, grande entre los grandes dramaturgos, sobre el que, reconoce la directora, han reca¨ªdo muchos prejuicios, incluso ideol¨®gicos. ¡°Decido elegir Calder¨®n, y concretamente La vida es sue?o, porque a m¨ª me interesan los textos que me conmueven, que me crean problemas. En la base de nuestro trabajo est¨¢ el desconcierto, la inquietud, la sorpresa. La vida es sue?o es un texto tortuoso que provoca un gran revoltijo interior. Si t¨² te inquietas y te ves removido es que al espectador le va a interesar tambi¨¦n. No considero que el dolor sea un estado fundamental para la creaci¨®n, pero s¨ª s¨¦ que forma parte de ella¡±.
La vida es sue?o es todo un acto de rebeld¨ªa, de lucha contra el ejercicio del poder, con muchas similitudes con la ¨¦poca actual. En esto, una vez m¨¢s, coinciden directora y actriz. ¡°Cada d¨ªa descubro cosas nuevas desde un an¨¢lisis teatral, literario, filos¨®fico y esc¨¦nico, pero por encima de todo lo que m¨¢s me importa de esta obra es expresar esa rebeld¨ªa, esa denuncia, lanzada en la ¨¦poca de Calder¨®n y que hoy est¨¢ vigente, sobre el hecho de que te dise?en tu vida, que sean otros los que escriban el relato de tu vida. Es importante denunciar todo esto con respecto al ejercicio del poder, de la autoridad, pero tambi¨¦n con respecto al poder de los afectos, el del padre sobre el hijo, el de un profesor frente a su alumno, el de un novio sobre su pareja. Es decir, los sentimientos entendidos como manipulaci¨®n¡±, dice Pimenta, mientras Portillo se concentra m¨¢s en el destino individual de Segismundo para explicar la lucha de los hombres por buscar su lugar en el mundo, de escucharnos a nosotros mismos, de pelear por ser algo. ¡°?Qu¨¦ soy yo m¨¢s all¨¢ de lo que me dicen que soy? A Segismundo le dicen primero que es un monstruo, luego que un pr¨ªncipe. Solo cuando ¨¦l se da cuenta de lo que realmente es empieza a funcionar. Cada uno tiene que luchar por su propio destino y su propio ser. Segismundo somos todos¡±.
Helena Pimenta: ¡°Los hombres no son los ¨²nicos que tienen derecho a tener un recorrido vital como el de Segismundo¡±
Largas melenas para ellos, pelos cortos o recogidos para ellas. Todo muy oscuro, los trajes negros, excepto los ropajes rojos y verdes que visten Rosaura y Clar¨ªn, los reci¨¦n llegados del extranjero a esa t¨¦trica corte de Polonia en el siglo XVII, todo un nido de intereses y enfrentamientos voraces. Momentos muy violentos junto a otros de enorme ternura se han vivido en los ensayos de La vida es sue?o, uno de los mejores testamentos de la condici¨®n humana, seg¨²n Blanca Portillo, que con esta obra acomete su tercer Calder¨®n de la Barca, tras No hay burlas con el amor y La hija del aire. ¡°Despu¨¦s de haber hecho Hamlet¡±, dice la actriz, ¡°uno se da cuenta de que Calder¨®n no solo est¨¢ a la altura de Shakespeare, sino que por momentos lo supera. Hoy por hoy, el recorrido vital de los personajes de La vida es sue?o supera con creces el recorrido vital de los personajes de Hamlet. En La vida es sue?o, el viaje que hacen todos es tan real, tan bestia, tan hermoso, tan profundo que hay que quitarse de encima eso de que Shakespeare es superior. ?Cuidado! que ah¨ª est¨¢ La vida es sue?o¡±.
Con respeto pero sin miedo. As¨ª han acometido el texto de Calder¨®n los integrantes de este montaje de la Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico. La primera, su directora, convencida de que el teatro, y m¨¢s el cl¨¢sico, esconde una lucha obligatoria contra el conservadurismo, donde hay que garantizar comunicaci¨®n y, por tanto, conflicto, un espacio para generar preguntas y contradicciones. ¡°Con los cl¨¢sicos hay que ser respetuoso y para serlo hay que estudiarlos en profundidad, conocer bien la ¨¦poca que retratan, saber bien de d¨®nde nace ese texto. Un texto que est¨¢ ah¨ª pero que nosotros debemos amasar para que sirva a la capacidad de hoy de crear esa po¨¦tica. El texto de La vida es sue?o apenas se ha tocado, pero la clave est¨¢ en c¨®mo lo abordas desde dentro, en saber reconocer c¨®mo habla de los seres humanos, c¨®mo podemos escucharlo hoy¡±.
Cl¨¢sico o no cl¨¢sico, nunca hay que subestimar ninguna buena obra, pero tampoco tenerle un miedo innecesario. ¡°Cada vez que te enfrentas a un buen texto, sea cl¨¢sico o no, es una responsabilidad grande. Para m¨ª el cl¨¢sico es un teatro maravilloso, aunque hay gente que opina lo contrario. No me gusta cargarme con m¨¢s miedos. Calder¨®n era un teatrero, un amante de la escena, que cont¨® su vida a trav¨¦s de su obra con una maestr¨ªa indudable. Lo considero un compa?ero de viaje, no quiero mirarlo con majestuosidad porque me paralizar¨ªa. Hay que acercarse a todos ellos con el mismo respeto con el que me acerco a cualquier persona que es grande y hace bien su trabajo. Quiero quererle, quiero que me quiera, que me guste, que disfrute haci¨¦ndolo. Si uno dice ?cuidado, viene Calder¨®n!, la cagamos. Hay que perder ese falso respeto¡±.
