Literatura en medio de la revoluci¨®n
El sirio Jaled Jalifa, autor de ¡®Elogio del odio¡¯, describe la vida bajo el r¨¦gimen de Damasco ¡°Vivir es m¨¢s importante que escribir¡±, admite
![Silvia Blanco](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F14492539-930e-4047-bb69-ff2d412d7c5a.jpg?auth=90144b8c8493f10b21099708e05fb31b5c9455ee725c7d27ae499df2e120ccd1&width=100&height=100&smart=true)
![Jaled Jalifa exhibe el brazo que le rompió la policía en una manifestación en Damasco. La foto fue tomada esta semana en Madrid.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/YPWFDCZQAKLOOIZLS5VOODSYYU.jpg?auth=bf71e46b1829eb27faebda3580ba1264f5bfc0cccefbe8aec27327443f46c665&width=414)
Jaled Jalifa fuma Gitanes con la mano derecha. Parte de la izquierda la tiene escayolada hasta el codo porque un agente de los servicios secretos sirios le dio una paliza y le parti¨® el brazo. Fue en Damasco, en el transcurso de un funeral que se convirti¨® en una manifestaci¨®n espont¨¢nea contra el r¨¦gimen de Bachar el Asad. ¡°Me golpearon con palos, pens¨¦ que todo hab¨ªa acabado, nunca hab¨ªa sentido esa brutalidad tan cerca¡±, explica a rega?adientes. Insiste en que ese incidente es muy peque?o ¡°en comparaci¨®n con los sacrificios de otras personas en Siria¡± y en que no ha venido a Madrid a hablar de su brazo. Pero el caso es que el brazo de este escritor nacido en la ciudad de Alepo hace 48 a?os habla m¨ªnima aunque elocuentemente de la brutalidad con la que El Asad machaca desde hace m¨¢s de un a?o a los sirios. Una violencia que ha causado al menos 10.000 muertos.
Jalifa es el autor de Elogio del odio, una novela que ahora publica en castellano Lumen y que est¨¢ censurada en Siria desde que sali¨® por primera vez, en 2006. Prohibida porque la narraci¨®n transcurre durante uno de los episodios m¨¢s sucios de la historia reciente del pa¨ªs, el aplastamiento de la insurrecci¨®n del ala armada de los Hermanos Musulmanes sirios y la aniquilaci¨®n de la ciudad de Hama en febrero de 1982 perpetrada por el padre de Bachar el Asad, Hafez. All¨ª murieron al menos 20.000 personas. Despu¨¦s, el r¨¦gimen sirio ech¨® toneladas de silencio sobre lo ocurrido.
Vestido con bermudas, camiseta y chanclas, Jalifa habla con entusiasmo de la revoluci¨®n, que ha inundado su vida de escritor y guionista de series y telenovelas. ¡°No soy un activista en sentido literal. Pero yo quer¨ªa participar en estas manifestaciones, expuesto a los disparos, rozando la muerte. Uno se siente ah¨ª como en los inicios de su primer amor. Salir a la calle con la multitud es una sensaci¨®n rara y maravillosa a la vez¡±, cuenta. Cree que ahora se puede hacer periodismo, pero no novelas. ¡°La revoluci¨®n no es un buen momento para escribir. Tienes que hablar del amor una vez acabado el amor y no durante el amor, porque mientras est¨¢s viviendo una experiencia profunda no necesitas escribirla. Ahora pasa lo mismo, yo vivo profundamente la revoluci¨®n. Creo que el hecho de vivir es m¨¢s importante que el hecho de escribir¡±.
La narradora de la novela, de la que no se sabe el nombre, describe el ambiente opresivo de la casa en la que vive con sus t¨ªas y un sirviente ciego, de la que apenas salen, siempre bajo un velo negro. Los olores, las comidas, las texturas y las im¨¢genes de los sue?os impregnan el libro igual que el odio crece dentro de la adolescente no solo hacia el r¨¦gimen, sino tambi¨¦n hacia las mujeres que no se cubren lo suficiente y hacia todo lo que no sea puro fanatismo religioso. Eso le lleva a entrar en una c¨¦lula radical y sue?a con el martirio hasta que es encarcelada durante siete a?os y torturada. Cuando sale, empieza a ensayar otra vida. ¡°En los ochenta, en Siria, hab¨ªa una lucha armada entre dos fundamentalismos¡±, explica Jalifa, ¡°el del r¨¦gimen y el de los islamistas radicales. Ahora hay una revoluci¨®n de un pueblo entero que quiere vivir dignamente, formar parte del futuro y recuperar su pa¨ªs, que ha sido secuestrado por un r¨¦gimen estancado del todo en el pasado¡±.
