Los peligros de la certeza
?xito de 'Dubte', de John Patrick Shanley, que en cine protagonizaron Meryl Streep y Philip Seymour Hoffman, y en el Poliorama de Barcelona interpretan, espl¨¦ndidamente, Rosa Maria Sard¨¤ y Ramon Madaula
1 Dubte (Doubt), de John Patrick Shanley, estrenada en el Poliorama barcelon¨¦s, en impecable versi¨®n catalana de Joan Sallent y con ¨®ptima direcci¨®n de Silvia Munt, transcurre en el Bronx (Nueva York), a comienzos de los a?os sesenta. La hermana Aloysius (Rosa Maria Sard¨¤), madre superiora del colegio St. Nicholas, es la bestia negra de la funci¨®n, una monja cat¨®lica que parece calvinista: cree que todo el mundo es culpable, y si no lo es acabar¨¢ si¨¦ndolo. Y que el bien solo existe para batir al mal con sus propias armas. ¡°En la lucha contra el mal¡±, afirma, ¡°a menudo nos alejamos de Dios¡±. La hermana Aloysius, pues, podr¨ªa ser una perfecta directora de la CIA, o del KGB, o de cualquier m¨¢quina totalitaria sustentada en la sospecha. Al colegio St. Nicholas llega un joven sacerdote, el padre Flynn (Ramon Madaula), la versi¨®n aggiornata de Bing Crosby en Siguiendo mi camino, que pronto se gana las simpat¨ªas de los chavales, especialmente de Donald Muller, el ¨²nico ni?o negro de la escuela, y de la hermana James (Mar Ulldemolins), una joven monja c¨¢lida, optimista, que adora la ense?anza y adora a los ni?os.
A simple vista, el enfrentamiento entre la hermana Aloysius y el padre Flynn parece claro: trentismo contra Vaticano II. Para la temible madre superiora (Mother Superior Jumps the Gun!, como dir¨ªa Lennon), el padre Flynn es el conflicto, aunque ve conflictos en todas partes: es tan vieja guardia que casi se le antoja her¨¦tico que los ni?os canten Frosty, the Snowman en la fiesta de Navidad. Podr¨ªa haber otros motivos m¨¢s o menos claros. Celos de la popularidad de Flynn, por ejemplo. Y ansia de someterle, porque todo se ha de hacer a su antojo: ya la hemos visto socavando la buena fe y el entusiasmo de la hermana James porque ¡°no inspira bastante respeto¡± al alumnado. Una tarde, la monjita cree advertir en Donald una conducta inusual al volver de un encuentro con Flynn en la sacrist¨ªa. Ingenuamente, comunica su extra?eza a la superiora, que va a instilar en ella el virus de la sospecha con la habilidad de un maestro de marionetas: de ah¨ª a la acusaci¨®n de pederastia mediar¨¢ un paso.
John Patrick Shanley sabe que no puede convertir a la hermana Aloysius en la bruja de Blancanieves porque Flynn ganar¨ªa el partido por goleada, as¨ª que le reparte unas cuantas virtudes: es una mujer fuerte, harta de la supremac¨ªa masculina en la Iglesia; tiene mundo y olfato, porque tard¨® en tomar los h¨¢bitos, y un sentido del humor, glacial y sard¨®nico, nada desde?able. Rosa Maria Sard¨¤ no desaprovecha ni uno solo de esos anzuelos temperamentales y logra que nos hagamos la pregunta fundamental: ¡°S¨ª, desde luego la superiora es un bicho, pero ?y si tuviera raz¨®n?¡±. Lo que no tiene son pruebas. Ni testigos. Pero tiene, dice ella, la certeza de que Flynn ha cometido un acto de pederastia. Certeza que es prima hermana de la fe: creer en lo que no vemos. ?Cree realmente que Flynn es culpable o necesita que lo sea, como el tr¨ªo de las Azores necesit¨® que hubiera armas de destrucci¨®n masiva en Irak? Da igual: en nombre de esa certeza se manchar¨¢ las manos y cometer¨¢ un pecado de consideraci¨®n.
