Tigres de papel
En el boom del arte chino hay mucho dinero, pero poco arte serio. Tambi¨¦n revientan fuegos artificiales en el sureste asi¨¢tico, aunque algo va cuajando en una regi¨®n con mucho empuje
En la Nationalgalerie Hamburger Bahnhof de Berl¨ªn cuelgan unos grandes lienzos blancos con un trasfondo indiferenciado de todo lo que es extra?o, misterioso, incontrolado o est¨¢ m¨¢s all¨¢ de la comprensi¨®n humana. Forman un recorrido circular, como el borde de un camino hacia la peque?a casa de los dioses, un shint? que suscita temor y reverencia y que el visitante tiene prohibido por ley mirar excepto mediante un permiso especial: una entrada de museo. En las salas de esta antigua estaci¨®n de tren, el sublime blanco oculta un pedazo de naturaleza: una monta?a, una arboleda, una fuente de ba?os termales. Durante varias semanas, White Field, del artista chino Qiu Shihua (Sichuan, 1940), ha congregado ceremonialmente a miles de visitantes en estado de trance, como el santuario de un or¨¢culo que revelara la voluntad escondida de las divinidades, un ba?o de purificaci¨®n, el rito de una ofrenda de sal desparramada que consigue aligerar al arte chino de su peso realista y de una moralidad pol¨ªtica que promueve el culto al trabajo y la inculcaci¨®n de la obediencia por parte de los gobernantes.
Al contrario que las pinturas de los prol¨ªficos y repetitivos Zhang Xiaogang, Wang Guangyi, Zeng Fanzhi, Liu Ye o Cai Guo-Qiang, la obra de Qiu Shihua no supera r¨¦cords en subastas, pero la admiraci¨®n hacia la excelencia de sus telas permite adivinar que en Occidente empieza a haber un cierto hartazgo de ese tipo de pintura bautizado por algunos como ¡°realismo c¨ªnico¡± o ¡°pop pol¨ªtico¡±, que transcurri¨® durante los ¨²ltimos a?os en relaci¨®n directa a los cambios pol¨ªticos y econ¨®micos del pa¨ªs y que tuvo su Big Bang en las bienales de Venecia de 1999 y 2001, dirigidas por el comisario suizo Harald Szeemann. Por esas mismas fechas, otro suizo, Uli Sigg, propietario de la mayor colecci¨®n de arte contempor¨¢neo chino del mundo, puso en marcha el primer certamen para los artistas nacidos y residentes en el pa¨ªs, el Chinese Contemporary Art Awards, y otro m¨¢s ins¨®lito, el Premio a la Cr¨ªtica de Arte, con el que pretend¨ªa ¡°estimular la cr¨ªtica independiente¡± porque ¡ªseg¨²n afirmaba¡ª all¨ª no existe. ¡°Hay algo que no funciona si yo, un suizo, tengo que decidir con un jurado internacional lo que tiene o no calidad¡±. Una d¨¦cada despu¨¦s sigue sin haber los Freud o Richter del arte chino, pero abundan los Hirst. Tampoco existe la cr¨ªtica de arte; sin embargo, las salas de subastas consiguieron elevar a un 900% las cotizaciones de sus artistas.
Por si fuera poco, durante los ¨²ltimos a?os el explosivo impulso del arte chino ha tenido un efecto de arrastre que ha provocado una reacci¨®n en cadena en otras ¨¢reas del sureste asi¨¢tico, en especial en las principales metr¨®polis de Indonesia, donde la econom¨ªa crece a ritmo febril. Singapur, Taiw¨¢n, Filipinas, Camboya, Vietnam, Tailandia, y en menor medida India, Pakist¨¢n y Bangladesh, siguen el modelo conocido para descubrir la base de su orgullo como naciones modernas independientes en una continuidad que liga la tradici¨®n con el presente hacia un destino ben¨¦fico que solo el mercado podr¨¢ garantizar. Aunque con menos vehemencia que China, las nuevas econom¨ªas emergentes aplican la censura en la actividad de exposiciones y en la publicaci¨®n de cat¨¢logos, pero la producci¨®n art¨ªstica es totalmente libre. Las instituciones p¨²blicas no se ocupan del arte contempor¨¢neo y la autoridad se relaciona con lo que se decide en las pujas de la nueva clase adinerada: los inversores. Los museos nacen de la iniciativa privada, pero carecen de un proyecto museol¨®gico y de programas educativos. Cada semana abren nuevas galer¨ªas y las casas de subastas se cuentan por docenas, pero los artistas prefieren exponer en galer¨ªas extranjeras, que son las que tienen las mejores firmas y largas listas de espera.