La novela, reci¨¦n traducida al espa?ol, est¨¢ prohibida en su pa¨ªs desde 2006
Jalifa cuenta que ahora en Damasco hay dos escenarios: ¡°el de los suburbios, castigados y bombardeados¡±, y el del centro, donde ¨¦l vive, ¡°que tampoco es ya totalmente seguro desde hace tres meses. Hay controles, explosiones, enfrentamientos...¡±. Sin embargo, dice haber observado que la vida ¡°produce formas para convivir con ese peligro. Ahora contactamos unos con otros cuando ha habido un bombardeo en alguna ciudad. Tienes que tranquilizarte, hablar con los amigos, la familia... pero exactamente igual que hablamos de la muerte, tambi¨¦n lo hacemos de la vida, de cu¨¢ndo quedamos a cenar o de qui¨¦n est¨¢ enamorado de qui¨¦n... llevamos una vida normal pero conviviendo con el peligro. En eso consiste la fuerza del ser humano¡±.
Jaled Jalifa cree que el movimiento social acabar¨¢ triunfando en su pa¨ªs. Pero tampoco oculta su preocupaci¨®n: ¡°Esta puede convertirse en la historia m¨¢s triste de las revoluciones ¨¢rabes, pero tambi¨¦n en la m¨¢s valiente. Lo que temo es que se convierta en la verg¨¹enza del mundo, que ha dejado solos a los sirios ante la barbarie¡±.
¡°La de Siria puede ser la historia m¨¢s triste de las revueltas ¨¢rabes¡±
La tradici¨®n siria de perseguir escritores
La prohibici¨®n de la novela Elogio del odio es una muestra de las censuras, persecuciones e intentos de amordazar a los escritores en todo el mundo. Una pr¨¢ctica que teje buena parte del mosaico de la creaci¨®n universal en las diferentes manifestaciones art¨ªsticas.
"Crea en su sue?o / un modelo de revoluci¨®n rebelde / que abraza el creciente futuro. / Despierta de su sue?o / y sus d¨ªas se convierten / en anhelos / que lloran la noche pasada / y su quimera perdida". Son los versos de Adonis que resuenan a trav¨¦s del tiempo y los lugares sin perder vigencia y que titul¨® El sue?o y el despertar. Sabe ¨¦l de la rebeld¨ªa y del silencio y la soledad impuestas porque forma parte de una n¨®mina de escritores sirios que han sido perseguidos en su pa¨ªs en los ¨²ltimos sesenta a?os. Como Osman Sabri, Cankurd y Nizar Qabbani.
Es conocido un episodio de Adonis. Por pertenecer al Partido Social Nacionalista Sirio fue encarcelado cuando ten¨ªa 25 a?os (1955). Fueron seis meses que le sirvieron de inspiraci¨®n y para abrirse a nuevos derroteros. El periodismo fue uno de ellos. Emigr¨® a Beirut donde fund¨® la revista Shi'r (Poes¨ªa), junto al poeta y cr¨ªtico Yasuf al-Khal. Con el tiempo, viviendo entre L¨ªbano y Francia, Adonis se convertir¨ªa en uno de los grandes poetas y eterno candidato al Nobel.
Experiencias parecidas vivieron Osman Sabri (1905-1993) y Cankurd (1948). El primero fue por la revuelta de Shaikh Said Piran, mientras que a?os despu¨¦s el Imperio Brit¨¢nico lo encarcel¨® en Mosul y Bagdad por intervenir en las revueltas de proclamaci¨®n de la Rep¨²blica de Ararat. El activismo pol¨ªtico de Cankurd lo llev¨® a la c¨¢rcel varias veces, hasta el punto de que debi¨® emigrar a Alemania en 1979.
Los tres vivieron escenas como las descritas por Khaled Khalifa: "Los soldados de las Brigadas de la Muerte paseaban sus siluetas atl¨¦ticas por toda la ciudad y sembraban de terror con sus metralletas y su temeridad ante la muerte. Nos llegaban ¨®rdenes a diario; recorr¨ªamos las callejuelas como el aire, como si vol¨¢ramos, entr¨¢bamos en las casas, donde las mujeres rezaban por nuestros hombres y lloraban al pensar en los peligros a que nos expon¨ªamos¡".
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