Ramon Madaula consigue que nos preguntemos: ¡°S¨ª, parece un buen tipo, pero ?y si tiene doble fondo?¡±. O sea, que nos dedicamos a escrutarle, v¨ªctimas del virus: cualquier detalle, cualquier frase con doble lectura puede inclinar un poco, basta con un poco, la balanza. Yo cre¨ª advertir una zona de sombra en su dibujo del personaje, un toque sibilino en sus sermones y una peligrosidad latente que pod¨ªa ser santa ira a punto de estallar o algo m¨¢s indefinible pero igualmente inquietante (los p¨¢rpados a media asta, el repentino fruncimiento de los labios) que me hizo pensar en el joven Mitchum.
Mar Ulldemolins tiene la luz que requiere la hermana James, y Nora Navas es una se?ora Muller doliente y l¨²cida
Dubte es una funci¨®n formidablemente repartida, porque tambi¨¦n Mar Ulldemolins tiene la luz y la combinaci¨®n de fragilidad y fortaleza que requiere la hermana James, y Nora Navas es una se?ora Muller humillada y digna, doliente y l¨²cida, dispuesta a todo por su hijo, en la l¨ªnea de la madre que interpret¨® en Pa negre. Prefiere el silencio al castigo, y comprendemos muy bien sus motivos: el l¨®gico miedo a la exclusi¨®n racista, la violenta respuesta de un marido brutal. Excelente mano a mano con la Sard¨¤: de lo mejor de la funci¨®n. No me convence demasiado, en cambio, la severa escenograf¨ªa de Carlos Alfaro, a lo Di¨¢logos de carmelitas, con esa gran cruz casi fosf¨®rica que palidece a medida que avanza la historia, y la iluminaci¨®n excesivamente tenebrista de Kiko Planas: salvo en Sola en la oscuridad, la falta de luz en el teatro tiende a propiciar alguna que otra cabezada, por muy buena que sea la funci¨®n.
2 He visto, tambi¨¦n bajo el marchamo del Grec, La se?orita Julia (Romea), dirigida por Josep Maria Mestres, y ? la ville de Barcelona (Grec/Anfiteatro) bajo la batuta de Joan Oll¨¦. La primera es una excelente puesta del cl¨¢sico de Strindberg, muy bien interpretada por Julio Manrique, Cristina Genebat y Mireia Aixal¨¤, y una muestra de morro superlativo por parte de Patrick Marber, que redujo la pieza y la ambient¨® en la Inglaterra del 45, despu¨¦s de la victoria laborista, la retitul¨® After miss Julie y la firm¨® como si fuera suya. La segunda, ? la ville de Barcelona, es una revista sat¨ªrico-elegiaca, interpretada por un elenco tan amplio como entusiasta (Joan Anguera, Ivan Benet, Paula Blanco, Oriol Gen¨ªs, Laura Guiteras, Enric Maj¨®, Vict¨®ria Pag¨¦s y Jordi Vidal), con m¨²sica en directo de Lisboa Zentral Caf¨¦ y un torrente de textos propios y ajenos. Es un espect¨¢culo desordenado, que requiere tijera, que alterna chistes f¨¢ciles y brillantes, perfiles sobados y certer¨ªsimos, estupendas constelaciones po¨¦ticas (el mon¨®logo de Copito de Nieve, la letan¨ªa de los cines desaparecidos) y dos sketches cr¨ªticos que hubiera podido firmar el mejor Boadella: la relaci¨®n de costes abusivos (desde el precio de una sangr¨ªa en las Ramblas hasta el refer¨¦ndum de Hereu) ¡°cantada¡± a la manera de los ni?os de San Ildefonso y, broche de oro, el ¡°?ngelus de Millet¡±, en el que se mima el famoso cuadro y se enumera, con fulminante eficacia, la lista de notables invitados a la boda, en el Palau, de la hija del prohombre catal¨¢n. Ambas funciones, como Dubte, se merecen volver en temporada. Hasta septiembre.
Dubte, de John Patrick Shanley. Traducci¨®n de Joan Sallent. Direcci¨®n de S¨ªlvia Munt. Teatro Poliorama. Barcelona. Hasta el 29 de julio. www.teatrepoliorama.com.
Senyoreta J¨²lia, de Patrick Marber, a partir de la obra de August Strindberg. Traducci¨®n de Cristina Genebat. Direcci¨®n de Josep Maria Mestres. Teatro Romea. Barcelona. Hasta el 29 de julio. www.teatreromea.com.
El pr¨®ximo art¨ªculo de la secci¨®n Puro teatro, de Marcos Ord¨®?ez, se publicar¨¢ en Babelia en septiembre.
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