¡°El mercado es tan potente que vende cualquier obra de manera indiscriminada. Muchos de estos artistas que hoy consiguen cotizaciones tan altas caer¨¢n. Espero que el boom del arte asi¨¢tico acabe pronto. Pero mientras su econom¨ªa est¨¦ fuerte, no creo que la burbuja reviente. El mercado asi¨¢tico puede vivir independientemente del mercado del arte internacional y absorber toda la producci¨®n art¨ªstica¡±. Este era el pron¨®stico de Uli Sigg durante la presentaci¨®n de su colecci¨®n en la Fundaci¨®n Mir¨® de Barcelona en 2008, a?o que marc¨® el inicio de la recesi¨®n global. El suizo amas¨® su colecci¨®n salt¨¢ndose el trato con el galerista y negociando directamente con el artista. Junto al multimillonario indonesio Budi Tek, Sigg es el mayor coleccionista del pintor Zhang Xiaogang, considerado el n¨²mero uno. Sus c¨¦lebres retratos de familias y ni?os enfundados en chaquetas Mao comenzaron valiendo 8.000 d¨®lares. Hoy superan los once millones.
Quiso Confucio que las estaciones del a?o y el ser humano fueran vicisitud. Tambi¨¦n el poder financiero. El bar¨®n belga Guy Ullens fue, hasta la primavera de 2011, el due?o de la segunda colecci¨®n m¨¢s importante de arte contempor¨¢neo chino. Sus obras, depositadas en el Ullens Center for Contemporary Art (UCCA), una antigua f¨¢brica de munici¨®n rehabilitada en el distrito art¨ªstico 798 de Pek¨ªn, fueron puestas a la venta en Sotheby¡¯s Hong Kong, que durante los ¨²ltimos meses las ha ido subastando por lotes, con cifras de r¨¦cord. Sin colecci¨®n permanente, el Ullens cancel¨® la exposici¨®n de Ai Weiwei (una de las personas m¨¢s influyentes del mundo del arte, seg¨²n la revista Art Review) programada para el pasado mes de marzo. La causa, seg¨²n el arquitecto-activista, ¡°motivos pol¨ªticos¡±. Ullens, de 76 a?os, afirma sentirse demasiado viejo para viajar a China y su deseo de dedicar m¨¢s tiempo a su proyecto educativo en Nepal. Pero admite que no dejar¨¢ de comprar arte. India es ahora su nuevo capricho.
Uli Sigg est¨¢ siguiendo la misma estrategia. De momento ha cedido 1.463 de sus obras al gran complejo cultural M+ (40.000 hect¨¢reas dedicadas a las artes visuales, el dise?o, la cultura popular y la arquitectura), que se inaugurar¨¢ en Hong Kong en 2016 como parte del plan urban¨ªstico dise?ado por el estudio Foster & Partners en el distrito cultural Kowloon Oeste, muy cerca de la futura estaci¨®n de trenes de alta velocidad que unir¨¢ la antigua colonia brit¨¢nica al resto de China a trav¨¦s de Cant¨®n. Hong Kong es el tercer mayor mercado internacional de subastas por recaudaci¨®n y ocupa el sitio central en la econom¨ªa de la regi¨®n de Asia-Pac¨ªfico. Es un puerto libre, con bajos impuestos y una gran concentraci¨®n de residentes ricos. Adem¨¢s de atraer a Sotheby¡¯s (con tres galer¨ªas de arte) y Christie¡¯s, cuenta con el reconocido Para/Site Art Space, dedicado al estudio y difusi¨®n del arte contempor¨¢neo.