Portillo: ¡°Calder¨®n no solo est¨¢ a la altura de Shakespeare, sino que por momentos lo supera¡±
Este Segismundo le llega a Blanca Portillo en un momento de su vida profesional muy hermoso. Con 49 a?os reci¨¦n cumplidos, dice que le est¨¢n ofreciendo los personajes m¨¢s bonitos de su vida. ¡°Tambi¨¦n contribuye, creo, mi grado de madurez personal. He acumulado mucho dolor, mucha alegr¨ªa, experiencia, tambi¨¦n mucha paz y mucha m¨¢s energ¨ªa. Esto no me hubiera podido pasar hace veinte a?os. Todo tiene una cierta l¨®gica porque llevo tiempo indagando dentro de m¨ª misma para saber si puedo ser ¨²til o no a un personaje¡±.
Una temporada la que ha vivido Portillo en la que ha habido claros y oscuros. La luz le ha venido con La aver¨ªa ¡ª¡°una de mis grandes alegr¨ªas¡±¡ª, el cuento negro de Friedrich D¨¹rrenmatt con el que consigui¨® su primer premio Max como directora de escena en la ¨²ltima ceremonia, adem¨¢s de otros cuatro m¨¢s (actor protagonista, escenograf¨ªa, figurinista y dise?o de iluminaci¨®n). ¡°La aver¨ªa me marcar¨¢ un antes y un despu¨¦s. Mont¨¦ esta obra juntando todo mi aprendizaje de 30 a?os de carrera, saqu¨¦ todo lo que ten¨ªa en los bolsillos. He tenido la sensaci¨®n de que La aver¨ªa se ha convertido para m¨ª en una especie de pasaporte, de alguna manera me ha dado el derecho a poder trabajar en otro aspecto del teatro que no es el de la interpretaci¨®n y eso es como si hubiera empezado una nueva carrera. Estoy loca de contenta, como una cr¨ªa¡±. Los nubarrones los puso el Festival de Teatro de M¨¦rida, certamen que codirigi¨® a lo largo de una sola edici¨®n junto a la productora Chusa Mart¨ªn y del que salieron tras percatarse de las ¡°irregularidades y mentiras¡±. A pesar de todos los disgustos, Portillo califica de ¡°aventura maravillosa¡± su paso por M¨¦rida, del que no se arrepiente en absoluto. ¡°Es m¨¢s, no creo que no valga para dirigir un festival. Igual suena soberbio o vanidoso, pero esta mala experiencia no me ha quitado confianza sobre mi capacidad para dirigir un festival. Eso s¨ª que no lo han conseguido. Lo que s¨ª s¨¦ que no puedo, despu¨¦s de M¨¦rida, es moverme en la mentira. No sab¨ªa que hab¨ªa tanta mentira. Hay un mundo que tiene que ver con la pol¨ªtica que me produce una profunda repugnancia. Est¨¢ claro que mi reino no es de ese mundo. Vivo en la verdad, que para eso saco mi alma desnuda cuando me subo a un escenario. He aprendido que en la mentira me asfixio¡±.
La cuarta de ocho hermanos, en una familia en la que el padre falleci¨® prematuramente, la actriz tiene una buena toma de tierra desde chica. No se cree casi nada. El ¨¦xito y los elogios que recibe de su trabajo en el teatro, pero tambi¨¦n en el cine y, antes, en la televisi¨®n, los ve pasar con satisfacci¨®n pero con cautela, recogi¨¦ndose en su casa cada vez que algo de esto pasa. Tambi¨¦n en Segismundo ha encontrado un gran maestro. ?Preso desterrado y solitario, y luego pr¨ªncipe elogiado? ?D¨®nde acaba el sue?o y empieza la realidad? Portillo sabe que la vida tiene mucho de sue?o y m¨¢s en su profesi¨®n ¡ª¡°hoy est¨¢s aqu¨ª y ma?ana, no¡±¡ª. Por eso solo cree en lo que toca. ¡°Nunca voy a decir que soy una mala actriz, nunca. S¨¦ que valgo para esto, trabajo mucho y s¨¦ que lo hago bien, intentando siempre perfeccionarme m¨¢s y m¨¢s, que no me he equivocado de profesi¨®n, pero Segismundo te ayuda a bajar de nuevo a la tierra¡±. Y aparece de nuevo en la voz de Blanca Portillo otro mon¨®logo del pr¨ªncipe de La vida es sue?o. ¡°Sue?a el rey que es rey, y vive / con este enga?o mandando¡ Sue?a el rico en su riqueza¡ Sue?a el pobre que padece¡ ?Qu¨¦ es la vida? Un frenes¨ª / ?Qu¨¦ es la vida? Una ilusi¨®n, / una sombra, una ficci¨®n, / y el mayor bien es peque?o: / que toda la vida es sue?o, / y los sue?os, sue?os son.
La vida es sue?o. Calder¨®n de la Barca. Direcci¨®n: Helena Pimenta. Int¨¦rpretes: Blanca Portillo, Marta Poveda, David Lorente, Fernando Sansegundo, Joaqu¨ªn Notario. Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico. Festival de Almagro (Hospital de San Juan). Del 6 al 15 de julio. Teatro Pav¨®n de Madrid. Del 18 de septiembre al 16 de diciembre.
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