A partir de mayo de 2013, la feria Art Hong Kong (Art HK), la m¨¢s importante de Asia, tendr¨¢ patente europea y se sumar¨¢ a las dos plataformas comerciales de Art Basel: la primera, en la capital suiza ¡ªfundada en 1970 por el coleccionista Ernst Beyeler¡ª, y la segunda, en Art Basel Miami Beach, que este a?o alcanzar¨¢ su d¨¦cima edici¨®n en Florida (EE UU). Con este nuevo ap¨¦ndice, el espect¨¢culo del mercado del arte tendr¨¢ su calculada dosis de paroxismo, con las prima donna de Europa y Estados Unidos (los Gagosians, White Cubes, Zwimers) ya instaladas en el fragante puerto de la Rep¨²blica Popular China. En medio de esta obscena carrera, el ¨²nico que nada a contracorriente es el maestro del superflat Takashi Murakami, que como prueba de su confianza en el euro ha decidido abrir la Hidari Zingaro, su primera galer¨ªa europea en Par¨ªs.
El calendario de bienales que se anuncian cada a?o en la regi¨®n da una medida de los escenarios que se expanden para mostrar una producci¨®n que hace quince a?os era inimaginable, con la excepci¨®n de Jap¨®n y Corea del Sur, que hasta hace muy poco representaban el mercado asi¨¢tico m¨¢s s¨®lido y estructurado del continente y que prefieren mantener sus v¨ªnculos institucionales con Occidente y su influencia en el ¨¢rea. Son tambi¨¦n los pa¨ªses con una presencia institucional m¨¢s potente y f¨¢cil de identificar (la Japan Foundation y las trienales de Yokohama y Fukuoka, en Jap¨®n; el Lee Samsung Museum, Centro Artsonge y las bienales de Gwangiu y Busan, en Corea).
En China, las bienales de Shangh¨¢i y Guangzhou son los acontecimientos art¨ªsticos m¨¢s solventes; las de Taipei y Singapur, la trienal de Asia-Pac¨ªfico de Brisbane (Australia) y la ya consolidada Bienal de Sidney procuran los instrumentos para la interpretaci¨®n del arte contempor¨¢neo internacional desde Asia. ¡°Australia desempe?a un papel centrifugador en la regi¨®n, ha conseguido integrarse en el sureste asi¨¢tico gracias a sus infraestructuras y desarrollo institucional, no solo de la producci¨®n interna, sino en la pol¨ªtica cultural de intercambios llevada a cabo en los ¨²ltimos a?os¡±, apunta Menene Gras, directora de exposiciones de Casa-Asia. Un dato: solo Nueva Zelanda cuenta con 47 museos de arte contempor¨¢neo y 120 galer¨ªas de arte; Australia tiene 165 museos y 284 galer¨ªas; por contra, Indonesia tiene solo 1 museo de arte contempor¨¢neo, 20 espacios dedicados a la creaci¨®n pl¨¢stica y 30 galer¨ªas de arte. Vietnam inaugurar¨¢ pronto su primer gran centro de arte contempor¨¢neo dedicado a la producci¨®n local, el MAM, en Hanoi, con un Jard¨ªn de Esculturas de autores internacionales. El proyecto es obra del estudio Salvador P¨¦rez Arroyo & Partners. Su directora, Cuc Pham, sostiene que ¡°la buena pintura (Nguyen Trung, Nguyen Bach Dan) viene de la tradici¨®n, pero los artistas la llevan m¨¢s all¨¢ y la transforman en algo actual. Ahora que el arte abstracto empieza a cobrar vigencia, es el momento de que la pintura vietnamita abandone su torre de marfil¡±.
En el mosaico de Asia-Pac¨ªfico, el arte contempor¨¢neo es una muralla m¨®vil sobre la que cabalgan tigres de papel. Acuciada por el horror vacui de Occidente, crece sigilosa y artificiosamente gracias a su altiva econom¨ªa. Para conocer sus movimientos serpentinos est¨¢n los portales CulturE-ASEF, Art Radar Asia, Cemeti Art House, Asia Art Archives (AAA), Culture360.org y DIGI-Arts.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.